Vinicius agita la pelea por la Liga

El empate frente al Celta y la derrota contra el Levante han convertido la ventaja de tres puntos con que el Real Madrid avizoraba dos semanas atrás el pulso de máxima rivalidad del fútbol español en una superioridad de dos para el Barça, que ha firmado un pleno en los envites que siguieron a su patinazo en Mestalla y elevaría a cinco su renta en caso de victoria en Concha Espina, además de colocar el 'goalaverage' de su lado, con doce jornadas por disputarse.

Una distancia que complicaría en grado sumo para los blancos un torneo que constituye la obsesión de Zidane, en jaque como hace un año estuviera Santiago Solari por una semana trágica que acabó finiquitando al argentino y que amenaza con replicarse en un estadio que constituye la asignatura pendiente del cuadro local: apenas nueve triunfos en diecisiete choques y ocho puntos concedidos en Liga como anfitrión por el mejor visitante del campeonato.

Los desplazamientos están siendo el lastre del Barça, que se ha dejado la mitad de los puntos cuando ha cogido la carretera. La llegada de Quique Setién no ha alterado esa fragilidad lejos del Camp Nou. Los azulgranas se despidieron de la Copa en San Mamés tras sufrir lo indecible en Ibiza y estuvieron dos veces por debajo en el Benito Villamarín, donde un gol de Lenglet salvó a un equipo que veía cómo se le escapaba el Real Madrid, por entonces líder y que había ganado horas antes en El Sadar.

Aquella de Pamplona fue la última alegría de los blancos, a los que el varapalo copero ante la Real Sociedad quebró la felicidad de los meses precedentes y les mudó la piel. La escuadra que dominaba con una retaguardia de hormigón y convertía en oro los escasos chispazos de su vanguardia se ha desplomado tras el derbi y llega al clásico frisando el precipicio. Ha vuelto la permeabilidad defensiva, no encuentra soluciones ante la sequía de Benzema, se ha derrumbado en la recta final de los tres últimos choques y parece desorientado con las rotaciones de Zidane.

El marsellés sentó a Kroos contra el City y no recurrió al teutón ni con el gol de Isco que puso en franquía al Real Madrid, escenario perfecto para la sangre fría del metrónomo de Greifswald. El germano regresará a la medular, donde se mantendrá el malagueño, el más entonado en la faceta goleadora del plantel blanco en lo que va de año (tres dianas desde las campanadas), junto a Casemiro y Valverde. El uruguayo ya fue titular en detrimento de Modric el pasado 18 de diciembre el Camp Nou, donde su despliegue fue determinante en la superioridad de los blancos, fútil en el marcador por sus sempiternos problemas en la definición desde que se fuera Cristiano Ronaldo.

Vinicius escoltará a Benzema en la delantera, con Mariano como recambio después de que Zidane devolviese a la lista al tarraconense y excluyese de la misma a Jovic. Otra sorpresa del francés, que lleva dos derrotas seguidas y nunca ha acumulado tres consecutivas.

Dos triunfos enlaza Quique Setién en el Bernabéu. Sólo sucumbió en su primera visita al frente de la U.D. Las Palmas pero lo afrentó las dos últimas campañas al mando del Betis, después de sumar un empate que Cristiano evitó que fuese algo más en su último desplazamiento al frente del cuadro canario. El cántabro, cuyos resultados están por encima del fútbol desplegado por el Barça desde que tomara el testigo de Ernesto Valverde, mantiene un equilibrio perfecto en sus enfrentamientos con Zidane: dos victorias por cabeza y otras tantas tablas. Una mímesis de la paridad en los 243 clásicos disputados: 96 triunfos del Barça por 95 del Real Madrid y 52 empates, con 403 goles para los blancos y 399 con sello azulgrana. En Liga, 72 victorias por bando.

La sensación imperante en la directiva del Barça de que sólo un cúmulo de circunstancias impidieron que el equipo azulgrana saliese escaldado del anterior clásico facultaron la llegada de Setién. No era la primera opción, pero su adscripción al 'cruyffismo' y la negativa de otros favoritos como Xavi Hernández le colocaron ante un desafío mayúsculo.

La recuperación del liderato ha devuelto la confianza al vestuario pese a la tormenta institucional y la llegada de Braithwaite ha aliviado a un plantel corto por la mala planificación que dejaron bajo mínimos las lesiones de Luis Suárez y Dembélé. Fuera para lo que resta de temporada, ninguno de ellos estará en el Bernabéu como tampoco Sergi Roberto, pero Setién recupera una semana antes de lo previsto a Jordi Alba, titular en el costado zurdo.

Piqué, que dio el susto en San Paolo, estará en el eje de la zaga, con Umtiti de acompañante. Arriba, Arturo Vidal completará el tridente junto a Griezmann y Messi. El rosarino se ha quedado sin marcar en sus cuatro últimos clásicos pero ha firmado 26 dianas en los 42 que ha disputado y viene de hacerle un póker al Eibar. Alerta roja en el Bernabéu.

La mística de las grandes noches regresó al Santiago Bernabéu, donde un Real Madrid que se asomaba al precipicio

Resucitaron los blancos con un

Pudo matar el Barça al Real Madrid en una primera parte en la que los blancos sufrieron lo indecible y los azulgranas dispusieron de cuatro oportunidades pintiparadas, pero

La inclusión de Marcelo en el lateral izquierdo fue la tradicional sorpresa de Zidane. El brasileño se había perdido los tres clásicos precedentes, pero el marsellés recurrió a uno de sus predilectos en tiempos de anemia ofensiva y

Con las piezas así dispuestas, germinó un envite de diapasón bajo en el juego que no en pulsaciones,

De una incursión de Marcelo nacería la primera oportunidad digna de los blancos, pero al brasileño le faltó periscopio para entregar a Isco o aguardar a Vinicius. Por centímetros se le escapó a Benzema un centro de Valverde que expuso la flaqueza de Alba, a medio gas y con un jamelgo como 'El Pajarito' enfrente.

Por allí tenían el flanco débil los blaugranas, como los blancos por el costado de Marcelo a la hora del repliegue, aunque fue Kroos el que se quedó sin gasolina en una carrera con Arthur que facultó un mano a mano en el que

Más llegada que fútbol en el Barça, el pan de cada día en clave blaugrana este curso. Apagón blanco de tres cuartos del campo para arriba, con Courtois salvando a los suyos de la quema. La historia interminable para una escuadra que pedía el armisticio tras

Estaba el Madrid a merced del Barça, con Messi activo entre líneas. Sólo un gigantesco Courtois mantenía a los blancos con respiración. El arquero era de largo el mejor del choque y Ter Stegen no quiso ser menos, con una

Sirvió esa ocasión del malagueño como espoleta para el Real Madrid. Se sacudió la displicencia con que volvió de vestuarios y ganó metros. Volvió a tenerla Isco en un cabezazo a centro de Carvajal, pero

Intervino Setién metiendo a Braithwaite por Arturo Vidal y el danés estuvo a punto de encumbrarse en su primer minuto en un clásico. Sacó de rueda a Marcelo y le pegó bajo y duro, pero Courtois se vistió de nuevo la capa de héroe.