Al Barcelona se le atragantan los partidos exigentes

 Es cierto que el Barcelona llegaba con las piezas contadas y algún que otro jugador muy bajo del nivel necesario por culpa de las lesiones (Jordi Alba), pero la apuesta por Arturo Vidal en el tridente evidenciaba que siguen prefiriendo los entrenadores al soldado chileno antes que cualquiera otra opción de mayor calidad.

 Ver a Piqué levantando los brazos reclamando algo a los compañeros y cuerpo técnico justo antes del gol dice mucho de lo que está por venir en Can Barça. Urge otra revolución en la que el entrenador crea plenamente en su proyecto y quien lo elija también lo haga pensando única y exclusivamente en el bien del beneficio común.

El Madrid venció un choque en el que podría haber ganado cualquiera de los dos equipos, así de sencillo. En la primera mitad salvaba el meta blanco a los suyos, pero lo cierto es que el Barça volvió a mostrar que es capaz de lo mejor y de lo peor. Quizás Ter Stegen evitó una goleada sonrojante. Se descompuso cuando mejor tenía el duelo y en la locura de ida y vuelta, el Madrid se desenvuelve mejor. Sin control, sin precisión, sin pases, atolondrado, fue incapaz de llegar con peligro a la meta rival.

Que ante el bloqueo azulgrana, Martin Braithwaite fuese el camino a seguir dice mucho de lo que se está viviendo en este club, por mucho que el danés estuviese cerca de marcar en su primera ocasión. Sea como fuere, el Barcelona de Quique Setién acabó con la enorme racha de los últimos cuatro años donde siempre salió victorioso del Bernabéu. El tristísimo partido de Messi, desaparecido, tampoco ayudó.

Lo cierto es que no rinde el Barça en los partidos exigentes y está por ver si será capaz de mantener la batalla con el Madrid por el liderato de Primera. La victoria de los blancos les hace recuperar el liderato que ostentaba el Barça tras los dos últimos tropiezos del equipo de Zidane. Dos son los títulos a los que se puede aferrar el proyecto más endeble que se recuerda en la ciudad condal. Son los más importantes, pero no da este equipo para dobletes.

Siempre había mantenido el estilo el equipo azulgrana. Verlo incapaz de sacar el balón controlado desde atrás ante el rival es un claro mensaje de alarma para todos aquellos que aún creen que existe un proyecto importante antes de que Messi cuelgue las botas. El barcelonismo necesita un cambio de rumbo radical para evitar que los últimos años del argentino sean de tristeza y mediocridad.