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Ambulancias de los servivcios de transporte y emergencias en el HUBU. PCR
La equiparación salarial, principal escollo en la negociación del nuevo convenio del transporte sanitario

La equiparación salarial, principal escollo en la negociación del nuevo convenio del transporte sanitario

Castilla y León es la región con los salarios más bajos para el sector de las ambulancias, cuyos trabajadores cobran la mitad que en el País Vasco | El convenio afecta en Burgos a 280 profesionales, que reclaman ser considerados sanitarios

Domingo, 21 de febrero 2021, 18:48

La pandemia de la covid-19 ha ayudado a reconocer trabajos esenciales que, en muchos casos, pasaban desapercibidos y minusvalorados. En el ámbito sanitario, por ejemplo, las enfermeras y los celadores han salido fortalecidos de la crisis. Sin embargo, existe un colectivo al que ... todavía no se le reconoce su condición de sanitario, y eso que forma parte de la primera línea de atención a pacientes. Se trata del personal de las ambulancias, cuyo convenio colectivo se está negociando actualmente.

Son conductores, camilleros y ayudantes, a los que se les exige un título de técnico en emergencias sanitarias pero que, luego, no son reconocidos como sanitarios, explica Javier González, representante de UGT en el Comité de Empresa de Ambulancias Rodrigo. Una circunstancia que trae aparejadas otras consecuencias, como que tampoco hayan sido considerados primera línea frente a la covid o que los contagios por coronavirus no se consideren enfermedad profesional.

«Son casi los primeros en llegar a un accidente o incidente», comenta Marcos Citores, de CC.OO., los que se encargan de estabilizar a los heridos y trasladarlos al hospital. Eso, en el caso del servicio de emergencias. Si hablamos del servicio de programados, son estos profesionales las que realizan los traslados de pacientes a los hospitales para la realización de pruebas o la asistencia a consultas o tratamientos. Y, ahora, en plena pandemia, también los traslados a pacientes covid.

Por este motivo, el colectivo reclama que sean considerados personal sanitario. Y en esa lucha están ahora, si bien es cierto que se encuentran inmersos en la negociación de un nuevo convenio colectivo en Castilla y León. Javier González recuerda que el convenio actual está caducado desde el 1 de enero de 2019 y que, además, sus tablas salariales corresponden a 2010. En estos diez años no solo no se han revisado sino que, además, sufrieron una reducción del 5% cuando se aplicó la bajada a los empleados públicos. Ellos no lo son, apunta González, pero los trataron como si lo fueran.

Ahora, una de las principales reclamaciones es aumentar los salarios para conseguir, al menos, equipararlos a la media de España. Los sueldos de los profesionales de las ambulancias en Castilla y León son los más bajos de todo el país, exceptuando Ceuta y Melilla. «Un técnico sanitario del País Vasco duplica el sueldo base de un técnico de Castilla y León», explica González. La intención no es equipararse con el País Vasco, pero sí con la media nacional, que supondría sumar 200 euros mensuales a las nóminas de los trabajadores.

Y, de momento, la patronal no parece dispuesta a aceptar la propuesta. «La oferta es claramente insuficiente, porque no llega al salario meno ni al final del convenio», explica González. Así que las negociaciones con la Asociación Regional de Empresarios de Ambulancias de Castilla y León se mantienen, pero no se avanza. En Burgos, el convenio afecta a 280 trabajadores, que pertenecen a Ambulancias Rodrigo, integrada en Ambuibérica, la empresa que tiene la concesión del servicio de transporte sanitario.

Unos trabajadores que han pasado un año «muy duro», como afirma Mario Calvo, conductor de ambulancia y miembro del Comité de Empresa por CC.OO., a causa de la pandemia. Han vivido bajo un estrés fuerte y con una sobrecarga de trabajo importante, además de asumiendo riesgos de contagio. Sin embargo, no les reconocen el contagio por covid-19 como enfermedad profesional, lo que les deja «desamparados» pues computa como enfermedad común para bajas o futuras jubilaciones por afección grave.

Falta de medidas de protección

Desde los sindicatos denuncian también que no se ha contado con las medidas de protección adecuadas en todo momento a la covid-19. «Han estado con medidas de protección precarias. Ahora han mejorado pero tienen muchas deficiencias», explica Marcos Citores, quien recuerda que siguen dándoles los guantes o las mascarillas a cuentagotas. «No tenemos la sensación de que se les hayan dado los EPI's necesarios», y no solo al principio de la pandemia, cuando escaseaban para todo el mundo.«Los trabajadores no nos vemos protegidos por la empresa», lamenta Calvo.

Mientras, lo que sí parece ir avanzando es la vacunación de los profesionales de ambulancias, que aunque va «lenta», lleva una cobertura mejor en Burgos que en otras provincias. Javier González afirma que existen muchas diferencias entre provincias pues son los hospitales los que programan las vacunaciones. Aquí, en el caso de las ambulancias, se empezó con el personal del 112 y ahora están ya vacunando a los del servicio de programado. Marcos Citores recuerda que la importancia de que estos trabajadores estén vacunados no estriba solo en una protección personal, sino en que protejan también de los contagios a los pacientes que trasladan.

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