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En plena segunda oleada de la pandemia de la covid-19, con Miranda de Ebro cerrada y el fantasma del confinamiento en Burgos y Aranda de Duero, los servicios de Ambulancias Rodrigo se mantienen con los mismos recursos que antes de la pandemia, «que si ... ya eran insuficientes ahora lo son más todavía», admite el Comité de Empresa. Por ese motivo, exigen un refuerzo de los recursos frente a la covid-19, para que la calidad asistencial no siga recayendo exclusivamente en el «sobreesfuerzo» de los trabajadores.
Javier González, representante de UGT en el Comité de Empresa, recuerda que Sacyl amplió los recursos cuando estalló la pandemia: se contó con tres vehículos en Burgos, Miranda y Aranda para atener casos covid-19, aunque sin personal adscrito pues las ambulancias eran utilizadas por los trabajadores del turno. También se amplió el horario de la ambulancia de soporte vital básico de Burgos, pasando de 14 a 24 horas. Sin embargo, en la desescalada se suspendieron los refuerzos y solo se cuenta con el vehículo de Burgos, en el horario antiguo.
Desde el comité ya se solicitó el 18 de septiembre la recuperación de los refuerzos, pero nadie ha hecho nada, se lamenta González, «algo incomprensible cuando Miranda está confinada». En la ciudad solo se cuenta con dos ambulancias, un soporte vital básico y un soporte vital avanzado, para todos los servicios, covid y no covid. El servicio ha sido siempre «insuficiente», apunta, pero mucho más ahora que se han duplicado los avisos y, tras un transporte covid, toca desinfectar la ambulancia, lo que lleva entre 45 minutos y una hora, y eso genera retrasos en el resto del servicio.
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El Comité de Empresa se muestra «descontento» con Sacyl pues, si bien no gestiona directamente el servicio (que está contratado con Ambuibérica, de la que forma parte Ambulancias Rodrigo), en su obligación sí está garantizar una atención sanitaria de calidad y el bienestar de los trabajadores, que se siente «totalmente abandonados». La segunda oleada se está afrontando con una nueva «sobrecarga» de los trabajadores, que están «saturados» y «presionados».
Así lo indica también Marcos Citores, de CCOO, quien recuerda que se trabaja con el mismo personal y los mismos recursos que recoge el contrato, pese a la situación extraordinaria que se vive. Lo que está salvado la situación es que los trabajadores «están sufriendo pocos contagios». Hay casos puntuales, sobre todo de cuarentenas y aislamientos, pero pocas bajas. Además, algunos servicios convencionales han bajado de intensidad, así que se aprovecha esta circunstancia para reforzar los servicios con mayor demanda. Y todo sin olvidar que «la empresa está acostumbrada a que los trabajadores hagan muchas horas extra», matiza Citores.
Desde el Comité de Empresa esperan que Sacyl atienda sus peticiones, que se cargan de razón aún más si cabe ahora que comienza la campaña de la gripe y se tendrán que atender muchos casos con sintomatología compatible tanto con el virus de la gripe como con la covid-19. «Llegado ese momento, será imposible atender de forma eficaz y correcta a la población», denuncian, lo que además sumará más estrés y cansando a una plantilla que ya están mermadas.
Por otra parte, Marcos Citores afirma que los trabajadores siguen teniendo problemas con la empresa para que se haga carga de las labores de limpieza y desinfección de los EPI. La lucha se centra ahora, por parte de la empresa, en discernir qué son EPI y qué simple ropa de trabajo, aunque desde CCOO insisten en que cualqueir ropa o traje que entregue la empresa para el desarrollo del trabajo es un EPI, aunque las categorías de protección sean diferentes, y que se debe ocupar de todos los elementos.
También lamenta Citores que se ha rebajado la protección de los trabajadores y, en parte, la sensación de miedo ante la covid-19, así que muchos no denuncian que cuentan con menos equipos de protección y se ponen en peligro. Mientras, el responsable de CCOO se felicita por haber conseguido, a través de la mediación del Serla, reactivar la negociación del convenio colectivo, que estaba estancada, para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores del sector de transporte sanitario.
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