Protección Civil, esencial en los cribados masivos: «La pandemia nos ha hecho desdoblarnos»

Son los primeros en llegar a lo recintos habilitados para llevar a cabo los test de antígenos y los últimos en marcharse. A los dos cribados realizados en la capital ribereña, se suman los de Lerma y Quintanar de la Sierra en la provincia, y otros dos en Palencia y Soria. Su función, según explica José Luis García, es «poner a disposición de ayuntamientos y Atención Primaria los recursos humanos necesarios para la organización de estas pruebas a gran escala».

Tras el dispositivo deplegado en Aranda de Duero en el mes de noviembre, cuando 12.000 ribereños acudieron a someterse al test, Protección Civil reconocía que fue «uno de los servicios más importantes que hemos realizado desde que Protección Civil Aranda existe. No tanto por la organización, que también, sino por la trascendencia, la importancia y la colaboración coordinada«.

«Con la experiencia hemos ido aprendiendo cómo desarrollarlos y sabemos que, en gran medida, que salgan bien depende de nosotros», asegura. En el último cribado realizado en Aranda de Duero, los agentes de la Policía Local y los trabajadores de los Ceas, fueron los encargados de organizar los accesos en el exterior, mientras que, «en la zona sucia», en el interior, los miembros de Protección Civil eran los encargados de dar las indicaciones a los participantes.

«No solo eso, también era nuestra función ayudar a las personas con discapacidad y con movilidad reducida para poder entrar a las pruebas», señala García. Recuerda que son voluntarios, no profesionales, y por ensalza la labor que vienen realizando desde que estalló la emergencia sanitaria.

Aunque ahora reconoce que «están más tranquilos» porque «la incidencia ha mejorado en la zona» y porque llevan «dos fines de semana sin participar en cribados», admite que han aprovechado para hacer «actividades propias de la organización» y otros trabajos necesarios como el mantenimiento de los vehículos. «Estamos a disposición siempre para cuando nos activan las autoridades y este año ha sido duro», cofiesa.

Durante el primer estado de alarma y el confinamiento domiciliario, la agrupación de voluntarios se coordinó para repartir las compras en el medio rural, medicinas a los enfermos crónicos y para las labores de apoyo a la policía. José Luis García lo contaba así en BURGOSconecta en el mes de abril.

Entonces, cuando el mundo acababa de poner nombre a la pandemia, nadie sospechaba que esta situación se prolongaría tanto en el tiempo. Hoy García manifiesta que «esto es una carrera de fondo» y está concienciado de que «habrá que seguir dándolo todo durante bastante tiempo».

«Estamos siempre activados, en la Ribera del Duero los meses de confinamiento hacíamos dos turnos diarios con tres voluntario por turno», señala el jefe de la agrupación que, en estos momentos, cuenta con 23 voluntarios operativos. «Hay otros voluntarios que son de riesgo y por eso no participan activamente en determinadas actividades», indica.

Aunque otras comunidades autónomas han incluido a los miembros de Protección Civil en la campaña de vacunación como personal de primera línea, este aspecto todavía está en el aire en Castilla y León.

«No confío en que la Junta vacune a los voluntarios», asegura el jefe de los voluntarios de Aranda de Duero que asegura: «Estamos dando el callo, pero no se nos tiene muy en cuenta en ese sentido».

García adelanta que el Ayuntamiento de Aranda ha solicitado al Gobierno regional que se vacune a los voluntarios de Protección Civil, algo que García agradece ya que, manifiesta, hacen su función «a pie de calle», y «estamos en contacto con la gente permanentemente, en los cribados estamos en primera línea».