La polémica por la reubicación de la feria de atracciones de los Sampedros no ha acabado pese al anuncio de renunciar al traslado al barrio de Fuentecillas. Son ahora los vecinos de Villatoro los que se quejan, no tanto por tener que acoger las barracas, ... sino porque se haya escogido la calle Laredo, pues algunas de las atracciones estarán a unos 60 metros de las primeras viviendas del barrio.
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El alcalde, Daniel de la Rosa, es consciente del malestar de los vecinos, y lo entiende, pero también pide «solidaridad» pues «no hay una ubicación ideal». Los vecinos de Fuentecillas reclamaban que las barracas no se instalasen en ninguna zona residencial, y la calle Laredo es Poligóno de Villalonquéjar. Además, está lo suficientemente cerca del casco urbano, pero no pegada a las viviendas, como ocurría en el Parque de los Ochos.
El regidor defiende que el equipo de Gobierno se haya embarcado en esta polémica, como no lo han hecho gobiernos anteriores. Había que sacar las barracas del Polígono Docente, se han buscado alternativas, se ha escuchado a vecinos y, de momento, la opción que se estudia es la calle Laredo. «También hay chalés cerca, no es ideal, pero es lo que hemos podido encajar con cierta viabilidad».
Los técnicos municipales son los que están analizando ahora la ubicación, que de momento cuenta con el visto bueno de Urbanismo, lo contrario a otras localizaciones en el Polígono de Villalonquéjar, que se han tenido que rechazar por la presencia de cableado de alta tensión. Si hubiera algún problema, o finalmente se desechara Villatoro, pues Burgos se quedaría sin barracas.
«Me gustaría que hubiera barracas», afirma Daniel de la Rosa, y se harán todos los esfuerzos para alcanzar un acuerdo. «A los vecinos que no les gusta nunca les vamos a convencer», asegura. Tampoco a los feriantes, avanza. Y, llegados a ese punto, habría que replantearse qué tipo de feria de atracciones queremos en Burgos, porque los feriantes tampoco verán con buenos ojos diseminarlas por la ciudad.
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El alcalde insiste en que no se «resigna» pero recuerda que tampoco hay mucho margen de maniobra pues, este mes, se tendrá que sacar la convocatoria de puestos para las barracas. «Si no las queremos en zona residencial, y nadie quiere querer soportar ese malestar durante 15 días, va a ser imposible que encontremos una solución satisfactoria» y Burgos estaría abocado a esperar a contar con el recinto ferial, en tres años.
Aquí el Ayuntamiento tiene otro frente abierto. Los vecinos de Parralillos, La Sedera y los entornos de los antiguos depósitos de la CLH ya han manifestado su oposición a que se construya allí un recinto ferial permanente que serviría, entre otras cosas, para albergar las barracas. De la Rosa recuerda que, si bien hay viviendas cerca, están a una distancia suficiente, y el mismo problema había con La Milanera, pero nadie lo pensó. El alcalde insiste que, para que no haya nada ni cerca ni lejos, habría que sacarlas directamente fuera de la ciudad.
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