Objetos bajo custodia de la Policía Local en Burgos: «Es una barbaridad todo lo que perdemos»

Hasta la Comisaría llegan cada día, de media, dos o tres carteras y un móvil, explica José Luis, que se encarga de gestionar el almacén de estos objetos, perdidos para unos y «hallados» para los policías. «No hay muchas cosas raras. El día a día son carteras y móviles», sostiene el agente.

Además, otros objetos comunes que se recogen en Burgos son: llaves, gafas, altavoces, cascos de moto e incluso patinetes. «No recogemos dentaduras postizas porque no tenemos dónde guardarlas», detallan en la Comisaría, además de que su mantenimiento resulta costoso. Lo que sí se custodian son los audífonos extraviados. «Es impresionante la alegría que le das a la persona cuando se lo devuelves», comenta José Luis, especificando que estos aparatos suelen tener un número de serie propio y único y destacando su alto coste económico.

Respecto a los lugares donde más objetos se extravían en Burgos, el policía local no tiene dudas y señala los autobuses y los centros comerciales de la ciudad como los «puntos negros». «Para una ciudad como Burgos, es una barbaridad lo que perdemos», explica José Luis.

Y es que en la capital, la Comisaría recoge, de media, un móvil al día y dos o tres carteras y en 2023 se registraron 1.916 objetos sin dueño en Burgos. Además, los agentes reciben «cerca de 80 llamadas todos los días», además de las personas que acude hasta la Policía Local a preguntar.

Cuando un objeto llega a la Policía Local de Burgos, los agentes se encargan de hacer una ficha en el que se describe, además de tomar los datos de quien lo entrega. Esto último es importante porque todos los objetos se guardan dos años y, al cabo de ese tiempo, la persona que entregó el objeto en la Comisaría puede recuperarlo de nuevo, dependiendo de la naturaleza del objeto.

Sin embargo, esto no ocurre con todos los objetos que se recogen. Antes de que pasen los dos años, los agentes procuran e intentan buscar a su dueño o dueña. Por ejemplo, las llaves de coches u otros inmuebles se cuelgan en un tablón a la entrada de la Comisaría, para que sea más rápida su identificación. Además, alguna vez sacan fotos de los objetos perdidos recientemente y las comparten en sus redes sociales para intentar avisar a sus dueños.

Respecto a las carteras, los policías locales aseguran que «normalmente vienen sin dinero», aunque en ocasiones vienen sin abrir. A la hora de contactar con sus dueños, tratan de encontrar alguna identificación y avisarles mediante una llamada.

Respecto a otra documentación, como un DNI, pasaporte o tarjeta sanitaria, los policías contactan directamente con la Policía Nacional o Sacyl para que ellos llamen a los interesados. En cuanto a las tarjetas de autobús o carnés del servicio municipal de deportes, la Policía Local se lo envía hasta sus propias dependencias. Asimismo, en cuanto a los abonos de clubes deportivos, también contactan con sus equipos de prensa para que llamen a los interesados y pasen por la Comisaría a recogerlos.

Además, la Policía Local hace «envíos a embajadas, ayuntamientos o policías locales. Nunca a domicilios». Estos trámites resultan prácticos para personas que han perdido algo en Burgos pero que viven fuera de la ciudad, en otra provincia o incluso en otro país.

Sin embargo, después de intentar encontrar a su dueño y pasados dos años, el tiempo que se puede quedar un objeto en las dependencias de la Policía Local de Burgos se agota. Es el momento de darles salida. Por ejemplo, las carteras, las joyas, los cascos de moto o los patinetes. No ocurre lo mismo con las bicicletas, ya que se consideran vehículos.

En cuanto a las tarjetas sanitarias, DNI o tarjetas de crédito, estas se destruyen y no se devuelven debido a la protección de datos.

Los policías locales de Burgos señalan que «mucha gente no viene por desconocimiento» a recuperar sus objetos. Es el caso de los móviles, algunos de alta gama, que se quedan ahí, en una estantería de la Comisaría, hasta que pasan dos años sin ser reclamados.

Cuando este periodo acaba, los policías deben destrozar sus pantallas debido a la Ley de Protección de Datos y para evitar su robo. Después se llevan al punto limpio. Este caso también se aplica a otros objetos que contienen datos personales, como tabletas o relojes inteligentes.

Otro de los objetos comunes que se extravía con mucha frecuencia en Burgos son las gafas; bien sean de sol o de ver y con o sin funda. La Policía Local almacena cajas llenas de estos enseres; sin embargo, no las tira por una razón.

«Tenemos una solicitud de una ONG», explica José Luis, quien detalla que tienen preparados decenas de pares para ser donados. «En principio no las destruimos». La misma suerte corren los paraguas, que también se suelen donar para otras personas que los necesitan si su dueño o dueña no los reclama en dos años.

Guantes, bufandas, gorros, chaquetas, pañuelos... son muchos los tipos de ropa que son susceptibles a perderse. Sin embargo, estas prendas ya no se recogen en la Policía Local de Burgos. «En 2019 teníamos la mitad del almacén ocupada con ropa y a raíz de la pandemia decidimos no recogerla», explica José Luis.

Las razones responden a espacio y desinfección. «No no tenemos capacidad de desinfectarlo y no tenemos capacidad de espacio», sostiene. Sin embargo, reconocen que, en el último año, sí recogieron una prenda de ropa más especial, una cazadora de motero a la que también hicieron fotos con la intención de encontrar a su dueño.