Así son los perfiles predominantes de los delincuentes en Burgos

La cafetería Castilla y el Mesón Lara, ambos en el entorno de la calle Vicente Aleixandre -parque del G-2 y calle Averroes- de la capital burgalesa, han sido dos de los establecimientos que han sufrido este tipo de ilícitos en los últimos días. A alcantarillazo limpio para abrirse paso, los protagonistas de sendos robos consiguieron su botín en un particular 'modus operandi' que, como ha reconocido el propio comisario jefe, es «de dificil prevención».

«No hay nada más fácil que tirar una cosa que pese contra un escaparate y coger lo primero que pilles. Tenemos ahora mismo en Burgos una serie de gente que esta cometiendo estos robos, varios de ellos reincidentes, identificados y que ingresarán en prisión en breves fechas, pero ese ingreso no depende de nosotros», ha avanzado Nogales. «Cuando consigamos probar estos hechos irá todo mucho más rápido y podremos volver a la tranquilidad de este pasado otoño, que ha sido muy tranquilo desde el punto de vista de la criminalidad», ha añadido.

En este sentido, el comisario jefe ha explicado que existen otros casos en los que las investigaciones e «intuición» policiales apuntan a un tipo determinado de delincuentes pero «en los que hay que probar las cosas», labores en las que se centran actualmente la Policía Nacional de Burgos. Mientras estos trabajos se concretan, Nogales ha reconocido que «es posible «que se dé algún robo más» porque «no se necesitan elementos sofisticados para cometerlos».

«Es simplemente coger el adoquín más cercano que tengas a mano o una alcantarilla y tirarla contra algún escaparate. En las imágenes de los vídeos de seguridad se ve que estos robos duran escasos segundos y nuestros tiempos de reacción, aunque son muy rápidos, no lo son tanto como para llegar a los sitios en quince segundos», ha reiterado sobre la dificultad de establecer una labor preventiva ante este tipo de sucesos.

Aunque es uno de los métodos más utilizados en los últimos sucesos, el robo mediante la rotura del escaparate con un objeto contundente no es algo nuevo en Burgos. En marzo de este mismo año, un ladrón asaltaba una panadería del Parque Europa tras reventar el cristal del establecimiento y llevarse la recaudación de la caja registradora.

En julio, en la misma zona, el bar Puerta del Cid sufrió un robo similar cuando dos personas rompieron una ventaña de pequeñas dimensiones para hacerse rápidamente con el botín de la máquina tragaperras y salir huyendo del lugar. Ya entonces, los vecinos del entorno del local hostelero lamentaban el auge de este tipo de alunizajes en un tipo de delitos que continuan afectando a comercios de la ciudad.

Por otro lado, Nogales también ha dibujado otro tipo de perfil de delincuente que repunta en las zonas comerciales de la ciudad y que ha provocado un «leve» incremento en la cifra de hurtos en establecimientos respecto a 2022. «Entiendo la alarma de los comerciantes y su exigencia para que hagamos todo lo posible pero estamos enfrentando a una delincuencia de ocasión», asegura Nogales, quién explica que estos individuos «buscan robar para vender lo que pueden a la hora siguiente o dinero en efectivo. Cosas que se puedan convertir en efectivo de manera rápida».

Uno de los objetivos recientes reconocidos por la Policía Nacional, dada su disponibilidad -aunque en pequeñas cantidades- de efectivo, son las farmacias. «Últimamente se han producido dos hurtos que se resolvieron enseguida», ha señalado el comisario jefe, que afirma que los perfiles de quienes perpetran estos hechos delictivos «suelen coincidir con los de los alcantillazos». «Se busca dinero de ocasión, hurtar cosas pequeñas porque es más fácil», ha aseverado.

Para intentar contrarrestar este tipo de delincuencia, Nogales ha afirmado que las medidas de prevención pasiva y avisar nada más observar que se acerca una persona de este perfil, ya que suelen ser conocidas por los comerciantes, ayuda en gran medida a disuadir o a poder identificar a los autores de los hurtos.

«Cojo una cosa de 80 euros, la vendo por 15 y ya tengo para lo de hoy. Y mañana iré otra vez», ha detacado el comisario jefe sobre un simple 'modus operandi' en el que la inmediatez del aviso, incluso previo al delito, tiene una repercusión directa en la intervención policial. «Nos tienen que llamar en cuanto vean venir a este tipo de gente. Avisar en cuanto se vea venir a estas personas y no después, cuando ya se ha producido el hurto», ha insistido.

Sobre la autoría de estos actos delictivos, Nogales ha apuntado a que suelen ser «personas enfermas» sobre las que es «extremadamente complicado» interesar un ingreso en prisión por delitos reiterados de quince o veinte euros. «Además no hay ni detención, porque no cabe», ha añadido. Así las cosas, el comisario jefe avisa de que habrá una serie de delitos recurrentes, «no porque la ciudad sea violenta o tenga delincuencia, sino porque hay una serie de personas enfermas por drogodependencia que necesitan sacar cincuenta euros y ya está». «Es un problema policial en la parte que nos toca pero no solo es un problema de la Policía», ha incidido sobre el asunto.

Ante los crecientes datos de este tipo de delitos, Nogales ha indicado que se han producido menos robos que en 2022 y marca distancia con respecto a las recurrentes quejas y la alarma generada entre los comerciantes. «El otro día mantuvimos una reunión con ellos (comerciantes de varias zonas de Burgos) y les pedí por favor que me dijesen cuales eran esos dos o tres robos semanales que comentanban. Ninguno supo decirme. Una cosa es lo que uno diga, y otra cosa es lo que haya sucedido. Muchas veces hay un robo, se cuenta dos veces, y parece que hay dos robos. Y no es así», ha explicado Nogales para concluir asegurando que, «por suerte, en Burgos no hay tiendas en las que roben todos los días».