Los hosteleros de Aranda reivindican a la Junta un plan de acción para paliar los daños económicos y de imagen

«Se le han pedido ayudas directas para compensar los seguros sociales de los trabajadores como cuando se estaba en el estado de alarma, con la aplicación de los ERTES y una partida para poner en valor la imagen de Aranda y la Ribera del Duero que no ha salido beneficiada después de la cobertura mediática de esta situación sanitaria», ha explicado el teniente de alcalde, Francisco Javier Martín Hontoria.

En esta línea, ha añadido que las demandas se han recibido por parte de Suárez Quiñones «de forma positiva». El responsable regional, según Martín Hontoria, se ha comprometido a estudiar cómo se pueden canalizar estas ayudas y apoyos por parte de la Junta. «Han dicho que van a intentar definir cómo se puede hacer y, a partir de ahí, nos hemos emplazado a otro encuentro para definir los detalles», ha añadido.

El teniente de alcalde insiste en que la posible línea de ayudas de la Junta se respaldaría también con algunas acciones económicas por parte del Consistorio arandino, que todavía tiene pendientes las acciones de apoyo posteriores al estado de alarma.

Tras la orden del confinamiento, la Asociación de Hosteleros mostró su malestar al considerar que estaba «recibiendo un trato inmerecido y un nivel de desprotección por parte de las administraciones que va a agravar económicamente aún más la complicada situación que dejó ya anteriormente el estado de alarma». En esta línea, los hosteleros arandinos dejaban abierta la posibilidad de iniciar acciones legales en un futuro en defensa de sus intereses.

Desde la Asociación lamentaron profundamente la vaguedad de la orden de confinamiento publicada en el Boletín Oficial de la Comunidad Autónoma, donde sólo se recogen las estrictas limitaciones a la movilidad de la población, sin especificar qué deben hacer los establecimientos de hostelería. Aludieron a que las recomendaciones lanzadas a la población de salir de casa exclusivamente para lo imprescindible, se contradice con la del permiso para celebrar reuniones de hasta diez personas.

«Esto ha provocado una sensación de gran incertidumbre en la mayoría de los negocios de Aranda de Duero, que han tenido que decidir en pocas horas si los mantenían abiertos o no. Queremos hacer constar que la hostelería de Aranda y la Ribera del Duero depende en un gran porcentaje de la población que viene de fuera y que el cierre de la ciudad está provocando numerosas anulaciones de reservas« .