«El confinamiento es un poco más llevadero en el mundo rural»

La presidenta de la Unión de Campesinos (UCCL) de Burgos y alcaldesa de Mazuelo de Muñó lo tiene claro. «Aquí, cada uno está en su casa», pero, en general, esas casas son más grandes y en muchas ocasiones tiene jardín o huerta. «Se puede salir y respirar», añade.

Eso quizá pensaron los vecinos que habitualmente viven en la ciudad, pero que en estas semanas están en el pueblo. «No ha habido grandes avalanchas», pero «es cierto que los primeros días sí que vino gente de Burgos al pueblo». «Normalmente somos unos 60 y ahora mismo estaremos en el pueblo unas 90 personas», calcula Pardo.

Eso sí, todas cumpliendo el confinamiento. «Nos juntamos cuando vienen los vendedores, pero se respetan las distancias de seguridad» para evitar unos contagios que, hasta ahora, se han esquivado. «De momento no tenemos casos», lo que ayuda a mantener la normalidad dentro de lo extraordinario de la situación.

De hecho, explica, hasta ahora no se ha decidido desinfectar espacios públicos como sí se ha hecho en otras localidades. «Tenemos la posibilidad, pero entendemos que los recursos se tienen que utilizar cuando es necesario. Ahora no lo vemos necesario y es posible que lo puedan necesitar otros más tarde».

Así, la gran amenaza que se presenta ahora, más allá de la posibilidad de que el coronavirus llegue y se expanda por el pueblo, son los robos. «Ahora tenemos que tener mucho cuidado», subraya

Sea como fuere, Pardo entiende que la expansión del COVID-19 «puede suponer un antes y un después para la 'España vaciada'», que se ha demostrado útil para «aislarse». Además, es en el mundo rural donde se siguen produciendo los alimentos». «Hay que seguir trabajando», resume.