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La exhumación de Franco comenzó el jueves pasado, todavía de madrugada, cuando los 22 nietos y bisnietos del dictador y sus cóyunges pusieron rumbo desde sus domicilios en Madrid al Valle de los Caídos y finalizó, ya por la tarde, con un forcejeo entre varios ... de ellos y agentes de la Policía Nacional a la salida de la capilla anexa al panteón familiar del cementerio de Mingorrubio.
El Gobierno quería evitar que los invitados a la ceremonia pudieran tomar fotos o vídeos de los actos privados previstos en la agenda. A la salida de la ceremonia de reinhumación los agentes intentaron cachearles ya que un detector a distancia de metales captó una señal que le llevó a pensar que Francis guardaba un bolígrafo-cámara. Lo que fue percibido como un insulto por su parte.
«Esto es una dictadura, ya está bien, hombre, un poquito de dignidad. Después de lo que han hecho», profirió otro de los nietos en ese momento, como muestra un vídeo publicado este viernes por los Franco y que confirmó las sospechas de los policías de que se estaban grabando imágenes en el interior de la capilla. En él también se percibe cómo, al abrirse las puertas del panteón, Francis y dos de sus hermanos forcejean con varios policías congregados en el exterior.
Durante toda la jornada, a él se le pudo ver portando un maletín negro. Su contenido despertó numerosas teorías, desde los sellos de plomo del ataúd hasta medallas militares del abuelo. Sin embargo, se trataba de su teléfono móvil, tal y como confirmó su abogado, Luis Felipe Utrera-Molina. Estaba cerrado bajo llave, y solo se lo devolvieron tras el funeral para que no pudiera grabar.
Merry Martínez-Bordiú, la nieta favorita del dictador, mascullaba continuamente y cargaba contra el Gobierno mientras apuntaba cada paso del proceso en su libreta. «¡Que la maldición de desenterrar a un muerto caiga sobre vosotros!», llegó a espetar mientras los operarios retiraban la losa de la tumba de Franco en el Valle de los Caídos.
La exhumación de Franco
Paula De las Heras
Miguel Ángel Alfonso
Miguel Ángel Alfonso
Antes de sacar el féretro se produjo el enésimo encontronazo entre los representantes del Ejecutivo y los Franco. La madera del ataúd se encontraba muy deteriorada por el paso del tiempo, así que los operarios de la funeraria propusieron cambiarlo por uno nuevo. La familia se negó rotundamente y hubo que improvisar una solución para que la estructura pudiera aguantar. Esta consistió en colocar un tablón en la base y cubrirlo con una tela.
Francis, que también iba anotando ideas en una libreta continuamente, no se separó del maletín durante el vuelo en helicóptero desde Cuelgamuros al cementerio de Mingorrubio junto a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que ejercía como notaria mayor del reino. Durante los quince minutos de trayecto ambos no se dirigieron ni una sola palabra. «Yo solo pensaba en lo histórico de las circunstancias», reconocía la propia Delgado este viernes en una entrevista en la cadena Ser.
Ramón Tejero, hijo del teniente coronel golpista del 23-F, ofició la misa en la capilla de Mingorrubio, y definió a Franco como «un español ejemplar». Además se puso sobre el féretro de Franco la bandera que se usó el 23 de noviembre de 1975 para el entierro del dictador, y que Francis había llevado desde su casa, donde llevaba 44 años guardada. El Gobierno les había prohibido mostrar enseñas preconstitucionales durante el cortejo en el exterior, pero en la intimidad dio libertad a la familia.
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