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La salida de los restos de Franco del Valle de los Caídos es ya una realidad. A las 12:36 horas de esta mañana el Gobierno anunció el éxito de los trabajos de exhumación, que se prolongaron durante cerca de dos horas bajo una ... carpa y ante la exclusiva presencia de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, en calidad de Notaria mayor del Reino; el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Félix Bolaños, y el subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Antonio Hidalgo, como autoridades del Estado, y los nietos del dictador, Cristóbal y Merry Martínez-Bordiú, como representantes de la familia. Dos horas después, se procedía a la reinhumación en el panteón de la familia en el cementerio de Mingorrubio, también propiedad del Estado, y donde fue enterrada en 1988 Carmen Polo.
La operación, diseñada con meticulosidad desde La Moncloa, cumple finalmente con la recomendación realizada por aquella comisión de expertos a la que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero encomendó en 2011 un informe sobre la mejor forma de dar cumplimiento a lo dispuesto en la 'ley de la memoria histórica' de 2007 sobre el Valle de los Caídos. El objetivo fundamental era dar al monumento, erigido como homenaje a lo que Franco designaba la «gloriosa Cruzada por Dios y por la Patria», un nuevo significado que permita «honrar y rehabilitar la memoria de todas las personas fallecidas a consecuencia de la Guerra Civil de 1936-1939 y de la represión política que la siguió» y «profundizar en el conocimiento de este período histórico y de los valores constitucionales».
El Gobierno no aclara aún cuáles serán los pasos que se darán a continuación para completar ese mandato, pero la vicepresidenta, Carmen Calvo, defendió esta mañana que la exhumación del dictador constituía una «parte esencial» para llevarlo a cabo. Los expertos consultados -entre lo que se encontraban Miguel Rodríguez y Herrero de Miñón, Virgilio Zapatero, Pedro González-Trevijano, Alicia Alted, Manuel Reyes, Amelia Valcárcel, los historiadores Hilari Baguer, Feliciano Barrios, Ricard Vinyes y el antropólogo Francisco Ferrándiz - entendían que para despojar al Valle de cualquier connotación «ideológica y política» y darle únicamente una «dimensión moral de la memoria» era necesario que solo estuvieran enterrados en él las víctimas y los muertos en la Guerra Civil. Y en lo que respecta a los restos del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, recomendaron que tampoco se le dejara en un lugar preeminente de la Basílica, como el que ocupa actualmente.
El proceso de exhumación y reinhumación de Franco, al que la familia ha puesto innumerables obstáculos desde que Pedro Sánchez anunciara, nada más llegar a la Moncloa en junio de 2018, su intención de llevarlo a cabo, se ha producido sin grandes incidentes pero ha dado lugar a algunas anécdotas. El Gobierno había anticipado que si el féretro se encontraba en mal estado se procedería a sustitución, pero daba por supuesto que la estructura de zinc interior sí habría resistido el paso del tiempo. Finalmente, aunque la madera exterior sí presentaba algún daño, según fuentes del Ejecutivo, los descendientes del dictador prefirieron mantenerlo y trasladarlo tal cual al cementerio de Mingorrubio.
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A hombros de ocho familiares, entre ellos Luis Alfonso de Borbón, Francis Franco, Cristóbal y Jaime Martínez-Bordiú, salió la caja mortuoria de la Basílica donde ha permanecido enterrada durante casi 44 años, bajo una losa de 1,5 toneladas. Aunque a su llegada al Valle, propiedad de Patrimonio Nacional, el nieto mayor del dictador portaba consigo una bandera de España preconstitucional, ya había sido advertido por el Ejecutivo de que no podría utilizarla para cubrir el féretro en su traslado hasta el coche funerario que esperaba a pies en la escalinata y no se le permitió entrar con ella en el templo. En su lugar, se aceptó en cambio que se empleara un pendón con el escudo que Franco utilizó desde 1940 y hasta su muerte, así como una corona de laurel con cinco rosas y un lazo con los colores rojigualdos.
Una vez introducido el ataúd en el coche y tras recibir una bendición del prior del Valle, Santiago Cantera, pudo oírse claramente en la explanada del conjunto arquitectónico -a la que únicamente tenían acceso las autoridades, los operarios y los 22 familiares acreditados- un grito de «¡Viva España! ¡Viva Franco!», loas lanzadas también al paso del cortejo fúnebre por los nostálgicos del régimen que desde primera hora se agolparon fuera del recinto y en las puertas del cementerio donde se encuentra el panteón familiar de El Pardo.
La metereología permitió finalmente que, como se había previsto por razones de seguridad, los restos de Franco se trasladaran en un helicóptero super puma cougar del Ejérctio del Aire en el que viajaron, entre otros, la ministra Delgado y Francis Franco. Una vez en El Pardo, se procedió a la celebración de una ceremonia religiosa íntima, sobre la que el Gobierno consideró que ya no tendría nada que decir.
La jornada, retransmitida en directo por todas las televisiones, ha suscitado un enorme interés informativo dentro y fuera de España. Según el Ejecutivo, 58 medios de diecisiete países distintos (desde Alemania a Estados Unidos pasando por Catar y Venezuela) se habían acreditado hasta el miércoles para cubrirla.
Más información
Miguel Ángel Alfonso
Miguel Ángel Alfonso
AGENCIAS
Ander Azpiroz
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