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Una formación estalagmítica forma la figura del guardián. J.C.R.
Burgos Misteriosa

La desconcertante mirada de Lam, el guardián misterioso de Ojo Guareña

Una extraña figura formada por el agua y la piedra saluda a quien entra en las cuevas del complejo kárstico ubicado al norte de la provincia de Burgos

Sábado, 24 de agosto 2024, 09:31

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Descendiendo por la galería, que hace un millón de años el río Guareña abrió, a mitad de recorrido del tramo visitable de las cuevas, nos encontramos con una filtración de agua que se produce por unas grietas en las paredes de la gruta. Estamos en Ojo Guareña, un complejo kárstico formado por más de 110 kilómetros de galerías y declarado Monumental Natural. Se sitúa al norte de la provincia de Burgos y ocupa 13.850 hectáreas.

Esa filtración de agua de la que hablamos ha formado una colada estalagmítica que se observa pared abajo. Es el misterioso guardián de la cueva, que custodia unos recipientes, 'las pilas de los santos'. Aquí recogen el agua, ya que una antigua tradición popular dice que las aguas tienen poderes curativos, sobre todo para los problemas de los ojos.

El descubrimiento de un esqueleto

Las leyendas transmitidas de generación en generación en la comarca de Las Merindades hablan de historias fantásticas. Y todo porque en la profundidad de la cueva se descubrió el esqueleto de un ser humano al que llamaron 'el hombre de Ojo Guareña'.

Este hombre descubrió un manantial en la cueva. Esa beta de agua, dicen, curaba a los enfermos de sus males, especialmente si la enfermedad derivaba de los ojos. A esa fuente la llamaron de 'la sabiduría'. Hoy podemos ver esas pilas que guardan los arcanos más profundos de la tierra.

El río Guareña se despeña al interior de la cueva por una pequeña sima. J.C.R.

Llamaron Lam a esa figura. Creyeron que pudo ser un druida, pero las pruebas realizadas a los huesos encontrados revelan que ese hombre hallado en el interior de la cueva era un joven de otra época.

Las investigaciones del Grupo Espeleológico Edelweiss llevaron a encontrar en la zona laberíntica de la Vía Seca un esqueleto de un hombre que se perdió. Junto a sus huesos aparecieron una fíbula y un cinturón de bronce y su cinta, que permitió datar el cadáver a mediados siglo VI d.C. También se halló una represa artificial, hecha con barro y fragmentos de estalactitas rotas, que hizo para recoger el agua que goteaba de ellas.

Una pareidolia

El caso es que la figura del supuesto druida se ha quedado fijada a la pared de la gruta y sus pies muy cerca de las pilas de agua. El paso del agua por las rocas y el tiempo han formado una figura. Es una pareidolia, un fenómeno psicológico que atribuye formas reconocibles, generalmente humanas, a fenómenos naturales o artificiales; supone en la persona que los siente, una cierta ventaja evolutiva que facilita la interacción social y ayuda a descifrar el entorno de forma casi instantánea.

Y eso pasa con Lam, el guardián misterioso de las fuentes la de la salud y del propio entorno de Ojo Guareña.

El amo del laberinto de Ojo Guareña sabía los caminos que llevaban a la puerta de infierno. Y podría ser algo cierto. Porque no muy lejos del complejo kárstico, en Quintanilla Valdebodres, se encuentra, precisamente el pozo del infierno. ¿Y si ese pozo comunica con la cueva y los dominios de Lam?

Dice la leyenda que el custodio de la cueva se encerraba durante meses en la cavidad en compañía de una osa y de extraños animales que lo guardaban de todo mal.

Sigue vigilando

Hoy está ahí. Vigilando desde lo alto de los pilones de la fuente sanadora. Es una figura estalagmítica adosada a la pared. Ensotanado de pies a cabeza. Con la cabeza cubierta por una capucha. Sobre las pilas. Ahí reside. Ahí vela por los visitantes y por los vecinos. Y siempre lo ha hecho. Tanto que ha velado por su salud con el agua milagrosa que la piedra caliza, como una esponja, absorbió del cielo y con generosidad suelta para los vecinos.

Misterio en sentido puro tras las paredes de la cueva. De la leyenda del druida, con la cristiandad, se popularizó la de San Tirso y San Bernabé y sus numerosos milagros, de los que da cuenta la gran cantidad de pinturas de la ermita rupestre. Sus leyendas serán objeto de otro capítulo de Burgos Misteriosa.

El Ojo del Guareña

Todo es misterio en Ojo Guareña. Si las cuevas tienen el encanto especial de las entrañas más profundas de la tierra, el agua, fuente de la vida, más aún.

El río Guareña se despeña decenas de metros al fondo de la cueva después de recorrer la senda que abrió el valle durante millones de años. El sumidero que da entrada al interior de la tierra es uno de esos milagros inexplicables de la Tierra. Y dentro de la cueva, alimentada por esas aguas, existen 115 especies animales troglobíticos descubiertos en el interior de dichas cavidades.

La lotería cósmica que puso al ser humano en la Tierra lo hizo también con las 16 especies endémicas y únicas de la zona que colonizaron hace siglos las cuevas del norte de Burgos.

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