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La iglesia de la Real y Antigua de Gamonal es un lugar de poder. Está elevada sobre un montículo del viejo pueblo hoy convertido en populosa urbe. El templo y su entorno guardan miles de secretos. Hoy solo revelaremos algunos. Otros se encuentran en decenas de obras escritas por buenos conocedores del templo.
Este lugar de Gamonal ha vivido cientos de acontecimientos históricos, pero uno de ellos marcó el devenir del primitivo pueblo es la Batalla de Gamonal, acontecida 1808. Las tropas de Napoleón derrotaron el 10 de noviembre de ese año a los españoles a cuyo mando estaba Ramón Patiño, el conde de Belveder.
De esa batalla arranca «una historia, o leyenda», asegura uno de los mejores conocedores del barrio, Vicente Vivancos. En sus libros sobre el barrio, relata que «en el suelo de la iglesia de la Real y Antigua, el rosetón del suelo está rodeado de los huesos» de combatientes. Algunos vecinos dicen que se trata de una venganza del pueblo de Gamonal por la derrota en aquella batalla. Otros dirán que es un homenaje a quienes defendieron al pueblo del dominio explotador francés».
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Julio César Rico
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La leyenda cuenta que son las vértebras de soldados napoleónicos que fueron asesinados cuando se retiraban desde Burgos a Vitoria en 1813.
Los huesos se distribuyen alrededor de las rosetas heptapétalas que se conservan en el atrio de la iglesia protegidas por una techumbre que no sólo ha hecho de protector del suelo, también de un precioso tímpano gótico policromado del que aún se adivinan las texturas y los colores.
Gamonal ha sido una de las entradas del Camino de Santiago en Burgos y la Virgen de la Antigua parada obligatoria para los peregrinos. Su condición dio paso a la creación de cofradías. Una de las más relevantes, la de Nuestra Señora de Gamonal llamada de los Caballeros, que data del siglo XIII.
Autores como el sacerdote Lucinio Ramos, en su libro de 1998 'Iglesia de Santa María la Real y Antigua de Gamonal. Burgos' resaltan la belleza interior y exterior de este templo que fue Catedral.
El elemento esotérico y mágico más relevante es la roseta hexapétala, rodeada de huesos, del pórtico. El escritor Elías Rubio asegura con rotundidad en su libro 'La roseta y la cruz. Signos protectores en los hogares del medio rural burgalés', que hay nada menos que 19 rosetas.
Con la euforia propia de quien ha descubierto un tesoro en su libro sobre este esotérico elemento dice: «¡Diecinueve hexapétalas reunidas en un mismo panel hecho con cantos! Tal portento lo descubrí recientemente en Burgos capital, para más señas (¡no os lo creeréis!), en la iglesia de la Antigua de Gamonal, bajo el gran pórtico que antecede y cobija a su no menos maravillosa portada mudéjar»
Rubio cree que este empedrado tuvo que llevarse a cabo y completarse «en el siglo XVIII», que es cuando tuvo lugar el gran boom de las hexapétalas. La reflexión llega al reconocer que nadie sabe si esta traza es simbólica y tiene un fin en sí misma, buscando el arcano más allá de donde está, o simplemente es un motivo decorativo.
La rosetta, normalmente están grabadas en piedra en los dinteles de las puertas y ventanas en los pueblos del norte. Incluso en Euskadi y Cantabria aparecen en runas funerarias y lugares en los que se busca protección.
Este símbolo aparece unas veces en solitario y otras junto con otros símbolos y representan una forma de pensamiento mágico y un costumbrismo de profunda tradición religiosa apenas conocido.
Esta rosetta se empezó a utilizar en antiguas culturas, se le atribuía un significado mágico y religiosos. Grabar cruces o rosettas protegía los hogares y daba tranquilidad a los moradores.
El estudioso de este tema Raúl Abajo, precisa que esta «representación de la rosetta es la flor del narciso». Es la primera flor de la primavera. Anuncia un nuevo ciclo vital y por ello es un ejemplo de lo nuevo que llega. Sonn símbolo de nuevos comienzos.
El barrio de Gamonal y la parroquia de Santa María la Real y Antigua conmemoran el 950 aniversario del traslado de la sede episcopal de Oca (la antigua Auca) a Burgos. Un traslado que tuvo parada en la iglesia de Santa María durante un año jurídicamente, hasta que llegó a Burgos.
Como ya se ha explicado en alguna ocasión, Auca es la diócesis a la que quedó adscrito Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, el 20 de mayo de 1992 cuando Juan Pablo II le designó obispo titular de la diócesis de Oca y uno de los cuatro obispos auxiliares de la arquidiócesis de Buenos Aires. Luego fue vicario general de Quarracino y el 3 de junio de 1997 fue designado arzobispo de Buenos Aires.
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