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No pudo ser. Ni Pedro Almodóvar ni Antonio Banderas con 'Dolor y gloria' ni la cinta de dibujos animados 'Klaus' pudieron hacerse con el Oscar al que aspiraban. La gran fiesta del cine mundial no se tradujo en una estatuilla ... para el cine español. A cambio, mantuvo un suspense hasta el final para saber quién iba a ser la ganadora de la noche: '1917' o 'Parásitos'. Y al final, por primera vez en la historia, una película en un idioma diferente al inglés -'The Artist' no cuenta porque era muda- obtuvo el Oscar a mejor película. Comedia negra, drama sobre la lucha de clases, terror granguiñolesco y hasta filme de catástrofes, 'Parásitos' ha descubierto a espectadores de todo el mundo la increíble cinematografía coreana. Una cinta sorprendente que ha rebasado los 160 millones de dólares de recaudación en todo el mundo y arrasado en entregas de premios que jamás habían visto una película coreana. Además del premio gordo, se lleva el Oscar a mejor película internacional, el de mejor director para Bong Joon-ho y el de guion original. '1917' se tuvo que conformar con tres premios en categorías técnicas: mejor dirección de fotografía, para Roger Deakins, mejor edición de sonido y mejores efectos especiales.
Hollywood mira fuera de sus fronteras y recompensa la última Palma de Oro en Cannes, que tras pasar por las salas de versión original en las salas españolas llega este viernes a la plataforma de cine de autor Filmin. Sus protagonistas son una familia pobre que se infiltra poco a poco en la mansión de otra rica, como si fueran parásitos que chupan la sangre de un animal. Un inteligente y demoledor análisis de la lucha de clases en un país rendido a la tecnología y el capitalismo más extremo, que vive una explosión de creatividad en todos los ámbitos. Cuando recogió su Globo de Oro hace unas semanas, Bong Joon-ho ya alertó sobre todo lo que se perdía el público que no está dispuesto a ver una película con subtítulos. Su triunfo certifica la apertura de miras de una industria que siempre se ha nutrido de talento extranjero y que entroniza a un realizador que hasta la fecha era más propio de certámenes de cine fantástico.
Penélope Cruz no solo presentó el Oscar a la mejor película extranjera, sino que desgranó sus influencias cinéfilas en un bonito vídeo sobre las películas que más le habían arrebatado a lo largo de su vida en una revindicación del poder del cine como lenguaje universal. Por desgracia, cuando rasgó el sobre no pudo gritar «¡Peeedrooo!» y 'Parásitos' se impuso a 'Dolor y gloria' como estaba anunciado. Bong Joon-ho, se alegró de estrenar esta nueva denominación del Oscar a película «internacional» en vez de «en lengua extranjera» y anunció que lo celebraría bebiendo hasta la madrugada. Después tuvo que volver a salir para recoger el premio a mejor director, la primera gran sorpresa de la noche. Dio las gracias por su magisterio a Martin Scorsese, que saludó con el patio de butacas puesto en pie. «Cuando estudiaba cine analizábamos las películas de Scorsese. Y cuando empecé y no me conocía nadie, Quentin Tarantino ponía en sus listas de favoritas mis filmes. Me gustaría tener una sierra eléctrica para dividir el Oscar», agradeció. Si tras ganar la Palma de Oro en Cannes le recibieron 3.000 compatriotas en el aeropuerto de Seúl, cuando llegue con sus cuatro Oscar bajo el brazo el país se puede venir abajo.
Joaquin Phoenix fue el mejor actor por 'Joker' imponiéndose a Antonio Banderas, que demostró lo buen actor que es cuando le enfocaron al abrir el sobre. El demente protagonista de la película que finiquita el género de superhéroes, la segunda cinta más taquillera del año tras 'El rey león', subió con semblante serio a recoger su primera estatuilla tras cuatro nominaciones. Suyo fue el discurso más político de la noche: «Hablemos de desigualdad de género, de racismo, de la lucha LGTB… Un pueblo no tiene derecho a explotar a otro con impunidad», arrancó su mitin. Vegano desde niño, hasta habló de los terneros apartados de las vacas y del cambio climático y reconoció que había sido «un granuja» y un «tipo difícil» en su trabajo, que sin embargo había disfrutado siempre de una segunda oportunidad. Y recordó a su hermano River Phoenix, fallecido de sobredosis a los 23 años, con un verso de una canción compuesta por el actor: «Corre al rescate y la paz vendrá después». Renée Zellweger entra en la cincuentena tras un retiro autoimpuesto con su segundo Oscar (tiene otro como actriz de reparto por 'Cold Mountain') por un papel diseñado para el Oscar, el de una decrépita Judy Garland en 'Judy'. «Ella no recibió este honor en su vida, este es su legado porque su generosidad de espíritu transciende», recordó.
Brad Pitt fue el mejor actor de reparto como estaba cantado por 'Érase una vez en… Hollywood' tras arrasar en la temporada de premios y demostrar cuando ha subido a recogerlos que el carisma que desprende su personaje de especialista en el filme de Tarantino bebe mucho de su propia persona. A sus 56 años, el exmarido de Angelina Jolie logra su primera estatuilla como intérprete, ya que tenía uno como productor de '12 años de esclavitud'. En su discurso no se mostró tan ingenioso como en ocasiones anteriores y se lo dedicó a sus seis hijos, «que me motivan en todo lo que hago». Más emocionante fue el recordatorio de Laura Dern, mejor actriz de reparto, a sus padres, los veteranos Diane Ladd y Bruce Dern, cuando subió a recoger otro Oscar anunciado. Su personaje de cínica y experimentada abogada en 'Historia de un matrimonio' es un bombón que la musa de David Lynch no ha desperdiciado.
'Klaus' no pudo hacer historia para el cine español y, tras erigirse en los últimos días como favorita para el Oscar de animación, vio cómo la sosísima 'Toy Story 4' se lo arrebataba. David no pudo esta vez contra Goliath y Disney-Pixar suma una nueva estatuilla a la larga lista que atesora. La nominación para el filme de Sergio Pablos, rodado en un estudio madrileño por 250 profesionales de 27 nacionalidades durante año y medio, recompensa el gran momento de la animación española. El mejor documental de la noche también fue previsible: 'American Factory'. El primer fruto del millonario acuerdo que el matrimonio Obama ha firmado con Netflix es un modélico testimonio sobre el choque cultural que se produce cuando una empresa china se instala en Ohio y contrata antiguos empleados de General Motors. En las antípodas del cine sensacionalista de Michael Moore, 'American Factory' demuestra que el orgullo de la clase obrera, la ética del trabajo bien hecho y el poder de los sindicatos pertenecen al pasado.
La gala de la 92 edición de los Premios de la Academia deparó unos cuantos momentos que se hicieron virales, ahora que las ceremonias se siguen con un ojo en la pantalla y otro en las redes sociales. Natalie Portman lució en la alfombra roja una capa de Dior con los nombres de directoras que este año no han sido nominadas en una elegante reivindicación feminista. La actuación de Eminem, que en su día ni siquiera acudió a los Oscar tras ganar uno por su canción de '8 millas' al quedarse dormido en el sofá, puso a bailar al patio de butacas mientras Scorsese, en compañía de su hija, ponía la misma expresión de extrañeza en su butaca que le provocan las películas de superhéroes. La mueca de Billie Eilish cuando rompieron a cantar Maya Rudolph y Kristen Wiig también originó un sinfín de memes. Después se redimió cantando 'Yesterday' en el 'In memoriam', que concluyó, cómo no, con la fotografía de Kirk Douglas. Los primeros planos de Penélope Cruz y Antonio Banderas, sentados junto al escenario, recompensaban a los espectadores españoles el bajón de la ausencia de premios.
Tal como ocurrió el año pasado, la gala no tuvo presentador más allá de las parejas de actores que entregaban los galardones. Steve Martin y Chris Rock aparecieron al comienzo de la fiesta asegurando que les habían «degradado» porque antes ellos eran los maestros de ceremonias. La falta de diversidad, la gran reivindicación que sobrevoló toda la ceremonia, protagonizó algunos de los chistes de la pareja. «Faltan vaginas entre los directores nominados», denunció Chris Rock provocando el aplauso de los presentes, mientras Steve Martin ironizó cuánto habían cambiado los Oscar desde su primera edición en 1929. «Entonces no había ningún actor negro nominado, este año hay uno», le respondió Rock. La esperada aparición de nuestra Gisela para cantar el tema de 'Frozen 2' junto a artistas de otros muchos países se vio deslucida por los rótulos de la retransmisión estadounidense, que adjudicó a la cantante la condición de «castellana» mientras a la mexicana Carmen Sarahí la tachaban de «española». Fueron los primeros Oscar con una directora de orquesta en el foso, aunque solo cuando tocó anunciar la mejor banda sonora: 'Joker', de la chelista islandesa Hildur Gudnadóttir, autora asimismo de la ominosa música de 'Chernobyl', que animó a todas las mujeres a alzar su voz: «Necesitamos oíros», rogó.
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