Vuelta al cole

La vuelta al cole entre flechas y señales

Los centros se han preparado a marchas forzadas para abrir sus puertas a sus alumnos que, ansiosos, esperan volver a reencontrarse con sus amigos

Ruth Rodero

Burgos

Miércoles, 9 de septiembre 2020, 07:59

Desde fuera todo parece igual a aquel 12 de marzo en el que calendario se quedó inerte en las aulas. El colegio Jueces de Castilla no parece distinto hasta que cruzas su puerta de entrada. Tan solo unas líneas blancas indican que algo no es ... igual. Unas rayas que marcan el inicio. El inicio no solo del curso, sino de cada jornada para los niños más pequeños, los de educación infantil, que en este curso 2020-2021 tendrán que formar fila bajo el cielo raso y no bajo techado.

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El coronavirus ha llegado a nuestras vidas para cambiarlo todo. También la vuelta al cole. Este septiembre será distinto para profesores y alumnos. Los equipos directivos ultimaban ayer los detalles para que hoy todo esté en perfecto estado.

Laura Ramos es la directora del CEIP Jueces de Castilla, quien se ha encargado, junto a su equipo, de que las puertas hoy se abran para unos alumnos que en la mochila no solo cargan ilusión y ganas de aprender, también miedos e incertidumbres. Y algún que otro bote de gel hidroalcohólico.

Los cambios en el centro son notables y visibles y, como deberes para el primer día, tienen marcado el aprendizaje de la nueva manera de moverse por el centro. Tras pasar por la puerta de entrada las señalizaciones y los dispensadores de gel lo llenan todo.

Señales de dirección prohibida conviven con las de dirección obligatoria en una especie de autopista que regula el uso de las escaleras. Las flechas por el suelo intentan hacer más sencillo a los más pequeños la llegada hasta su aulas.

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Unas aulas que, sin ser diferentes serán distintas. El primer piso de este centro está destinado para los alumnos de Educación Infantil. Clases que han tenido que olvidar que en otros momentos, quizás, bebieron de los conocimientos de María Montessori o de los autores de la Escuela Nueva y que vuelven a un modelo más rígido. Pequeños grupos de mesas en los que cada alumno trabajará con sus materiales de manera individual.

Atrás quedaron los rincones donde poder disfrutar del juego simbólico (casita, disfraces, etc,.) o de espacios comunes como la biblioteca del aula. Los maestros y maestras intentarán reducir al mínimo el contacto para evitar contagios, enseñar a compartir será este curso una tarea harto difícil.

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Quizás el Jueces de Castilla sea un centro afortunado, de línea dos, es decir, dos aulas por curso, ha pasado a ser de línea tres en todos los cursos salvo sexto de primaria. Esto hace que la ratio de estas clases haya bajado y la media se establezca en 16 alumnos, por lo que el trabajo podrá ser más individualizado y se podrá mantener la distancia física con mayor facilidad.

Las aulas de primaria se encuentran en la segunda planta. Al igual que las que están destinadas para los más pequeños, las mesas permanecen distanciadas unas de otras. Cada niño dispondrá de su material y tendrán que utilizar la mascarilla.

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Este curso, además de aprender lo marcado por el currículo, los alumnos tendrán que interiorizar otra serie de conocimientos que, poco a poco, irán formando parte de su día a día. Las puertas de las clases permanecerán abiertas, por lo que será necesario moverse por los pasillos en silencio para no molestar. Además, nada de correr y moverse por los pasillos como hasta ahora podían hacer, es necesario que todos sigan las flechas indicativas.

El lavado de manos será otro de los caballos de batalla de este inicio de curso, así como la ventilación de las aulas. Según explica Laura Ramos, los conserjes acudirán antes al centro para poder ventilar todas las instalaciones antes de que comiencen las clases. Las ventanas volverán a abrirse en los cambios de clase y en el tiempo de recreo. Algo que, considerando las temperaturas de Burgos, hace temblar a la comunidad educativa. ¿Cómo se distinguirán los síntomas de la covid-19 de los propios de resfriados, bronquitis y bronquilotis tan típicos de esta época y más con las ventanas abiertas tanto tiempo?

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El centro Jueces de Castilla cuenta con un segundo edificio que hace años albergó las clases de los mayores de EGB y que poco a poco recobra vida para acoger entre sus muros a los mayores de primaria (y tan pequeños en comparación). Aulas cerradas que a contrarreloj esperaban este martes a los operarios del ayuntamiento para que colgasen las pizarras. Gracias a ellas las clases de sexto seguirán como hasta ahora, sin desdoblar, y manteniendo las distancias obligatorias.

Y a pesar del trabajo sin descanso del equipo directivo la jornada del martes fue una jornada de carreras contra el tiempo. Comedores sin colocar tras recibir una capa de pintura, salas acomodadas para que los niños puedan comer en ellas. Nada se deja al azar, pero las manos escasean para lo mucho que hay que organizar.

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Laura Ramos asegura que los primeros días serán una toma de contacto, de explicar esta extraña 'nueva normalidad', de intentar acomodar las clases a la normativa y de hacer sentir a los alumnos lo más cómodos posibles.

Las familias han recibido información detallada del curso de sus hijos de manera personalizada para que hoy no se produzcan dudas ni aglomeraciones a la entrada del centro. Todo está preparado para comenzar el curso más extraño de sus vidas.

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Y en la planta de abajo, en un rincón, casi escondido pero bien señalizado, una pequeña sala que esperan no tener que usar. En ella descansa una mesa con su silla, una papelera con pedal y una ventana. En la puerta un cartel colorido que reza «sala aislamiento covid» y el deseo verbalizado en voz alta de que no sea necesario abrirla.

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