Las familias burgalesas quieren poder elegir el formato de la educación de sus hijos durante la pandemia de coronavirus

Este movimiento tiene un objetivo claro, que sean las familias quienes decidan, mientras dure la pandemia, si la educación que reciben sus hijos es de manera presencial o de manera 'online'. Por ello, solicitan que la enseñanza presencial sea segura y la 'online' de calidad.

Verónica García Muela es la portavoz de este movimiento en Burgos que reúne ya a más de 100 familias, 500 en toda la región y más de 11.000 a nivel nacional, una cifra que no deja de crecer.

«No queremos solo una enseñanza 'online', no. Todos queremos volver al colegio, pero queremos poder elegir. Cualquiera de las dos opciones es igual de respetables», explica. La idea de que la modalidad de enseñanza fuera opcional según las necesidades de las familias surgió hace unas tres semanas, cuando la ministra de Educación aseguró que las clases serían presenciales.

«La lógica dice que con la realidad existente a cada familia nos dieran la oportunidad de elegir si necesitamos una educación presencial u 'online'», continúa García Muela.

Este colectivo entiende que hay familias que quieren o necesitan, por sus circunstancias, que esta educación sea presencial, pero reivindican el derecho de otro porcentaje de familias a elegir la modalidad 'online'.

«Tenemos los medios, hemos aprendido durante la cuarentena a manejarnos 'online'. Ya no nosotros, sino nuestros hijos. Esta posibilidad es viable y así conseguimos, con estas dos opciones, abarcar a miles de familias y docentes, ayudamos a bajar la ratio en las aulas, y a las personas de riesgo, ya sean docentes, alumnos o familiares, les reduces el riesgo de contagio», asevera Verónica.

Estas familias se quejan del protocolo presentado por la Junta de Castilla y León para la vuelta a las aulas. Para ellos «no tiene lógica» que se hable de clases «burbuja», es decir, de niños que no pueden juntarse con los de otras aulas «si tienen hermanos en el mismo centro».

«Mi hijo de primero de Primaria va a estar en una clase con 25 niños sin mascarilla, con una profesora que se va a pasar por cada niño, y luego va a venir a casa y se va a juntar con sus hermanos de primero de la ESO y quinto de Primaria, que sí van a estar con mascarilla en clase. Al llegar a casa se rompen las burbujas, no existen», ejemplifica.

Y la duda se instala en los posibles escenarios que puedan darse. ¿Qué ocurrirá si se declara un positivo en una clase? ¿Se aislará en casa también a las clases de los hermanos por ser contactos de riesgo?

«Si me das la posibilidad a mí, que tengo medios, que puedo hacerlo, de seguir la educación desde casa de manera 'online', que además muchos tenemos miembros de la familia que son personas de riesgo, te bajo la ratio y ayudamos a los niños a comprender que no van al colegio porque hay otros compañeros que sí lo necesitan. Hacer comprender a los alumnos de infantil que no pueden compartir juguetes, o que no pueden compartir agua o ayudarse o darse un beso si se hacen daño no tiene sentido. Ayudamos también a los profesores a minimizar riesgos y a poder seguir el protocolo, porque no son médicos», recuerda.

Verónica García tiene claro que este momento los padres no van a tomar una decisión basándose en lo que quieren, sino en lo que cada familia necesita y recuerda que esto «no es un juego» y que «van vidas en ello».

«Queremos que se nos escuche, no estamos pidiendo un imposible, pero el dinero que tenían que haber destinado a educación no ha llegado. No sería un problema tampoco, los mismos profesores que no dieran la clase en presencial porque por su condición de salud son considerados de riesgo y no pueden hacerlo podrían dar las clases 'online', no es desacabellado», insiste.

Desde este movimiento han hecho llegar su petición a las autoridades educativas, aunque lo que les gustaría es poder mantener una reunión en la que su voz se escuche.

La vuelta al cole está cada vez más cerca, una vuelta al cole diferente a lo que hasta ahora todos conocíamos, por eso cada vez más padres reclaman su derecho a elegir el tipo de enseñanza que quieren en estos tiempos de pandemia.