«Los niños con diversidad funcional necesitan a una persona que esté con ellos y que va a entrar en otras aulas»

Los niños con diversidad funcional también quieren volver al colegio con sus compañeros, sus profesores y sus terapeutas. Quieren seguir aprendiendo y formándose, como cualquier niño en edad escolar. Pero necesitan hacerlo seguros, en un espacio controlado en el que nada quede a la improvisación.

Es por esto que algunas familias de niños con diversidad funcional, a través de la asociación Somos Diversos, y siguiendo los pasos de lo propuesto por el movimiento 'Castilla y León Derecho a Enseñanza sin Riesgo', solicita que «cada familia pueda elegir el tipo de educación que necesita para sus hijos».

De esta forma, cada necesidad se verá cubierta por un sistema busca la inclusión de todas las situaciones y que busca soluciones a algunos de los problemas con los que la educación se ha encontrado durante la pandemia de coronavirus.

Gemma Fradejas, secretaria de la asociación Somos Diversos, asegura que con esta medida, y al haber padres que elijan la educación en casa, «la ratio en las aulas bajaría». «Las autoridades educativas no han bajado las ratios, son las mismas que otros cursos, es una medida para que haya menos alumnos en clase», afirma.

De esta manera, los niños que necesiten por sus circunstancias acudir a los centros para continuar su formación por medio de las clases presenciales pueden hacerlo, pero también aquellos que, por estar dentro de un grupo de riesgo, o porque haya peligro de contagio, puedan optar por la formación 'online'. «Siempre desde la elección y no desde una imposición como ocurrió en el confinamiento», remarca Fradejas.

Este colectivo, además, implica un tipo de características que hace más complicada la detección temprana de unos posibles síntomas. Un niño o niña con diversidad funcional no siempre puede comunicarse de una manera satisfactoria. «No poder decir 'me encuentro mal' hace que sea muy difícil tratarlos a tiempo», explica, como también es complicado que «vayan al colegio y no puedan interactuar».

«Ellos necesitan a una persona que esté con ellos, que sea su apoyo, sus terapeutas. Esta persona está luego en otras clases y no tienen nada preparado en el protocolo de la vuelta al colegio al respecto. Al final ves que dándoles tú las clases en casa con el apoyo del colegio puedes llegar al mismo sitio y que tus hijos y tu familia van a estar mejor y más seguros. Y los que queremos que nuestros hijos se queden en casa vamos a hacer que baje la ratio para los que quieren o necesitan que sus hijos vayan de manera presencial», insiste Gemma Fradejas.

Como Fradejas cuenta, en estas situaciones salta por los aires el concepto que tanto se está escuchando de «aulas burbuja». La educación inclusiva de niños de educación especial en colegios normalizados incluye la necesidad de contar con especialistas y terapeutas para ellos, pero no son, ojalá, un profesional por alumno en exclusiva, sino que cada uno de estos profesionales se encarga de varios niños de diferentes cursos; por lo tanto están obligados a entrar en diferentes aulas. «Sin embargo, no han dicho nada de esto, somos los olvidados y no sabemos qué va a pasar con los especialistas que tienen que entrar en clase», lamenta.

Además, en las instrucciones elaboradas para esta vuelta a las aulas se habla de restringir el movimiento dentro de ellas, algo que «no puedes evitar cuando hay niños con autismo o TDH, porque necesitan el movimiento, no los puedes sentar en su silla y decirles que no se pueden mover, o que no toquen a nadie, son niños cariñosos que necesitan contacto, abrazarse, dar la mano».

«No tenemos ninguna respuesta ni creo que haya ninguna solución», asegura Fradejas , quien cuenta que desde Somos Diversos han intentado hablar con la Consejera de Educación, pero no lo han conseguido, y en la consejería de Educación no les han dado ninguna respuesta al respecto. Su objetivo es llegar hasta el Ministerio de Educación, para que escuchen su petición. Una petición que afecta a muchas familias en Castilla y León y en Burgos, aunque la cifra no la conoce porque «no la facilitan».

Mientras tanto, seguirán buscando la manera de hacerse oír para encontrar la forma de que cada familia pueda elegir la vuelta al cole más adecuada para sus hijos.