Los detractores de las puertas de la Catedral acudirán al Defensor del Pueblo y al Procurador del Común

La plataforma la constituyen trescientas personas, preocupados por el devenir de la Catedral y el peligro de perder el reconocimento como Patrimonio de la Humanidad. La iniciativa ha surgido a raíz de los manifiestos firmados por profesionales y ciudadanos que, desde febrero, han mostrado su rechazo a las nuevas puertas y, ahora, siguen insistiendo que el proyecto debe abandonarse.

«Lo que queremos es que este proyecto sea retirado, no valen medias tintas», afirman, en referencia a los contactos que está manteniendo el Cabildo con Icomos para tratar de conseguir el visto bueno a la intervención, que de momento solo ha recibido crítica de organismos e instituciones. Al rechazo de Icomos, se sumaba recientemente el emitido por el embajador de la Unesco en España. Previamente, también la Academia de Bellas Artes de San Fernando había manifestado su oposición al cambio.

Las puertas actuales de la Catedral de Burgos «están en buen estado», explican portavoces de la plataforma. «Son unas puertas neutras, que no intervienen en la iconografía anterior». Así que no hay razón alguna para el cambio. También cuestionan el caracter reversible de los nuevos diseños, no solo por el coste elevado que tienen (en torno a un millón de euros) sino también por la intervención que exigen en los muros de la Catedral para su instalación.

Por todo ello, la Plataforma 'Puertas No' tiene ya preparados los escritos para acudir al Procurador del Común y al Defensor del Pueblo. Insisten en la ilegalidad de la iniciativa, que ha carecido de cualquier forma de transparencia. El artista Antonio López ha estado dos veces en la Catedral, con sus bocetos, pero no se ha sabido. Como tampoco que algunos concejales del Ayuntamiento se hayan acercado a la Seo para conocer en qué consistirá la intervención.

Además, la plataforma tiene preparadas diferentes actividades, que se irán desarrollando según vaya permitiéndolo la pandemia. Quieren organizar mesas informativas y, de momento, ya cuentan con chapas y carteles para que la ciudadanía burgalesa pueda mostrar su oposición a las puertas. «La Catedral no necesita ningún añadido», insisten, y el propio PGOU impide que se hagan obras nuevas, solo permite conservación, consolidación y restauración, recuerdan.