El auto del Supremo sobre el toque de queda es «una bofetada con la mano abierta» a la Junta

«El Tribunal Supremo le ha dado una bofetada con la mano abierta a la Junta, de las que se dan solamente cuando el órgano judicial está muy enfadado», explica Santiago Bello, catedrático de Derecho Administrativo y decano de la Facultud de Derecho de Burgos. Bello se muestra muy crítico con la actitud de la Junta de Castilla y León, que a su juicio ha liderado acciones «cuestionables y agresivas contra los derechos de los ciudadanos». Y el Supremo le da la razón.

Bello insiste en que «podía haber dicho lo mismo de forma más suave pero ha sido muy contundente para ser una medida cautelar», pues al dar respuesta a la petición del Gobierno central no ha podido entrar en el fondo de la cuestión (algo que se abordará a medio plazo, con la correspondiente sentencia definitiva que, explica el jurista, todo apunta a que considerará el adelanto del toque de queda como nulo de pleno derecho), aunque seguro que se ha quedado con las ganas.

«El Tribunal Supremo le ha dicho que 'huele' a nulidad de pleno derecho y violanción masiva de derechos fundamentales», apunta Bello, ya que ha optado por la medida que se puede considerar más «agresiva» sin ser el competente para ello y sin contar con una base jurídica que lo ampare, pues para el órgano jurídico el decreto de estado de alarma solo permite ajustar el toque de queda entre las 22:00 y las 7:00. «No todo vale para defender la vida», ha insistido Bello, en referencia a las explicaciones de la Junta.

Para el catedrático, el presidente de la Junta debería haber pedido disculpas a los ciudadanos. «No se ha visto ninguna autocrítica. Yo creía que Alfonso Fernández Mañueco iba a pedir perrdón. Debería hacerlo cuando uno se equivoca tanto», asevera, al mismo tiempo que recuerda que a la hora de tomar este tipo de decisiones hay que ser mucho más prudente. Y «quirúrgico», pues se juega con un derecho fundamental cuya vulneración no es reversible. De hecho, el Supremo indica expresamente que «la consumación de una restricción ilegítima del derecho fundamental sería absolutamente irreparable«.

En el auto, el alto tribunal le recuerda a la Junta que tenía otros instrumentos que no ha utilizado, aseverando que no debería hacer lo que ha hecho. «Es un golpe en la línea de flotación de un político«, señala Santiago Bello, quien considera que »el presidente de la Junta no ha entendido el mensaje que el ha mandado el supremo«, vistas sus últimas declaraciones. «En la escala de derechos fundamentales, la Junta ha utilizado una de las medidas más agresivas, el toque de queda», insiste. «Es muy grave y muy triste».

Santiago Bello afirma que el Tribunal Supremo ha resuelto en un tiempo «razonable» el recurso presentado por el Gobierno, aunque la paralización de la medida haya llegado un mes después de su entrada en vigor. Además, el propio Gobierno no pidió medidas cautelarísimas, que habrían exigido una resolución mucho más rápida. Ahora toca esperar a la sentencia definitiva, en la que el Supremo ya entrará a valorar el fondo de la cuestión, más allá de revocar el acuerdo de la Junta.

Para el decano de la Facultad de Derecho, el auto del Supremo ha servido también para demostrar que vivimos en un estado de derecho, pues medidas como las impuestas por la Junta lo han llegado a poner en tela de juicio. «La sociedad castellano y leonesa es muy cumplidora«, ha reconocido, pero eso no quiere decir que haya estado de acuerdo con la medida. Como tampoco se puede asimilar que un rechazo de la misma suponga que no importe la pandemia, la vida, los enfermos, afirma Bello, pues en esa disyuntiva es en la que la Junta ha querido poner a los ciudadanos.