La artista burgalesa de 12 años que ya ha vendido un cuadro y sueña con verse en el Louvre

Jimena López Luis tiene 12 años y un don para la pintura. La burgalesa, que comenzará en septiembre primero de la ESO, ha expuesto por primera vez en el HUBU gracias a los artistas Sandra Manso y Jorge de Miguel, que le han reservado un espacio en su muestra. La joven ya ha vendido un cuadro y explica, orgullosa, que el arte es parte de su vida y esta va a seguir ligada a él en el futuro.

Cuando era pequeña, Jimena ya hacía sus pinitos con las pinturas y acuarelas. «Yo empecé desde muy pequeña, desde los cuatro años», reconoce la burgalesa. Comenzó viendo vídeos tutoriales en YouTube sobre cómo aprender a dibujar y, poco a poco y con las clases en una academia de la ciudad, la joven ha ido mejorando y perfeccionando sus técnicas.

Sin embargo, este camino no ha sido siempre fácil, ya que ha habido tantos borrones como dibujos. «Si no me salía, me enfadaba, lo borraba y empezaba otra vez», comenta acerca de sus inicios. Aunque esto no quiere decir que ya haya alcanzado su máximo nivel, porque la burgalesa tiene claro que quiere seguir aprendiendo más técnicas y practicando para ser la mejor.

Durante 2024, el padre de Jimena y la joven coincidieron con Sandra Manso y Jorge de Miguel. La pareja de artistas burgaleses conocieron su obra y quedaron maravillados, así que decidieron hacerle un hueco en su muestra. Esta se puede visitar en la sala de exposiciones del Hospital Universitario de Burgos hasta el sábado 31 de agosto.

Para Sandra y Jorge, Jimena es su «joven promesa» cuyo estilo encaja con el suyo. Por su parte, cuando Jimena conoció la noticia estaba «muy contenta y muy ilusionada», ya que no se esperaba la oportunidad de poder exponer por primera vez. Una vez vio sus cuadros colgados en la sala y su nombre en los carteles, la joven se sintió como si fuera «un sueño».

Al enterarse, su madre no podía dar crédito, y lo mismo les ocurrió a los familiares y amigos de la artista: todos se alegraban enormemente por su logro a una edad tan temprana. Además, durante el tiempo que sus cuadros han estado expuestos, desde el 2 de agosto, Jimena ha recibido muchos mensajes de cariño que los visitantes han escrito en un cuaderno. «Cuando lo leías y veías que te decían algo te daba una ilusión tremenda», explica emocionada.

Jimena puede tardar hasta tres o cuatro meses en terminar una obra. «Depende del tamaño y de cómo sea la pintura», señala, especificando que con lapicero «lleva más trazos y más retoques». Por el contrario, la acuarela es más rápida. Pero, pinte con la técnica que pinte, lo mejor llega al terminar cada obra: «Es increíble el hecho de acabar tu obra y decir 'wow, tanto tiempo... Me ha quedado impresionante'». Para ella, ese momento es «una pasada».

Sin embargo, antes de llegar a este punto Jimena ha tenido que buscar inspiración, realizar pruebas, los trazos principales y otros retoques. Cuando está frustrada o algo no le sale como quiere, la joven intenta animarse a sí misma para seguir intentándolo. «Me digo, 'Jimena, que tú puedes. Venga, otra vez'. Me cuesta, tengo poca paciencia, pero lo hago».

En cuanto a la inspiración, la joven asegura que se fija «en todo lo que me gusta. Por ejemplo, las plantas», aunque es alérgica a ellas. Por eso, quizás, le guste tanto pintarlas y casi todas sus obras llevan implícitas alguna flor, brote u hoja de distintas especies.

En cuanto a las técnicas, Jimena utiliza óleo, acrílico, acuarela o lapicero. En los cuadros que ha expuesto en el HUBU hay un poco de todo. Además, de cara a este nuevo curso, la joven pintora quiere probar con el carboncillo, técnica reina de la obra de De Miguel, artista con el que comparte la exposición.

En septiembre, Jimena comenzará primero de la ESO. La joven artista reconoce que «hay que ponerse más las pilas» de cara al nuevo curso, pero no se le pasa por la cabeza dejar la pintura. «Yo voy a seguir dibujando, lo tengo muy claro», afirma.

De hecho, sueña con una gran carrera artística para la que ya se prepara, dedicando al dibujo unas cinco horas por semana entre la academia y sus ratos libres. «Yo, sinceramente, espero ser famosa y reconocida. Uno de mis sueños es exponer en el Louvre», señala.

Y parece que la artista burgalesa va por buen camino. A sus doce años ya ha expuesto por primera vez, recibiendo decenas de buenos comentarios, incluso del artista Francisco del Hoyo. Además, ya ha vendido un cuadro, algo que le pilló por sorpresa. «Estoy muy ilusionada», asegura, por lo que seguirá trabajando su don para poder alcanzar esos sueños llenos de pinceles, pinturas, plantas y mucho, mucho arte.

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