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Montesclaros Hortigüela posa con uno de los juguetes que utilizó durante su tesis doctoral. Sara Sendino
Montesclaros Hortigüela

Doctora Hortigüela, pediatra Cum Laude de Burgos: «La nueva droga son las pantallas»

Esta pediatra ha defendido su tesis sobre las secuelas que produce la asfixia perinatal obteniendo la máxima nota. Burgosconecta charla con ella acerca de sus hallazgos y las nuevas patologías a las que se enfrentan niños y adolescentes

Domingo, 30 de junio 2024, 09:39

Montesclaros Hortigüela es una pediatra que, tras defender su tesis doctoral, ha sido reconocida con la calificación Cum laude. Esta burgalesa ha estudiado las secuelas futuras que pueden tener los bebés que sufrieron asfixia perinatal al nacer. También ha observado el efecto de la hipotermia como reductor de las posibles consecuencias de la asfixia, entre ellas, la encefalopatía hipóxica isquémica.

Montesclaros estudió Medicina en la Universidad de Navarra, para después especializarse en Pediatría en el HUBU. Tras esta etapa, se subespecializó en neurología pediátrica en el Hospital Niño Jesús de Madrid, para terminar volviendo a Burgos. Ahora es pediatra en un centro de salud de la capital.

Hace diez años, en 2014, Montesclaros comenzó su tesis doctoral en la Universidad de Valladolid. Lo hizo de la mano del doctor Juan Arnáez, su director. Él ya había puesto en marcha en Castilla y León y La Rioja un programa de atención al recién nacido con asfixia perinatal. Se trataba de aplicarle hipotermia durante 72 horas y mantenerle entre 33 y 34 ºC para minimizar los efectos de la asfixia. También puso en marcha este sistema en Burgos.

Con ese pretexto, y con el de una joven pediatra amante de la neurología, Montesclaros no dudó en comenzar su tesis doctoral sobre el tema. Para ello, analizó el desarrollo cognitivo de 124 niños y niñas que, tras sufrir asfixia perinatal, desarrollaron encefalopatía hipóxico isquémica, que puede provocar daños a largo plazo. La médica burgalesa también analizó a 80 niños y niñas denominados «control»; es decir, sanos.

Tras muchas idas y venidas por hospitales de Castilla y León y La Rioja, cientos de entrevistas y escribir sus conclusiones, presentó su tesis doctoral en este 2024 y obtuvo la calificación Cum laude. Ahora pretende dar a conocer esta patología para que los papás comprendan los posibles tratamientos, además de dar consejos a padres primerizos desde su consulta y mostrarles algunos peligros actuales para la niñez y adolescencia, como la adicción al móvil.

Observar cómo actúan e interactúan los niños

La encefalopatía hipóxica isquémica (EHI) es la falta de oxígeno y sangre en el cerebro inmediatamente antes o durante el nacimiento. Dependiendo de su intensidad, este estado puede provocar daño en otros órganos internos, como los riñones, el hígado o los intestinos.

Además, cuando el daño cerebral es grave, se pueden presentar en el bebé trastornos del movimiento, la comunicación y del aprendizaje; así como epilepsia. Por ello, a estos bebés que sufren EHI se les trata nada más nacer con hipotermia durante tres días. Este tratamiento aumenta la probabilidad de sobrevivir sin discapacidad, pero, ¿cómo son esos niños cuando tienen tres años?

Eso es lo que investigó la burgalesa Montesclaros Hortigüela en su tesis doctoral. Y lo hizo mediante evaluaciones de los niveles cognitivo, del motor y del lenguaje. Fundamentalmente, se ayudó del test de Bayley, que incluye preguntas a los padres, y observaciones a los niños participantes sobre cómo interactúan con diversos juguetes como los que se muestran en la imagen:

Juguetes que utilizó Montesclaros Hortigüela para realizar su tesis doctoral. Sara Sendino

Montesclaros empezó su tesis en 2014, por lo que le ha llevado diez años realizar todas las observaciones, escribirla y defenderla. A su espalda quedan cientos de viajes por Castilla y León y La Rioja con la maleta del test de Bayley a cuestas mientras lo compaginaba con su trabajo de pediatra. Por el camino, decenas de niños y sus padres a los que Hortigüela entrevistó en hospitales que aceptaron colaborar con la pediatra burgalesa.

Tras todo el trabajo realizado durante diez años, Montesclaros defendió su tesis recientemente, algo por lo que está «muy contenta». Parte del estudio fue financiado por las fundaciones Ernesto Sánchez-Villares y Burgos para la investigación de la salud, además de obtener una beca de formación en Neurología Pediátrica concedida por la Sociedad Española de Neurología Pediátrica.

La hipotermia alivia las secuelas

Respecto a las conclusiones de su tesis, Montesclaros afirma que han observado «cosas novedosas». Por ejemplo, que los niños con encefalopatía hipóxico isquémica leve «son muy parecidos a la población control» o normal, aunque sus puntuaciones en el test cognitivo fueron «significativamente más bajas». Una conclusión para tener en cuenta de cara al futuro.

Respecto a los niños y niñas de tres años que tenían EHI moderada o grave, Montesclaros y su equipo han observado que las secuelas son menores a las descritas en la literatura anterior. Estos son los pacientes que pasaron por hipotermia, y la tesis de la burgalesa demuestra que «antes eran niños con parálisis cerebrales graves, con discapacidad intelectual grave... y ahora hemos visto que no».

Sin embargo, esto no quiere decir que los bebés que sufren EHI moderada o grave sean como el resto. De hecho, a nivel cognitivo, motor y del lenguaje, estos pacientes tienen «puntuaciones inferiores», aunque no son tan graves como se veían antes. Además, estos niños y niñas «tienen mayores problemas a nivel emocional que la población control. Suelen tener más tasas de ansiedad y de depresión» comenta la pediatra.

Ahora es pediatra en Burgos

Montesclaros Hortigüela cursó Medicina «porque quería ser pediatra. Siempre me han gustado mucho los niños», confiesa. Por ello, ahora se dedica a la pediatría en un centro de salud de Burgos. Además, colabora con el programa bbmiradas, que diagnostica autismo en edades tempranas.

En consulta, Montesclaros afirma que las patologías que más se reconocen en Burgos son las infecciosas, que dependen de la estación. «Bronquiolitis, gastroenteritis en la primavera...», comenta. Además, desde su puesto de pediatra también tratan de detectar de forma precoz posibles trastornos patológicos mediante entrevistas y cuestionarios con los padres y pacientes.

Durante su trabajo, la pediatra burgalesa reconoce que se crea un vínculo entre médico y familia. Respecto a casos difíciles a los que se ha enfrentando, Montesclaros destaca a los niños que presentan alteraciones en el neurodesarrollo. «La carga emocional y trabajarlo con los papás» son dos aspectos a los que debe enfrentarse.

En el otro extremo, Hortigüela destaca que las familias «son muy agradecidas» y para ella es el mejor recuerdo que se lleva. «Esa confianza que tienen en ti a mí me desborda de alegría, la verdad».

Consejos para padres primerizos

En la época actual, muchas personas buscan su diagnóstico en internet antes de consultar a un médico. Lo mismo suele ocurrir con los padres de niños, explica Montesclaros. Sin embargo, la pediatra recuerda «que estoy ahí para resolverles todas las cuestiones. Por favor, que no miren en internet, que en internet siempre te ponen lo más grave y lo peor», incide, señalando la importancia de acudir al médico ante cualquier duda o para buscar divulgadores fiables y con estudios sobre el tema.

Asimismo, Hortigüela también recomienda a los padres, sobre todo a los primerizos, que «disfruten, que no se agobien y que los niños no vienen con un manual de instrucciones». Además, reconoce que, aunque al principio puede costar, «para eso estamos, para apoyarles», reitera la pediatra.

La adicción al móvil, un problema serio en niños y adolescentes

Sin embargo, las patologías víricas no son las únicas a las que se enfrentan los pediatras en la consulta. «Ahora, sobre todo en los adolescentes, la nueva droga son las pantallas. Es la nueva adicción y estamos preocupados con ese tema», sostiene Montesclaros.

«Vemos que pasan mucho tiempo delante de las pantallas y eso les está generando mucha ansiedad, muchos cambios bruscos de comportamiento y la pena de perder lo social». Además, la pediatra señala que ya se están «demostrando problemas a nivel visual, psiquiátrico», problemas de atención y pérdida de imaginación, ya que en la pantalla «hay estímulos visuales y sonoros rápidos. Todo es rápido y el contenido es constante y, al final, la vida no es así. Hay que aburrirse».

Pero, ¿cómo se pueden tratar estas adicciones en edades tan tempranas? La pediatra burgalesa afirma que, «sobre todo, explicándoles que es una adicción. Les hacemos a los papás cargo de que tienen que ser tajantes», explica. «Hay que cortarlo de raíz desde el principio, porque estamos viendo que esto avanza, que empiezan por ahí pero luego acaban en adicciones al juego y todo lo que eso conlleva», concluye.

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