Cómo devolver a la piel y cabello la salud perdida en las vacaciones

Lo principal al volver de un día en el que se ha expuesto el cuerpo al sol, el calor, el cloro, la sal y el sudor, es limpiar bien el cuerpo, exfoliarlo con limpiadores suaves y libres de sulfatos.

Con una exfoliación regular se consigue la eliminación de las células muertas y mejorar, en general, la textura de la piel. Para el rostro se puede optar por exfoliantes suaves con ácido glicólico o ácido láctico para evitar la irritación y ayudar a que el producto penetre mejor en la piel.

Después es el turno de la hidratación. Hay que optar por una crema hidratante corporal rica en ingredientes como glicerina y manteca de karité. A la hora de aplicarla hay que centrarse en las áreas que suelen resecarse más, como los codos, las rodillas y los talones.

Las mascarillas pueden devolver al rostro la luminosidad y elasticidad perdida. Conviene utilizar las que tengan colágeno, vitamina C o ácido hialurónico, y aplicarlas una o dos veces por semana para un cuidado intensivo.

Si la piel presenta un tono desigual y se nota apagada, existen productos con vitamina C para iluminar y unificar el tono de la piel. Para problemas más graves, como la hiperpigmentación, conviene consultar a un dermatólogo.

Aunque el verano haya llegado a su fin, no hay que dejar de lado el protector solar, ya que la protección debe permanecer en la rutina durante todo el año. Lo más adecuado es optar por un protector solar de amplio espectro, con al menos SPF 30, y aplicarlo todos los días, incluso los nublados.

Un buen descanso también es esencial para la regeneración celular y la reparación de la piel. El estrés puede afectar negativamente la salud de la piel. No hay que olvidar beber suficiente agua, algo crucial para mantener la piel sana y radiante.

La transición de las vacaciones al otoño requiere de ajustes en la rutina de cuidado de la piel aunque también en nuestra vida emocional para no sufrir el síndrome posvacacional. Hay que valorar un cambio de productos, tratamientos y rutinas, para ser un cuerpo sano en una mente sana.

Para recuperar la suavidad y el brillo del cabello es esencial optar por acondicionadores y mascarillas capilares ricas en ingredientes como aceites naturales (aceite de argán, coco, jojoba), manteca de karité y aloe vera. Aplicar el producto de medios a puntas, dejándolo actuar durante varios minutos antes de enjuagar.

Los champús libres de sulfatos ayudan a limpiar suavemente el cabello, a mantener sus aceites naturales y prevenir la sequedad. Además, conviene lavar el cabello con agua tibia en lugar de caliente para minimizar el daño.

Los sérums capilares proporcionan hidratación y nutrición. Hay que aplicar unas gotas de aceite en las puntas para prevenir las puntas abiertas, y mejorar la suavidad y el brillo.

Podemos buscar productos capilares diseñados para reparar los daños, como la queratina, que permite fortalecer y reconstruir la estructura del cabello estropeado. Si las puntas están abiertas y dañadas, un pequeño corte eliminará el cabello dañado y fomentará un crecimiento más saludable. Es mejor evitar utilizar secadores, planchas y rizadores y si se usan, aplicar un protector térmico para minimizar el daño.

Utilizar un sombrero para proteger el cabello de los rayos UV. También se pueden aplicar productos con protección UV para prevenir la decoloración y el daño solar. Si nuestro cabello ha sufrido un daño significativo, quizá es el momento de considerar un buen corte para eliminar lo dañado. Beber abundante agua y descansar lo suficiente ayuda a mejorar la salud del cabello.

Lo mejor que podemos empezar a hacer cuando volvemos de las vacaciones es tener una dieta sana, los excesos del verano no solo se notan en nuestro peso, también en la piel y el cabello. Con una dieta rica en productos frescos, legumbres, vitaminas de la fruta y las verduras o grasas saludables, como las del aceite de oliva, podremos reincorporarnos de seguido con más energía que nunca.