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Manel González Cortijo
Miércoles, 30 de agosto 2023, 07:32
Llega septiembre. La vuelta al cole y a la oficina, la despedida del verano, el adiós a la playa... Y con todo ello, llega el síndrome posvacional, que se produce debido a un cambio abrupto entre un período de relajación continuado y las demandas laborales ... del día a día. Dura unas pocas semanas y va disminuyendo gradualmente a medida que nos readaptamos a la rutina laboral. Es decir, no es crónico, pero debemos saber manejarlo para no acabar pasando las peores semanas de tu vida.
El final del mes de agosto y el comienzo de septiembre es la fecha general de la vuelta a la vida laboral, la residencia habitual y por lo tanto el fin de las vacaciones. Y según los datos de Ringover, empresa experta en la comunicación empresarial, más de la mitad de los trabajadores sufren el síndrome posvacacional en el momento de volver al trabajo.
Los síntomas de este síndrome recorren primero nuestra psique hasta llegar en algunos casos a determinar dolores físicos que nos pueden complicar la convivencia en el trabajo y en casa. Para combatir todos los síntomas, pueden seguir una serie de hábitos cotidianos.
El cansancio o la fatiga son normales al volver a la faena, no depende de lo movidas o sedentarias hayan sido tus vacaciones, sino de tu ritmo diario de sueño y comidas. Inicia un ritmo de vida con los descansos bien marcados, ocho horas de sueño y dieta equilibrada rica en magnesio con alimentos como frutos secos, cereales integrales, legumbres y verduras de hoja verde que son ricos en magnesio y ayudan a reducir el cansancio y la fatiga
Después de olvidarse de toda la velocidad y los impactos de información recibidos a diario y vivir una vida más relajada y contemplativa, es normal perder el ritmo de concentración laboral sin perder el foco.
Para recargar energía y mantener la concentración es fundamental hacer pequeños descansos. Se puede seguir la técnica Pomodoro, que consiste en dividir el tiempo en intervalos de trabajo de 25 minutos seguidos de 5 minutos de descanso. Después de cuatro intervalos, hay que tomar un descanso más largo de 15 o 30 minutos. Tómatelos a tu manera, pero no te quedes dormido como la chica de la foto. Los alimentos con ácidos grasos Omega-3 como el salmón, las nueces y las semillas de chía son beneficiosos para la salud cerebral
La vuelta al trabajo no puede hacer que la comunicación entre los compañeros acabe dañándose por malos gestos o palabras llegados de una sensibilidad aumentada. Por eso, lo mejor es comenzar a realizar una de las actividades más desestresantes: el deporte físico de manera regular.
El ejercicio puede liberar endorfinas, unas sustancias químicas que pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir los cambios de humor. Es importante evitar el exceso de azúcar y cafeína, ya que puede provocar fluctuaciones en los niveles de energía y producir irritabilidad.
Los trastornos del sueño suelen ser otro de los principales motivos del síndrome posvacacional, ya que las rutinas del sueño pueden verse afectadas debido al cambio de horarios. Es conveniente intentar acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ya que esto ayudará a regular el reloj interno.
Si aún así cuesta conciliar el sueño, la melatonina puede ayudar. La melatonina es nuestra 'hormona del sueño', y para generarla de buena forma, debemos cenar al menos dos horas antes de acostarnos para que no interfiera en el sueño. Crear un ambiente propicio también es fundamental, una cama cómoda, la habitación oscura y tranquila, y una temperatura adecuada. Además, hay algunos alimentos que contienen melatonina de forma natural como las cerezas, el kiwi o el tomate.
La adaptación a la vuelta al trabajo puede llegar a ser complicada y generar ansiedad. Cuando nos encontramos ante esta afección, nuestros métodos paliativos se complican, ya que cada uno encuentra sus motivaciones y relajaciones en distintas cosas. En todo caso, nosotros te damos algunas recomendaciones.
Existen diversas técnicas de relajación que pueden ayudar a reducir los niveles de ansiedad y estrés, como puede ser la respiración profunda, la meditación, el yoga y el mindfulness. Un baño caliente con sales o aceites esenciales también calma la ansiedad y relaja los músculos.
Las vitaminas del grupo B, como la B6 y B12, están involucradas en el funcionamiento normal del sistema nervioso, por lo que también son buenas para la ansiedad.
La nostalgia por el tiempo libre, las actividades realizadas o la añoranza a familiares y amigos puede generar sensación de apatía. Uno de los mejores remedios para intentar combatirla es seguir haciendo planes en nuestro lugar de residencia y planificar futuras escapadas y viajes, quedar con amigos, ver a la familia, etcétera.
Pasar tiempo en la naturaleza y al aire libre, dar un paseo o simplemente salir a cenar puede tener también un efecto calmante y positivo para la salud y el estado de ánimo. Asimismo es conveniente incluir en la rutina actividades placenteras que hagan sentirse bien.
Agobiarse o sentirse superado por la cantidad de tareas acumuladas después de las vacaciones es normal, es difícil lidiar con ello, pero es cuestión de organizarse.
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Natalia Saéz Ursúa
Manel González Cortijo
Lo más recomendable es hacer listas de tareas junto con un calendario o un planificador. Además, hay que priorizarlas, clasificándolas según la urgencia que se tenga y dividirlas en pequeñas partes asignándole unos plazos a cada una. Es mejor realizar las tareas poco a poco que intentar abarcar todo de golpe y que al final no se pueda. Además, es fundamental apoyarse en los demás y saber delegar.
Las emociones asociadas después de un período de descanso pueden variar en intensidad y duración según cada persona. En la gran mayoría de los casos, duran solo unos días, pero si estos persisten es mejor acudir a un especialista para que los evalúe.
El síndrome posvacacional puede manifestarse con síntomas físicos como dolores de cabeza; problemas digestivos, malestar general, tensión muscular, especialmente en el cuello y espalda, cambios en la piel provocando urticaria o brotes de acné, e incluso sensación de opresión en el pecho y aumento de la frecuencia cardíaca.
Ninguno de nosotros se libra de la vuelta al trabajo. Bueno algunos sí: los niños. Eso sí, aunque ellos no estén dados de alta en la Seguridad Social, también sufren el síndrome posvacacional, aunque en menor medida.
En esto, son los padres o familiares cercanos los únicos que pueden ayudar a los pequeños a volver al curso, con sus compañeros y deberes, que hacía tiempo que habían casi olvidado.
Son los adultos en estos casos lo que deben fijarse e interceder por ellos, en tareas que les pueden abrumar, ya que los niños también necesitan liberar su mente con actividades y un buen descanso.
Los síntomas típicos en niños son la apatía, la desconcentración y la irritabilidad. Para conseguir paliar estos estados de ánimo desagradables y que empeoran sus relaciones dentro y fuera de clase te mencionamos estas medidas que incluir en la cotidianidad del pequeño.
• Recuperar relaciones sociales perdidas
Después de un verano alejado de los compañeros del cole, sería buena idea volver a afianzar las relaciones con algún tipo de quedada. Para ello se puede aprovechar el cumpleaños de algún niño hablando con los padres, o con el colegio para hacer una excursión a principio de curso.
• Vuelta a los horarios
El niño debe concretar junto con los padres y profesores un horario, que seguir, para romper con la libertad horaria del verano, de ordenar junto con sus tutores un horario de estudio, tarea, extraescolares y tiempo libre, para ordenar su mente y conseguir crear constancia en sus hábitos.
• Positividad y Motivación
Debemos dar al niño también ánimos y una serie de recompensas tras conseguir volver a la rutina para que no se haga monótona. Para ello, podemos premiar sus actitudes con algún juego que le guste, ir a ver a algún amigo o disfrutar con la familia.
• Repaso
¿Recuerdas tus veranos con los cuardillos de trabajo Santillana o Rubio? ¿Qué odio les tenías por no dejarte salir de casa antes de hacer otra página? Pues no guardes rencores hacia ellos, porque es la mejor solución para integrar a los niños en el siguiente curso. El repaso continuado, por corto que sea, de ortografía, matemáticas, inglés en cuadernos infantiles, es una gran solución a la rápida adaptación del niño. Intenta buscar cuadernos entretenidos, con personajes, historias o temáticas fuera de la sobriedad de los antiguos cuardernillos de ejercicios de tu niñez.
• Material Escolar
Sal de compras con el niño para conseguir el material necesario, interésate por sus asignaturas o extraescolares nuevas y por lo que necesita, busca el tiempo y el momento para acompañar a tu hijo a comprar y preparar las cosas que necesite en el siguiente curso. Tal vez alguna de las herramientas le llame la atención y comience a utilizarla antes en casa, comenzando así un acercamiento a las tareas del cole.
Con todos estos consejos, quizá no puedas superar del todo el síndrome posvacacional, pero sin duda estarás más cerca de lograrlo tras un verano de desconexión.
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