Ignacio Alfayate está observando en primera fila la crisis sanitaria del coronavirus en China. Y es que, este burgalés residente en Shanghai vivió la expansión de la pandemia y el inicio de una cuarentena inédita hasta entonces. Y ahora, varias semanas después de aquello, está viviendo la reactivación del gigante asiático, que «parece haber controlado» una pandemia que ahora ha puesto en jaque a medio mundo, incluida España.
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En este sentido, Alfayate, director general de Nicolás Correa en Asia, relata que la actividad está «volviendo poco a poco a la normalidad». «Ha vuelto la vida a la calle, hay niños en los parques y gente en los restaurantes», algo que, hace apenas unas semanas, era una quimera. De hecho, la gran mayoría de las fábricas chinas han comenzado a trabajar con total normalidad, aunque todavía hay mucho «control» para evitar que el Covid-19 se propague de nuevo. «Vayas donde vayas, te toman la temperatura y te controlan, ya sea a la entrada de las fábricas, de las urbanizaciones o al ir a comprar», subraya.
Además, aún no se han levantado todas las restricciones impuestas en la provincia de Hubei y la ciudad de Wuhan, focos originales de la pandemia. Y, a mayores, se han establecido nuevas medidas, como el cierre casi total de las fronteras. «Ahora mismo, la práctica totalidad de los casos que se reportan son importados» y al gobierno chino no le ha temblado el pulso.
Esa decisión, de hecho, ha afectado de lleno a la familia de Alfayate, que no ha podido viajar todavía a Shanghai. «Nunca me había imaginado estar separado de mi familia» por una razón como esta, pero «no podemos hacer nada» más que esperar a ver cuando se levantan las restricciones a la entrada de extranjeros.
Mientras tanto, toca seguir trabajando. Y el gigante asiático está preparado. «La recuperación va a ser muy rápida», ya que «China está preparada para invadir todo el mundo con sus productos» en el momento en el que se pueda volver a la normalidad. ¿Cuándo será eso? En realidad, nadie lo sabe.
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Lo cierto es que, hasta ahora, China parece haber vencido la batalla al coronavirus, pero a un alto precio. «Aquí, la clave fue el cierre total del epicentro de la pandemia» y la asunción de «medidas muy drásticas» desde el primer día, empezando por el «confinamiento total» de la población y la puesta en marcha de otras medidas paralelas, como el control mediante códigos QR o la utilización masiva de mascarillas, cuyo uso «es absolutamente obligatorio».
Aún así, China ya ha reportado oficialmente más de 81.000 casos y 3.300 fallecidos, unas cifras que, no obstante, están desde el principio en tela de juicio. A este respecto, Alfayate, desde la distancia, reconoce que «nunca sabremos» si son cifras reales o están maquilladas.
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