El SARS-CoV-2 es un virus que no deja de desconcertar a los médicos de todo el mundo, que llevan tan solo cuatro meses haciéndole frente. En Burgos, la neumóloga Ana María Pueyo, acostumbrada a trabajar con enfermedades respiratorias de todo tipo, constata que ... «se comporta de una forma curiosa y que se presenta de múltiples maneras». La mayoría de profesionales reconoce que el aprendizaje desde que estalló la pandemia ha sido continuo y que siguen aprendiendo cada día sobre la covid-19.
Cuando la presión hospitalaria ha disminuido y Burgos sigue en la fase 1 de la desescalada, los facultativos se centran en dos objetivos: por un lado, retomar la normalidad en centros asistenciales y, por otro, vigilar las secuelas de la enfermedad por coronavirus en aquellos pacientes que llevan varias semanas de alta. «Parece claro que entre los cuadros de afectación más graves, sobre todo en aquellos pacientes que han tenido que ir a la UCI, algunos han tenido complicaciones a varios niveles, porque puede alterar el sistema de coagulación y anticoagulación sanguíneo, puede producir hemorragias cerebrales, ictus, afectación cardíaca, hepática, o renal«, explica Pueyo que asegura que ya están empezando a realizar revisiones a personas que superaron la enfermedad.
«Vamos teniendo nuestras impresiones y esperamos que muchas de estas complicaciones sean reversibles porque, aunque sea un virus que deja al paciente muy destrozado, porque es verdad que afecta a los músculos, creemos que en seis u ocho semanas puedan sentirse mejor», confiesa. En este sentido, manifiesta que, tanto ella como sus compañeros, tienen «la ilusión de que probablemente y aunque el virus haya sido muy mortífero», los fármacos de los que han dispuesto y la agresividad de los tratamientos a los pacientes de covid en su fase más aguda, ayuden a minimizar el daño pulmonar permanente. «Ahora estamos empezando a analizar y hay que dar tiempo a todo esto. Lo que estamos viendo nos llena de esperanza, los afectados necesitarán tiempo para recuperarse pero no deben desanimarse porque esperamos que esas secuelas se solucionen», reconoce la doctora.
Desde el Área de Enfermedades Pulmonares Intersticiales del HUBU, «se hace una labor de revisión muy intensa de los pulmones, para ver qué pacientes van a necesitar más tratamientos o más pruebas diagnósticas». Por este motivo, Pueyo cree que durante los próximos meses seguirán «muy implicados con la covid en vistas a las secuelas». Además, «tenemos que ir planeando cómo actuar si vuelve a haber un repunte, debemos intentar evitarlo a nivel social pero aún así debemos estar preparados» añade.
«Los asmáticos no han desarrollado enfermedad grave»
Pueyo trabaja diariamente con enfermedades de la vía aérea como el asma o la epoc, además de otras patologías crónicas que «predisponen muchísimo a cuadros graves que provocan los virus. Los neumólogos tenemos siempre especial miedo a los virus», afirma. Uno de los colectivos considerado de riesgo desde el inicio han sido las personas con asma. La doctora, que atiende en su consulta a numerosos pacientes con esta patología crónica, asegura: «Temíamos que nuestros pacientes asmáticos fuesen especialmente afectados por la covid-19 y esperábamos cuadros muy muy graves pero no ha sido así».
Este es uno de los aspectos de la enfermedad por coronavirus que más le ha sorprendido a esta neúmola y hay varias hipótesis al respecto. Una de ellas podría ser, según expone Pueyo, «que el tratamiento bien hecho a base de inhaladores haya prevenido los cuadros graves, porque esperábamos mucha agresividad a nivel bronquial con los asmáticos y el virus ha pasado de largo«. Aún hay un gran número de incógnitas abiertas con este coronavirus, por lo que Pueyo declara que, »después de ver que provoca anomalías a nivel de coagulación y la famosa cascada inflamatoria o tormenta de citoquinas, que nosotros solemos ver pero a otro nivel, vemos que tiene un comportamiento especial el virus, aún no ha dejado de sorprendernos y por eso seguimos muy atentos«.
«Fue difícil realizar la labor asistencial con tantos pacientes que llegaban en situación crítica a la vez»
Respecto al inicio de la pandemia y cómo lo vivió en su condición de neúmologa, Pueyo confiesa que, a principios de año, con las noticias que llegaban desde China y con la idea de que una pandemia «puede ocurrir en cualquier momento», los facultativos estaban alerta. «Nos fijábamos más en los cuadros víricos veíamos cosas diferentes e íbamos pensando en qué iba a ocurrir». Llegó entonces el momento de suspender las consultas presenciales y de coordinar la infraestructura con el servicio de farmacia para suministrar medicación hospitalaria que ahora debían ponerse los pacientes a domicilio. «Tuvimos que pensar en muchas cosas que no se nos habían ocurrido nunca», indica la doctora.
La parte más dura para los profesionales sanitarios fue llevar a cabo la labor asistencial con un elevado número de personas afectadas «que llegaban en una situación muy comprometida» al hospital. «Perdimos a muchos pacientes», lamenta. «La toma de decisiones tenía que ser muy rápida, el cambio de medicación, la decisión de si poner un tratamiento u otro, a quién se pasa de un tipo de soporte ventilatorio a otro, a quién se le pone sistema de altos flujos o no y todo acumulando muchas horas de trabajo y poco descanso», señala. Sin embargo, también extrae la parte positiva y lo hace refiriéndose a sus compañeros: «Hemos trabajado muy en equipo, con profesionales de todas las especialidades unidos y eso ha sido muy enriquecedor».
Lo vivido durante los últimos meses, a pesar de su dureza, ha servido, según Pueyo, «para ver que el hospital tiene plasticidad, que se puede adaptar a situaciones extremas y, sobre todo, que las personas tienen mucha flexibilidad, todos los trabajadores sanitarios se han ido adaptando a las necesidades que surgían sobre la marcha». Para los sanitarios el horizonte se ha empezado a vislumbrar hace muy poco, «cuando la curva empezó a aplanar y se disminuían los ingresos diarios, perdíamos de vista los cuadros respiratorios tan graves del principio y la situación era más controlable», confiesa.
«Es imprescindible vacunarse de gripe este año»
A partir de ahora el futuro es incierto. La doctora explica que «intentarán recuperar la normalidad» pero que, en un servicio como Neumología, «va a ser complicado porque las visitas y pruebas presenciales son necesarias. Tenemos que reinventarnos, las consultas telefónicas también han sido enriquecedoras», indica. Uno de los aspectos más importantes para Pueyo es que han aprendido «a transmitir el valor de la prevención», por lo que asevera: «Este año es imprescindible vacunarse de gripe porque se pueden superponer varios tipos de virus que pueden sumarse y provocar mayor gravedad, por eso hay que aprovecharse de todas las vacunas de las que disponemos«.
La neumóloga no se olvida, de entre el equipo humano con el que ha trabajado, de destacar la labor de Atención Primaria, «han tenido menos herramientas que en el hospital, sobre todo en test diagnósticos y han hecho una labor de seguimiento, atención y tratamiento encomiable en un día a día muy duro. Hay que acordarse de ellos porque son fundamentales, son la primera puerta a la que llaman los enfermos», concluye.