Villar empezó a sentirse mal, con los primeros síntomas, allá por el 18 de marzo. Y le ingresaron el 21, explica una de sus nietas, Natalia Santamaría. «Ha tenido rachas muy graves; nos lo ponían bastante mal, por su edad», afirma, pero nunca estuvo ingresado en la UCI pues los médicos no lo consideraron adecuado. Y, finalmente, y casi de manera milagrosa, dice Natalia, Felipe Villar «tiró para adelante», empezó a recuperarse rápidamente y pudo salir del HUBU entre aplausos y gritos de 'campeón', como él mismo relata en la carta de ánimo y agradecimiento que ha escrito.
Ha sido una de sus inquietudes durante el ingreso, poder escribir un texto para agradecer el trato a los profesionales sanitarios y animar a todos aquellos que están pasando por su misma situación. La familia está muy agradecida con el personal del HUBU. «Los médicos han sido muy pacientes», afirma Natalia, pues les han informado a diario de cómo evolucionaba su abuelo y, cuando él ha estado mejor, le han facilitado hacer videollamadas con la familia. Y es que Felipe Villar, como el resto de ingresados, ha pasado su estancia en el HUBU solo acompañado de los sanitarios.
Y la carta, que nos ha hecho llegar, transmite ese agradecimiento personal y esas ganas de vivir. Pueden comprobarlo por ustedes mismos.
Me llamo Felipe
Tengo 85 años.
Soy un hombre sano, que le gusta nadar, bailar y comer bien.
Un día como otro cualquiera noté que me encontraba mal, bajo de fuerza y con fiebre. Y sin darme ni cuenta, estaba en una cama del hospital HUBU de Burgos.
Los médicos, las enfermeras y mi familia me explicaron que con mi edad tenía que enfrentarme con mucha fuerza a un camino largo y sombrío, para volver a ver un camino verde, lleno de esperanza y de vida.
Pero en ningún momento me sentí solo, los sanitarios me brindaron su amor, me hicieron saber de mi fuerza y ganas de vivir.
Para ello me aseguraron que si mantenía la alegría y la entereza que tengo dentro lo lograría todo y pronto estaría en casa con mis hijos y nietas....
No puedo nada más que agradecer a estos «héroes» que me llevaran por el buen camino, ellos me han ayudado cuando me faltaba el aire para seguir respirando, me han dado de comer cuando no tenía hambre, aliviado en los momentos más difíciles y puesto en contacto con mis familiares para la que la soledad de esta enfermedad no fuera tan dura. Siempre limpio y aseado y por supuesto se han portado conmigo como si fuéramos grandes amigos.
Sus conversaciones, bromas y alguna que otra bronca han sido la mejor medicina.
El día 34 (desde que esto empezó) me dijeron entre aplausos y gritos de emoción que había llegado a la meta, que todo el camino sombrío quedaba atrás y que por delante todo lo que venía sería precioso, que por tanto ya no necesitaba su ayuda. Habíamos ganado la batalla al Covid19 y me gritaban «Campeón»
Quiero animar a todos los enfermos, familiares. Si yo he podido, ellos pueden!!!
Agradecer también a mi familia, sus llamadas me alegraban la vida cada día, siempre llenas de palabras de fuerza y esperanza.
Y en especial a los sanitarios que me atendieron en el hospital HUBU de Burgos, ¡¡Me habéis salvado la vida!!
Os estaré siempre agradecido
Un fuerte abrazo
Felipe Villar
Ahora, Felipe Villar se recupera en una residencia, donde está bien atendido. Ha dado negativo en la covid-19 pero tiene que seguir en aislamiento. Mucho más animada, pero pendiente como siempre de él, se encuentra su familia. Felipe es viudo, pero cuenta con un hijo y una hija y dos nietas, que también lanzan un mensaje de optimismo en esta crisis sanitaria de la covid-19. También hay espacio para luz, sin olvidar a los que han caído, pero animando a los que todavía luchan contra el virus y a sus familias, para que no desfallezcan en la dura batalla.
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