Imagen de un control de tráfico de la Guardia Civil en Burgos. Ricardo Ordóñez | ICAL

Tráfico reforzará los controles y la vigilancia en carretera para frenar las muertes en Burgos

Se aumentarán los puntos de control de velocidad, alcohol y drogas tras un año que ha dejado 22 muertos en las carreteras de la provincia. El factor humano sigue siendo la causa fundamental, por conductas inapropiadas y malas decisiones del conductor

Jueves, 12 de enero 2023, 07:08

Distracciones al volante, somnolencia, velocidad inadecuada, maniobras antirreglamentarias o el consumo de alcohol y drogas están detrás de la mayoría de los accidentes de tráfico mortales que se han registrado en Burgos en 2022. Un año «malísimo» para las carreteras provinciales, que ha dejado 22 ... fallecidos en 19 siniestros, el doble que en 2021 y 13 más que en 2019.

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«Hay una polarización de las conductas al volante», explica el jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán. «La mayoría de la gente lo hace bien, pero el que lo hace mal, lo hace muy mal», insiste. Y los datos le han ido dando la razón mes a mes, pues una conducta inapropiada del conductor está detrás de 17 de los 19 accidentes registrados; en la mayor parte de los casos, una «mala toma de decisiones».

Son 9 los siniestros en los que el factor predominante ha sido la somnolencia o las distracciones. En tres de ellos ha habido una velocidad indebida y en otros dos, se ha realizado una maniobra antirreglamentaria. A ello se suma un atropello por irrupción del peatón en la calzada y dos accidentes mortales en los que el conductro dio positivo el alcohol o drogas.

Por ese motivo, Galán insiste en que no hay debate posible. «Podemos hablar de mejorar las infraestructuras y, por supuesto, si hay mejores infraestructuras se bajará la gravedad de los accidentes», apunta. También de que el parque móvil de Burgos es muy viejo, con una media de 14 años. Sin embargo, «el factor fundamental sigue siendo el humano». Y hay que ir al origen del problema.

De ahí que, para el año que acaba de comenzar (y que deja ya dos muertos en Burgos), la DGT se haya marcado dos líneas de trabajo. Por una parte, se apuesta por continuar trabajando en la educación, formación y concienciación, para «meter caña» a los conductores. Y, por otra, reforzar la vigilancia y el control, no para recaudar más, apunta Galán, sino para «corregir las conductas de riesgo».

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Más vigilancia

La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virgina Barcones, ha anunciado que se aumentará el número de efectivos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y, en Burgos, en la medida de las posibilidades, se reforzará su presencia en las carreteras. También habrá más puntos de control de velocidad, más controles de drogas y alcohol y se tratará de contar con el pegasus de Madrid, que reforzará las tareas de vigilancia de realiza el de Valladolid.

«Locura colectiva»

El jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán, ha insistido en que el aumento de la siniestralidad vial responde a un problema «psicosocial». Hemos entrado en una especia de «locura colectiva», derivada de la pandemia, sus restricciones, y la situación socioeconómica actual.

Así, se han relajado las conductas al volante, hay mayor número de infracciones y más graves, y aunque la mayor parte de la gente cumple, quien no lo hace se pasa por mucho. De ahí que se necesite un poco de «estabilidad» y volver a la normalidad sin sobresaltos.

Galán admite que están «preocupados» pues la conducción es siempre una actividad de riesgo y, sobre ella, impactan cuestiones como la situación personal, laboral o económica del conductor; sus emociones; sus problemas.

Raúl Galán indica que se ha notado un aumento importante del consumo de alcohol y drogas al volante, pero también de medicamentos que afectan a la conducción. También, un incremento en el número de conductores que no llevan cinturón de seguridad, o que utilizan mecanismos para inutilizar los elementos de seguridad de los vehículos (es decir, para que no piten si no se lleva el cinturón).

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En los accidentes de 2022, cinco condutores iban sin cinturón de seguridad y otros dos pasajeros no se ha podido saber si lo llevaban o no. Es decir, el 31% de los fallecidos. «Me parece gravísimo», insiste Galán, y demuestra que el cinturón funciona pues en la carretera solo el 1% de los conductores circulan sin él, pero al hacerlo, las consecuencias de un accidente son más graves.

De hecho, en el balance de 2022 «llama la atención» que se hayan registrado menos accidentes, menos víctimas leves, pero más graves y muertos. Son 221 los accidentes con víctimas, un 21% menos que en el año anterior; y un 22% menos de víctimas (318). También un 32% menos de víctimas leves (11). Mientras, se ha incrementado un 34% los graves (8) y un 100% los fallecidos (22). Y todo es fruto de una relajación de las conductas.

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