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Burgos tiene un grave problema con la fauna salvaje. Cada año aumentan los accidentes de tráfico ante la presencia de corzos, jabalíes o zorros en la calzada. Los conductores también se encuentran con animales domésticos, como vacas o perros, pero en la provincia burgalesa ... el principal peligro es la fauna salvaje, que si bien no causa accidentes graves sí que constituye un riesgo en seguridad vial.
En 2022, se han registrado en Burgos 2.948 accidentes con animales, una cifra muy superior a los 2.000 del año anterior, y volviendo a liderar las estadísticas nacionales. «No es un problema de gravedad», apunta Raúl Galán, el jefe provincial de Tráfico, pues solo se ha registrado una víctima grave; pero sí es un problema de operatividad, ya que son muchos los siniestros acumulados.
De esos 2.948 accidentes del pasado año, la inmensa mayoría fueron causados por corzos. En concreto, 2.135. Además, fueron 613 los ocasionados por jabalíes, otros 28 los de zorros, 20 los de tejones o 12 por liebres. A ello se suman 53 siniestros provocados por perros y cinco por vacas. De ahí que Raúl Galán vuelva a insistir en que se requiere de una solución.
La DGT no tiene competencia en materia pero sufre las consecuencias, recuerda el jefe provincial de Tráfico. Y considera que una de las medidas que se deberían tomar es controlar la población de corzos, que está sobredimensionada en la provincia. Debe hacerlo la Junta, pues además está provocando desequilibrios en la cadena medioambiental.
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Sin embargo, la medida que ha puesto recientemente el Gobierno autonómico va por otros derroteros. Han implementado un proyecto piloto de señalización inteligente en once tramos de especial concentración de accidentes de la red de carreteras de Castilla y León. En Burgos están en la CL-117, CL-632, BU-542, BU-820, BU-904 y BU-925, además de en Palencia, León y Soria.
El sistema tiene en cuenta patrones de comportamiento animal y, en función de los mismos, se activa la la señalización. Tiene tres fases. La señal apagada indica que se está en un tramo de concentración de accidentes con animales. Si está en amarillo, que el riesgo de presencia animal es alto. Y si se pone en rojo, el riesgo es muy alto. Así, el conductor no se acostumbra a la señal y está atento.
Raúl Galán es bastante «escéptico», pero habrá que ver cómo evoluciona la medida. El jefe provincial es consciente de que estamos ante un «tema muy sensible», de posiciones encontradas«, pero son miles los accidentes que se registran anualmente en las carreteras de Burgos y es importante encontrar una solución para que haya mayor seguridad vial.
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