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Dos de las monjas cismáticas de Belorado en uno de los clips del vídeo. Redes sociales
Las monjas cismáticas de Belorado: «Hay que luchar, nos dejaremos la piel y la casa»

Las monjas cismáticas de Belorado: «Hay que luchar, nos dejaremos la piel y la casa»

Dos de las exclarisas del monasterio de Burgos hablan en un vídeo compartido en su perfil de Instagram acerca de la hipoteca de 400.000 euros que solicitaron para pagar la reforma del monasterio de Orduña tras la venta fallida del de Derio

Sara Sendino

Burgos

Miércoles, 22 de enero 2025, 18:03

Las monjas cismáticas de Belorado, concretamente dos de ellas, han reaparecido en sus redes sociales para explicar cómo se sienten y cuáles son los pormenores de la deuda de 400.000 euros contraída con una hipoteca para el arreglo del monasterio de Orduña.

Siguiendo la estrategia de darse a conocer y de dar a conocer su versión para mejorar su imagen pública, las exclarisas de Belorado han compartido en su perfil de Instagram varios vídeos grabados desde el propio monasterio de Orduña, donde explican cómo asumieron la reparación del tejado y por qué no pudieron pagarlo. Lo hacen in situ desde el tejado recién reformado donde incluso se ven algunos cubos que recuerdan «dónde había alguna gotera».

«Teníamos bastante a la vista la venta de Derio», recuerdan sor Miriam y Sor Berit que aseguran que se embarcaron «en la aventura del tejado porque era de primera necesidad, los especialistas dijeron que no hubiese aguantado dos años». Sin embargo, la venta de Derio se paralizó, según estas religiosas fue la Conferencia Episcopal quien les hizo saber que lo estaban vendiendo «demasiado bajo» y que Roma «no lo iba a aceptar».

En ese momento, paralizada la venta de Derio y por tanto la entrada de un dinero con el que supuestamente contaban para hacer frente a las reparaciones de Orduña, tuvieron que solicitar una hipoteca de 400.000 euros. Con este préstamo debían afrontar tanto la obra del tejado, como la obra del taller y la adecuación del caserío contiguo donde, explican, vivía el chico que trabaja las huertas.

«El monasterio está tasado en tres millones, por ejemplo, pero solo nos dan dos. Necesitamos poder vivir, necesitamos comprar esto, arreglarlo, ¿qué hacemos?. Pues ante la necesidad, ¿lo vendes? Pues no, nos han dejado, ahí empezó un problema», explican las dos religiosas.

«El centro del problema es que estuvimos a punto de vender». Una venta que, al no consumarse, les dejó una importante deuda de 400.000 euros. «El tema de la hipoteca me trae a maltraer, que por qué te metes en un tejado, por qué sin tener dinero y por qué pides una hipoteca, me trae a maltraer», confiesa una de las cismáticas. «Creo que muy poca gente puede permitirse una obra de más de 400.000 euros sin pedir una hipoteca, a menos que tengas otra venta. Y pensábamos que teníamos otra venta, pero nos dijeron que no», concluyen en el vídeo.

No en vano han impulsado numerosas iniciativas para recaudar dinero, para aliviar sus apuros económicos, desde la venta de sus famosos chocolates hasta el lanzamiento de un disco.

Esta misma semana se conocía que una de las monjas cismáticas de Belorado ha admitido la demanda de desahucio. Se trata de la exmonja que estaba demandada junto a las demás y que, posteriormente, acabó abandonando el convento y que se personaba ante la instancia judicial manifestando su conformidad con la demanda de desahucio. A las demás no se les ha podido notificar una por una y por este motivo la fecha del lanzamiento ha sido pospuesta por el Juzgado de Briviesca.

Momentos en los que las exclarisas de Belorado «se hunden»

Ahora, tras más de medio año desde que las monjas cismáticas rompieran con Roma y se convirtieran en el epicentro de un terremoto religioso, con las cuentas intervenidas por el Arzobispado de Burgos y en mitad de una demanda de desahucio para abandonar La Bretonera, las exmonjas confiesan ante la cámara que hay momentos en los que creen «que se hunden» y señalan que eso «es lo que quieren».

Momentos en los que les fallan las fuerzas «porque la adversidad es muy fuerte». Se refieren también a la época del estallido mediático con epicentro en Belorado, «la época con 20 o 30 periodistas en la puerta de casa», pese a que, según ellas mismas, «no tienen nada que ocultar», pero «todos queremos gozar de la intimidad», confiesan.

De forma implícita, hablan también de su decisión de enfrentarse a Roma y del camino que emprendieron contra el Arzobispado de Burgos para adherirse a movimientos sedevacantistas con distintos guías espirituales, el último instalado en Belorado es el supuesto obispo Da Silva. «Pasa el tiempo y las opciones que la comunidad ha tomado son por la verdad, es porque hemos visto algo en lo que creemos. Hay que luchar por ello, nos dejaremos la piel y la casa», manifiestan.

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