Las familias de niños heridos en un columpio de Miranda reivindican áreas de juego inclusivas

Unos hechos que se producen, precisamente, tras conocerse que los padres de dos de los menores accidentados en el primer semestre de 2019 «quedan eximidos de cualquier tipo de responsabilidad» en sendos accidentes. Y así queda reflejado en el acuerdo alcanzado para «liquidar total y debidamente los daños y perjuicios» sufridos por los niños hace cuatro años, poniendo fin al procedimiento legal emprendido entonces.

La resolución de la situación constituye un «alivio» para las familias que, además de lamentar «el escarnio público» que, dicen, hubieron de vivir en aquellos días de intenso debate público, critican la falta de «humanidad» institucional.

«El Ayuntamiento no paró el linchamiento social, sino que echó más leña al fuego con declaraciones incendiarias», reprochaba una de las afectadas. Al mismo tiempo, señalaba lo «complicado» que resultó encarar la situación mientras su hijo, de cinco años por aquel entonces, permanecía ingresado a causa de una fractura total de tibia y un aplastamiento del astrágalo. «Pudo perder la pierna», agregaba.

Decidieron judicializar la causa porque, según explican y corrobora un informe pericial, cuando sucedieron los citados accidentes «no había vallado de seguridad ni un cartel informativo que especificara para quién esta destinado el columpio, así como la prohibición de este juego para todos los demás usuarios». Es por eso por lo que los padres no concebían ser culpabilizados de un accidente que, explican, podría haber sido prevenido con las medidas de seguridad —vallado de seguridad y cartel informativo— que el Ayuntamiento incorporó «solamente después de haber sufrido no uno, sino varios accidentes por atrapamiento», de acuerdo con el citado impreso.

Un documento que venía a contradecir el previo informe del instructor encargado del caso, que imputaba la responsabilidad de los accidentes al mal uso del columpio e incluso a una falta de vigilancia adecuada de los menores. No obstante, las familias denunciaban «mentiras» en dicho informe: «se incluían fotos del estado actual del columpio, no de cómo estaba en la fecha de los accidentes», criticaban. Y por eso, entre otras cosas, decidieron «llevar el caso hasta el final», no tanto por una cuestión económica, sino más bien «personal».

Así las cosas, gracias al acuerdo alcanzado por ambas partes a inicios de septiembre, un auto judicial ponía fin el pasado 24 de noviembre al recurso contencioso administrativo interpuesto por las familias contra el Ayuntamiento de Miranda de Ebro y Zurich Insurance, el seguro de responsabilidad civil del Consistorio que sufragará el 70 por ciento de los costes del dilatado tratamiento del menor. «Los mirandeses no tendrán que pagar nada», incidían. Doble victoria, pues por fin pueden descansar sabiendo que dicho acuerdo les exime de toda responsabilidad.

Ahora su lucha se centra en eliminar lo que, a su juicio, es «un arma en un área infantil». Los repetidos accidentes acaecidos en el lugar así podrían evidenciarlo. No obstante, lejos de fomentar la exclusión de los niños con discapacidad, estas familias reivindican la habilitación de un «parque inclusivo» donde niños con capacidades diversas puedan convivir en el juego. «Ese columpio no es inclusivo, sino exclusivo porque está destinado solamente a niños con sillas de ruedas que, por lo tanto, no pueden jugar con el resto de los niños», puntualizan.

Pese a que el concejal de Urbanismo, Guillermo Ubieto, incide en que «el columpio tiene las homologaciones y ha pasado todas las revisiones», reconoce su «preocupación» por el creciente número de accidentes ocurridos en el lugar. «Está señalizado y acotado, pero aún así se hace uso del columpio por gente que no tiene movilidad reducida y se están produciendo accidentes que nos preocupan», explica.

En cualquier caso, aunque «es pronto para dar una respuesta definitiva», desde el Consistorio ya se valora «la creación de parques integradores en los que los columpios e infraestructuras estén adaptados para su uso, tanto por personas con necesidades especiales como por quienes no las tienen», según concluye el edil.