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Las Merindades son una de las zonas más visitadas por amantes de la naturaleza, el senderismo y excursionistas de muchos perfiles, que buscan rutas diferentes en la provincia de Burgos. En esta comarca destaca Ojo Guareña, un macizo calizo que ha dado lugar a un complejo kárstico considerado entre los más importantes del mundo.
Acercarse a este enclave privilegiado es siempre una aventura. Sobre el sumidero del río Guareña se localiza la Cueva-Ermita de San Bernabé, excavada en la entrada de una cueva con 400 metros de galería. La entrada es accesible para todos los públicos y la visita no dura más de 45 minutos que merecen la pena por la singularidad del lugar.
Se pueden visitar dos cuevas del complejo: la de San Bernabé, más accesible y adaptada a todos los públicos. Cuando uno entra en esta cueva puede hacerse una idea del resto del Complejo Kárstico de Ojo Guareña, pues en ella se puede observar el resultado del modelado kárstico por disolución de la roca calcárea por la acción del agua durante millones de años.
La otra cueva se encuentra en la otra ladera del monte, la de Palomera, y en ella se pueden recorrer dos kilómetros y medio de galerías en estado natural. Adentrarse en esta cueva es toda una experiencia, aunque hay una zona protegida que -no visitable- en la que se han encontrado pinturas rupestres con escenas de caza y batallas, donde figuras de hombres y caballos dan una idea de cómo eran los antiguos habitantes de la merindad, con costumbres que se han perdido y otras que tratan de sobrevivir al paso de los años. La parte administrativa de la comarca tiene su reflejo en una sala contigua a la entrada actual de la cueva de San Bernabé, la Sala del Ayuntamiento.
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Dentro de la cueva el agua, origen de este conjunto kárstico, guía hacia un primer indicio de la vida religiosa de sus habitantes. Las Pilas de los Santos, creadas en piedra para recoger las aguas que, según la tradición, tenían origen milagroso, son testigo del resurgir de la actividad en San Bernabé, desde los años 50, con las exploraciones en su interior y el fomento de su carácter religioso, hasta la actualidad, más centrado en la conservación y el sentido medioambiental y turístico.
Pero este complejo se compone de cientos de cuevas que no se pueden visitar y en las que los expertos siguen investigando. No en vano uno de los objetivos del Grupo Espeleológico Edelweiss de cara a 2023 es explorar el potencial bajo el agua de Ojo Guareña.
Cualquiera que se acerque a este enclave, podrá observar que la «joya de la corona» es la ermita y su bóveda natural cubierta de pinturas sobre los martirios y el bautismo de San Tirso, de 1705, y varias representaciones de sus milagros, datadas en 1877. Según la tradición que representan sus murales, el Santo resistió a la sierra de sus verdugos durante nueve horas, tras ser sentenciado a muerte, sin que pudiera ser despedazado.
Cierra la visita un paseo hasta el auténtico 'ojo' de Guareña, donde el río penetra en la roca para formar la cueva, 62 metros por debajo del primer nivel, también conocida como 'El Sumidero', que se adentra hasta el sexto nivel de galerías. Según la información recogida en Turismo Burgos, el Complejo Kárstico de Ojo Guareña está protegido bajo las figuras de Bien de Interés Cultural (BIC) desde el año 1991; Monumento Natural de Ojo Guareña dentro de la Red de Espacios Naturales Protegidos de la Junta de Castilla y León y Lugar de Interés Comunitario (LIC) dentro de Red Natura 2000 desde el año 2000.
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