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Es uno de los pueblos más bonitos de España y más turísticos de la provincia de Burgos. Su arquitectura singular, junto al paisaje que lo rodea y la cascada que nace en el centro de la localidad, hacen de este enclave un destino muy especial y, sin duda, único.
La espectacular cascada que brota de la Cueva del Agua, en la base del circo rocoso que protege el caserío es uno de los puntos fuertes de la visita a Orbaneja del Castillo. El salto de agua atraviesa el caserío de piedra de la villa que cuelga de las terrazas de toba, precipitándose en rápidos y cascadas hacia el curso del Ebro, dando lugar a una serie de pozas azul turquesa. No es de extrañar que se corone entre los pueblos más buscados de España para hacer turismo rural.
Desde el mirador de Cueva del Agua se pueden contemplar las formaciones kársticas que dan nombre al pueblo ya que, vistas desde la distancia, el circo rocoso que rodea la localidad se asemeja a las ruinas de una antigua fortaleza. Tal es su singularidad que fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1931.
El interior de la Cueva del Agua es visitable en verano y los fines de semana. El agua brota de esta caverna que preside el pueblo y lo divide en dos partes: Villa y Puebla, condicionando por completo la vida de habitantes. Por esta cueva, que forma parte del interesante complejo kárstico de Orbaneja, tienen su salida natural las aguas subterráneas provenientes de un enorme acuífero situado en el subsuelo del páramo de Bricia.
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Aythami Pérez Miguel
El caudal aumenta considerablemente en época de fuertes lluvias y deshielo, de tal manera que el recorrido de las aguas saltando desde los distintos niveles de terraza de toba y es un verdadero espectáculo en primavera.
En la actualidad, la cueva se visita con un guía y se puede escuchar cómo el ruido del agua cercana retumba en las paredes. Antiguamente este caudal sirvió para mover las piedras de unos cinco molinos harineros distribuidos a la vera de la cueva, de los que todavía hoy se conservan restos. Sus aguas se precipitan unos 20 metros hacia el Ebro deshaciéndose en espuma sobre una poza de aguas cristalinas.
Este manantial ocupa un lugar protagonista y central en Orbaneja del Castillo y le confiere su peculiaridad más curiosa, al dividir el pueblo en dos.
En Orbaneja del Castillo se encuentra uno de los conjuntos de arquitectura popular mejor conservados y con mayor encanto de toda Castilla y León. Estas viviendas no tienen mucha altura y están tan apiñadas que parece que los balcones estuvieran suspendidos en el aire, tal y como explican detalladamente en la web Turismo Burgos. Un tipo de arquitectura montañesa que hace de Orbaneja un pueblo con mucho encanto.
El pueblo, en permanente cuesta, se ha edificado sobre unas cuantas terrazas estrechas de piedra toba. La abundancia de este material, singulariza la propia arquitectura popular, al ser utilizado profusamente en la edificación. Mientras el primer cuerpo de los edificios está construido en mampostería caliza, buscando un mejor aislamiento de la humedad, los pisos superiores presentan un aspecto más uniforme y cuidado debido a la utilización de la piedra toba, en forma de sillares.
Tradicionalmente, los campos de cultivo se han localizado en un nivel superior al pueblo. Concretamente en la paramera circundante, único espacio abierto y llano susceptible de ser labrado a pesar de las limitaciones climáticas y edáficas. El lugar, conocido como las eras de Orbaneja del Castillo, cuenta con una serie de chozas de piedra. Estas construcciones, de planta circular o cuadrada, construidas en mampostería caliza y con falsas cubiertas abovedadas, constituyen uno de los más interesantes conjuntos de arquitectura popular de la provincia burgalesa. Servían de granero y lugar de abrigo en el que poder resguardarse, en caso de tormenta.
Al pie de la fuente, se sitúa una casa fuerte que pudo pertenecer a los marqueses de Aguilar. Otros edificios singulares son la Casa de los Canes y la Casa de los Pobres. La primera recibe este nombre por haber reutilizado canecillos románicos en su decoración. La Casa de los Pobres, antiguo hospital en el siglo XVI, cuenta con soportal de madera y un elegante entramado de piedra toba.
Desde la original plaza, compartimentada por el cauce del manantial, se puede ascender por un empinado camino hasta alcanzar una cornisa natural desde la que se contempla el impresionante paisaje del cañón del Ebro. La margen derecha del río aparece coronada por un descomunal conjunto de estructuras calcáreas naturales que, desde la lejanía, asemejan ruinas. Es uno de los ejemplos más espectaculares de modelado kárstico dentro del cañón.
Es precisamente esto lo que hace de Orbaneja del Castillo un pueblo con encanto, su arquitectura medieval perfectamente conservada, ser atravesado por un manantial y estar enclavado en un paisaje kárstico.
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