«Ha sido un infierno»

Santibáñez del Val fue la primera localidad en ser evacuada, pero algunos de sus vecinos decidieron quedarse a tratar de salvar sus viviendas. Así lo hizo la familia de Luis, cuyos cuñados y sobrino intentaron con sus propios medios ayudar a los bomberos a parar el fuego.

«Una zona del pueblo prácticamente se ha quemado entera, casas, cocheras, cuadras... Está todavía humeando, se están refrescando las vigas que se han caído porque ha cogido tanto fuego que no acaba de apagarse», explicaba Luis.

Sus hijos armados con mangueras, sus cuñados que han pasado la noche en vela a pie del cañón junto a su sobrino, nadie quería dejar el pueblo arder. «Ha sido un infierno», lamentaba Luis. «Hay varios camiones de bomberos que continúan apagando los focos que quedan activos», añadía Luis, al que todavía le costaba creer lo que veían sus ojos.

«Mis cuñados estuvieron con los medios que tenían, con una bomba de riego, apagándolo como podían, haciendo presas en río para mojar todo lo que han podido. Todo lo que era accesible a apagarlo aquí han estado durante toda la noche. Si veían un foco en algún sitio iban con mangueras que les dejaban, también han estado los bomberos por la noche», aseguraba.

Y además de los vecinos que no se marcharon hubo quienes quisieron volver al pueblo al enterarse de lo que estaba pasando, pero no pudieron. «Intenté volver por la noche con mi mujer, pero nos pararon y no pudimos entrar al pueblo», indicaba Luis, que ha podido volver este lunes por la mañana.

«Mi suegro, que tiene 92 años, fue evacuado. Estuvo unas horas en Carazo y después se llevaron a todos a Salas de los Infantes. Allí le localizamos y ahora hemos venido a buscarles ropa y medicinas porque salieron con lo puesto, mi suegro con el pantalón del buzo y mi suegra con el delantal. Hemos venido a por su medicación diaria porque no sabemos cuándo volverán», afirmaba.

Pero antes de eso, el suegro de Luis defendió su 'fuerte': «Mi suegro antes de que le evacuaran estuvo en la cochera que tiene apagando el fuego con una manguera de casa, refrescando zonas de la orilla de por donde pasó el fuego hasta que le cogieron para evacuarle».

Los daños del pueblo todavía no se pueden cuantificar, aunque estiman que al menos siete casas y unos 41 locales de aperos han sido calcinados. «Hay sitios cerrados donde están los bomberos a los que no se pueden acceder porque hay peligro de derrumbe de las casas incendiadas, no hay un cálculo del valor. Hay casas habitadas de continuo que se han perdido», finalizaba Luis.

La familia de Luis ha perdido la cosecha, aunque han podido salvar las viviendas tras una noche en vela en la que no han parado de colaborar con los bomberos. Otros no tendrán tanta suerte cuando puedan regresar a Santibáñez del Val.