El incendio de Quintanilla del Coco ha sido especialmente virulento. Gabriel de la Iglesia

Bomberos forestales acumulan 72 horas de trabajo en seis días en el fuego de Arlanza

Han soportado jornadas de doce horas aun cuando el incendio estaba controlado. Exigen la profesionalización del sector y reclaman el reconocimiento de la categoría profesional

Sábado, 30 de julio 2022, 13:55

Los grandes incendios forestales, como el de Quintanilla del Coco en Burgos o los de la Sierra de la Culebra y Losacio en Zamora, sirven para poner en valor el trabajo de los bomberos forestales de Castilla y León, que año tras año reclaman la ... profesionalización del sector y el reconocimiento de la categoría profesional, porque son bomberos aunque la Junta no los considere como tal.

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Y como bomberos han estado actuando durante la última semana en el devastador incendio de Arlanza, que continúa activo aunque se haya bajado ya a nivel 0 (después de haber estado en nivel 2, haber obligado a evacuar cinco municipios y haber devorado Santibáñez del Val). Un incendio que les ha dejado agotados, fundamentalmente por una mala organización del operativo.

Los miembros de la cuadrilla terreste llevan acumuladas 72 horas de trabajo en seis días (80 si se suman las de este sábado), explica un representante de la Plataforma Bomberos Forestales en Lucha de Castilla y León. La razón es que se «normalizan» las jornadas laborales de 12 horas, algo que no entienden pues se supone que hacen turnos de trabajo, y se podrían organizar mejor.

«Si el incendio es peligroso no tenemos ningún problema si tenemos que quedarnos más tiempo», explica, pero en este caso los compañeros de la cuadrilla se han tenido que quedar incluso cuando el incendio estaba controlado y se hacían trabajos de remate. De este modo, los bomberos forestales han llegado «molidos» al fin de semana, sin haber podido descansar adecuadamente.

Cada una de la veintena de cuadrillas que existen en Burgos cuenta con diez bomberos forestales. A diario trabajan siete porque tres descansan. La Plataforma de Bomberos Forestales en Lucha recuerda que las cuadrillas están contratadas a través de empresas privadas y una de ellas es Tragsa. Es la mayoritaria en Castilla y León, aunque va perdiendo peso año tras año.

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Nóminas «vergonzosas»

La plataforma denuncia que, en la última nómima de julio, Tragsa ha pagado a los compañeros 850 euros, incluidos peones y capataces, cuando el convenio marca sueldos superiores a los 1.000 euros. Han pedido explicaciones pero todavía no les han dicho nada. «Es una vergüenza, se están riendo de ellos», lamentan, y suman un agravio más a los múltiples que sufren.

Tragsa tiene su propio convenio, el resto de las empresas contratadas por la Junta de Castilla y León se rigen por el convenio de actividades forestales, «que está diseñado para los trabajos forestales y no para la extinción de incendios», lamenta el portavoz de la plataforma. Tampoco reconoce la categoría profesional de bombero forestal ni que forman parte de un sistema de emergencias.

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«La Junta no lo quiere reconocer», insisten, como tampoco está interesa en reforzar el operativo de extinción de incendios y en la Plataforma de Bomberos Forestales en Lucha dudan mucho de que vayan a cumplir con alguno de los compromisos realizados tras los incendios de Zamora. «Se quedará en agua de borrajas», apuntan, como se han quedado otras promesas.

Eso sí, la plataforma seguirá exigiendo la profesionalización del sector, conseguir el reconocimiento de la categoría profesional, y rechazan la propuesta de dedicar personas en desempleo a labores de limpieza. «Nos parece lamentable», apuntan, y «volver a lo que estábamos», sin valorar que ese trabajo lo tienen que hacer profesionales, con formación y experiencia.

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Desde la plataforma critican también que el operativo solo funcione durante unos pocos meses al año, en verano, y que las cuadrillas estén contratadas entre tres y cuatro meses (salvo un grupo pequeño que están hasta seis meses). Las podas y los desbroces se tienen que hacer en invierno, primavera y otoño, pero no en verano, cuando el trabajo de las cuadrillas debe centrarse en los incendios.

Fallos en la prevención y organización

De hecho, afirman que el intenso verano de incendios forestales les está impidendo hacer esas tareas (pues saltan de una alerta a otra), que además deben ser preventivas (de nada sirve hacer desbroces cuando acabe la campaña de incendios). Y es que la prevención es clave en la lucha contra los incendios, y la plataforma pone como ejemplo lo ocurrido en Quintanilla del Coco.

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Ha sido un incendio «muy violento», iniciado por trabajos de una cosechadora fuera del horario permitido pero que se ha encontrado con los alrededores de los pueblos sin limpiar, llenos de maleza. Además, la Plataforma de Bomberos Forestales en Lucha critica la falta de organización del operativo, pues ni dejaron a las cuadrillas acercarse a Santibáñez ni permitieron a los medios aéreos lanzar agua al pueblo, pues se concentraron en el frente de llama.

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