Los vecinos de Santibáñez del Val regresan a sus viviendas a falta de un informe que evalúe los daños

El regreso de los vecinos de Hacinas, Carazo y Villanueva de Carazo, que se produjo en la jornada del martes, ha sido mucho más sencillo pues sus municipios no se han visto afectados por las llamas, de ahí que una vez pasado el peligro, hayan podido retornar a sus casas. La situación de Silos, y sobre todo de Santibáñez del Val, es diferente.

El diputado provincial Ramiro Ibáñez explica que en Silos no hay viviendas afectadas, como ya avanzara el lunes el propio alcalde, Emeterio Martín. Se han quemado ocho pajares y dos naves, y los edificios afectados están en la periferia del municipio, así que resuelto un problema eléctrico, se dio vía libre para volver. También, a los vecinos de Santibáñez.

La alcaldesa del municipio, Ana María García, asegura que en la tarde del martes ya se les permitió volver. Tienen luz y agua en las casas, solo falta el alumbrado público, que se restaurará este miércoles. Sin embargo, no todos los vecinos lo han hecho. Los realojados en Salas de los Infantes y Caleruega han decidido pasar una última noche en sendos municipios y volver ya con la luz del sol, para ponerse a trabajar y ver cómo están sus propiedades.

García apunta que los que tienen más problemas son los vecinos del barrio de abajo, que es donde se han quemado las viviendas. Con ellos ha mantenido una reunión para saber qué necesitan y qué quieren hacer. El resto de los vecinos, tanto los que residen de manera habitual en el pueblo como los que tienen segundas residencias, deberán seguir las instrucciones del informe técnico que este miércoles les entregará la Diputación.

La Diputación ha contratado a un ingeniero que, junto con los técnicos de la casa, ha girado visita este martes a Silos y Santibáñez (por cierto, que Ana María García ha destacado que la Diputación «funciona fenomenal»). El informe resultante recogerá información sobre el estado de cada uno de los inmuebles, los daños que presentan, si son habitables o requieren de intervención.

Se desconoce el número exacto de edificios afectados. La primera estimación de la alcaldesa son 43, pero ese informe determinará todos los daños. Mientras, hay inmuebles que siguen ardiendo, pues los tejados de madera han colapsado y los bomberos les han indicado que hay que dejar que la madera se siga quemando, aunque si ven llamas, hay que extinguirlas.

Y eso pese a que los bomberos, tanto de Burgos como los voluntarios de la Diputación, se afanaron en minimizar el golpe. Aun así, la velocidad del viento dificultó tanto las labores de extinción, que era casi imposible frenar la propagación de las llamas entre los edificios. El lunes continuaron las labores, centradas en apagar los incendios activos. Ahora, toca evaluar daños.

De hecho, el propio Ayuntamiento hará su informe de daños para presentárselo a la Junta de Castilla y León, que ya ha anunciado que cubrirá con ayudas aquello que no cubran los seguros. Se hará un inventario que irá más allá de las construcciones, pues son muchas las pérdidas de los vecinos, que han visto su pueblo engullido las llamas.

Se han estabilizado edificios, se han señalizado calles, se han puesto medidas de protección y, este miércoles, también se vallarán accesos para que los vecinos no corran ningún riesgo al regreso. El diputado provincial pide responsabilidad y que «se respete el resultado del estudio técnico». Además, se gestiona ya la limpieza de los municipios afectados.

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