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Sara Sendino y Francisco González
Burgos
Domingo, 6 de octubre 2024, 09:38
Burgos cuenta con uno de los cinco «hospitales» para animales silvestres de Castilla y León. Un lugar en el que aves, mamíferos y reptiles silvestres pueden llegar para ser operados, curados y rehabilitados antes de su puesta en libertad. Aunque también realizan necropsias para averiguar las causas de estos fallecimientos, que la mayoría se deben a aves que chocan contra molinos eólicos.
En sus instalaciones de Burgos, ubicadas en Albillos, tres empleadas y una veterinaria trabajan todos los días del año. «Siempre hay alguien de guardia» comenta Nerea, una de las empleadas. La razón es porque los animales que llegan allí necesitan cuidados, alimentos y medicinas todos los días, ya que la mayoría están heridos o son indefensos debido a su corta edad.
El CRAS de Albillos se inauguró en 2015 y pertenece a la Junta de Castilla y León y a la fundación Patrimonio Natural. A él llegan animales silvestres, sobre todo aves, de las provincias de Soria, Palencia y Burgos. En sus instalaciones atienden a «especies autóctonas» y no recogen animales exóticos ni domésticos.
Pero, ¿cómo llegan los animales heridos hasta allí? Estos son llevados desde el medio natural por agentes medioambientales, celadores o personas particulares que los recogen y transportan hasta el CRAS.
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Este centro trabaja como «un hospital» y que no atiende visitas ni excursiones, puesto que su objetivo principal es «tratar a los animales, rehabilitarlos, curarlos para después volverlos a liberar en el medio natural, en el sitio de donde vienen», explica la veterinaria, María Blümm, que es natural de Madrid y lleva seis meses en el cargo.
Sin embargo, en el CRAS de Burgos también recogen cadáveres, a los que Blümm realiza necropsias para averiguar la causa de la muerte. Además, el centro cuenta con espacios como una UVI, salas donde cuidan a los pollitos, clínica para curas y operaciones, sala de rayos y voladeros. Estos espacios sirven para que las aves u otros animales recuperen masa muscular y practiquen la caza antes de ser liberados.
Así es el camino que sigue un ave herida en el C.R.A.S. de Albillos
Traslado
Llegada el centro
Diagnóstico e intervención
Irrecuperables
Comienza la recuperación
Llega al voladero
Identificación
Libertad
No todos los animales que llegan al centro de Burgos se pueden recuperar. Algunos vienen incapacitados, con alas rotas o sin posibilidad de volver a vivir con bienestar o de forma autosuficiente. En estos casos, se les practica una eutanasia.
A medida que avanza su recuperación, pasa a estancias grandes protegidas con vallas, llamadas voladeros.
Estos recintos sirven para que el ave practique el vuelo y vaya recuperando musculatura.
Una vez recuperada, el ave es anillada por el equipo de veterinarios para poder identificarla ante posibles accidente futuros.
Completamente recuperada para la vida salvaje y anillada, se la libera. Este proceso lo realizan, de nuevo, guardas medioambientales.
En ocasiones la suelta la hacen asociaciones de manera pública para dar a conocer la labor que realiza el C.R.A.S.
La liberación se da en el mismo entorno en el que fue encontrada herida.
El animal llega al C.R.A.S. y allí queda al cuidado de los veterinarios del centro.
El primer paso es observar y evaluar el estado del ave para determinar cómo actuar.
Los animales que sí son recuperables, son controlados durante el tiempo necesario.
Acto seguido, se traslada al centro de recuperación de Albillos
El centro cría ratones y codornices para que las aves en recuperación practiquen la caza. Así se puede ver si, una vez libres, podrán volver a valerse por sí mismas.
El personal del centro se aseguran de que coma y beba para mantenerla nutrida e hidratada.
Anilla identificativa
Lesión
Contiene los datos del ave: especie, sexo y edad, y el lugar y la fecha en que se ha liberado con la anilla colocada
Para ello todos los animales que están en el centro son pesados a diario.
Cuando aparece un ave herida, la recoge un guarda medioambiental y, para su seguridad, la intrduce en un trasportín
Anilla
Veterinaria
C.R.A.S.
Transportín
Veterinario
Guarda medioambiental
Veterinario
Halcón herido
Ratón
Como recuerda la veterinaria, el centro de Albillos no cuenta con un espacio para «animales irrecuperables», aunque ante una situación como esa intentan buscar el lugar adecuado para ellos. Sin embargo, «hay muchas especies que en cautividad no se adaptan, no comen, se estresan muchísimo… hay cosas que hay que valorar». Por eso, en última instancia, se contempla otra salida para estos animales: la eutanasia.
«Siempre es un tema complicado, pero cuando se trabaja con fauna silvestre hay que tener muy presente la eutanasia», comenta Blümm, cuya pasión es este tipo de animales salvajes. Esta inyección se aplica cuando «se considera que no van a tener un nivel de vida y bienestar adecuado en libertad», por ejemplo, un ave que no pueda volar. «No es bonito, pero al final no son mascotas y cuando no se puede, no se puede», explica.
Cuando un animal fallece en el CRAS de forma natural o por eutanasia, el correcto tratamiento del cadáver es indispensable. «Todo cadáver que viene aquí o que se muere aquí se deposita en un contenedor específico», aclara la veterinaria mientras señala un contenedor verde. «Nada de lo que se muere aquí se utiliza luego para alimento, porque son animales que llegan enfermos o que han estado con medicación, si se les ha inyectado el eutanásico tampoco sirven para alimentación…», añade.
Cuando un animal ingresa en el CRAS de Albillos se le hace una ficha de registro. En ella aparecen datos como su especie, lugar donde le encontraron, peso, heridas, posible causa del accidente si es necesario... y se va a anotando los diferentes tratamientos que recibe.
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«De ingresos vivos, la mayoría suelen ser bichos jóvenes», señala Blümm. Estos son pollos o pequeños mamíferos que se quedan huérfanos, se caen del nido o se pierden y han de aprender a sobrevivir. Por otro lado, los ejemplares adultos que llegan son «casi todo por traumatismos», en especial golpes contra ventanas y coches.
Estos últimos se ven «relativamente fácil. Quedan cerca de la calzada y la gente los encuentra», explica la veterinaria. Además, también reciben aves electrocutadas o que han chocado contra algún molino eólico, aunque estos ejemplares ingresan, la mayoría, ya fallecidos. «La mayoría de ingresos que tenemos, algo de relación con el ser humano tienen», sentencia.
Asimismo, la veterinaria detalla que «en las épocas de caza es cuando más disparos vemos en especies que no son cinegéticas», como a una calzada cuya ala han curado. También llegan en verano hasta el CRAS de Burgos muchos pollos huérfanos, como actualmente, que están alimentando a 13 buitres reales y dos negros hasta que sean independientes y puedan ser liberados.
Son muchos los animales silvestres que llegan al CRAS de Albillos, se recuperan y vuelven a su estado de libertad. Pero otros mueren o ingresan ya cadáveres. «Burgos tiene mucho cadáver de parques eólicos. El año pasado, la gran mayoría de casos de cadáveres eran de parques eólicos, y lo segundo de electrocuciones», explica la veterinaria del centro.
Sin embargo, cuando un animal llega muerto en el CRAS le realizan una necropsia para intentar averiguar la causa de su muerte, que puede ser «un aerogenerador, un tendido eléctrico, una intoxicación...» o incluso un fuerte golpe. En el caso de las intoxicaciones o electrocuciones, Blümm asegura que conocer estos detalles puede ayudar a tomar medidas, como revisar la zona o reparar y proteger un tendido eléctrico.
Por último, en el CRAS de Albillos también realizan una función de vigilancia epidemiológica. Mediante el plan de vigilancia de la Junta de Castilla y León, algunos animales que llegan sanos al centro de Burgos se analizan para comprobar si son portadores de alguna enfermedad. «Es raro que nos lleguen animales enfermos», sostiene Nerea, otra trabajadora.
Sin embargo, comprueban por seguridad que estos ejemplares no estén contagiados de patologías como la influenza aviar, la enfermedad de Newcastle o la fiebre hemorrágica epizoótica en el caso de los cérvidos.
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Fernando Morales y Sara I. Belled
Ruth Rodero | Burgos
Rocío Mendoza | Madrid y Lidia Carvajal
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