Qué ver en Burgos en un día

Turismo, edificios históricos, paseos a la orilla del río y buena gastronomía. Burgos ofrece un sinfín de planes, desde la visita obligada a la Catedral de Burgos y su espectacular entorno, hasta una agradable caminata por el paseo de la Isla a orillas del Arlanzón, pasando por una degustación de los productos típicamente burgaleses, como su morcilla.

Aunque la capital ofrece una oferta amplísima de planes para todos los gustos, estas son las visitas obligadas para todo aquel que pase por Burgos al menos un día:

El pasado año, la Catedral de Burgos celebró el octavo centenario de la colocación de su primera piedra, pero como templo gótico. Doscientos años antes, la ciudad ya había inaugurado su catedral románica, aunque a los burgaleses se nos quedó pequeña muy pronto.

De ahí que el obispo Mauricio encargase una ampliación y, para ello, se siguió el modelo de la catedrales que se hacían entonces en Francia: el Gótico.Y bajo ese estilo se empezó a construir la Seo burgalesa, que como tardó tantos años en acabarse, combina el Gótico, con el Renacimiento, el Barroco e incluso el Neoclásico.

Además, de noche se puede ver iluminada, ofreciendo una imagen impresionante desde todos los ángulos. En su entorno también se encuentran numerosos establecimientos en los que comer o tomar algo.

Era una de las antiguas 12 puertas de acceso a la ciudad en la Edad Media y comunica el puente de Santa María con la plaza del Rey San Fernando, donde se encuentra la catedral.

El arco está cubierto con una bóveda de crucería, accediéndose a esta bóveda por un arco de medio punto, en cuyo intradós hay restos de pinturas alegóricas del siglo XVII, en la fachada principal. La fachada posterior es más sencilla y data del siglo XIV. Su interior acoge una sala de exposiciones, donde se puede ver un mural de Vela Zanetti y una sala en la que se encuentra una réplica de la Tizona, la espada del Cid, el sillón en que se sentaban los jueces castellanos y la medida patrón de la vara castellana.

Se trata del principal monasterio cisterciense femenino en España y cabeza de todos los que se implantaron en la corona de Castilla. Fue fundado en 1.187 por el rey Alfonso VIII de Castilla y su esposa Leonor de Plantagenet.

Las obras del monasterio se extendieron hasta el siglo XIII. La parte más antigua corresponde al claustro románico conocido con el nombre de «las claustrillas», después le sigue en el tiempo la iglesia, de corriente protogótica, y el claustro de San Fernando que es de estilo gótico, con bóvedas de yeserías mudéjares.

Se trata de uno de los grandes atractivos de Burgos para los turistas y uno de los lugares que no puede dejar de visitarse. El proyecto de este monumento lo dirigió Juan de Colonia, arquitecto de la Catedral de Burgos. Y Gil de Siloé, años más tarde, se encargó de levantar el panteón real en el que descansan los padres de Isabel La Católica, una de las grandes benefactoras de La Cartuja.

Es protectorado monárquico y se continuó de la mano de Felipe El Hermoso, manteniéndose hasta la Guerra de la Independencia, cuando el monasterio fue abandonado por los monjes. Sufrió varios saqueos, se destruyó una parte muy importante de su patrimonio, y La Cartuja acabó profanada y convertida en cuartel.

Los monjes volvieron en 1880, iniciándose entonces un proceso de restauración que ha llegado hasta nuestros días. Los últimos proyectos corresponden a la rehabilitación de las vidrieras, atribuidas a Niclaes Rombouts, entre 2003 y 2006, y el gran proyecto cultural cofinanciado por la Junta de Castilla y León, la Fundación Patrimonio Histórico y World Monuments Fund España. Se actuó sobre la portada de acceso, se habilitaron las tres capillas laterales para visita y se expusieron los tesoros patrimoniales.

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