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Con el nexo común de la oferta monacal, pero con un mayor transfondo histórico, patrimonial y natural se erige un itinerario turístico en la Ribera del Duero burgalesa emplazado en tres históricos municipios: La Vid, Peñaranda de Duero y Caleruega. Los conventos Agustino, de Franciscanas ... Concepcionistas y de la Orden Dominica dan nombre al itinerario que forma un triángulo perfecto con Aranda de Duero. La Nacional 122, sale de la capital de la Ribera del Duero en dirección a Soria y lleva, tras completar una veintena de kilómetros, hasta La Vid donde irrumpe con fuerza en la retina el majestuoso Monasterio de Santa María de la Vid.
Del mismo parte una carretera comarcal que, después de un trayecto de ocho kilómetros, adentra al visitante en Peñaranda de Duero, donde se avista en lo alto su castillo y a ras de suelo un escenario que retrotrae a la época medieval. Esta segunda parada deja todavía tiempo y ganas para que, diez minutos después, el viajero llegue hasta Caleruega, la cuna de Santo Domingo de Guzmán, cuyas raíces todavía continúan muy vivas. La carretera BU-910 llevará de vuelta hasta Aranda una vez completado un itinerario atractivo y de gran riqueza patrimonial.
La ruta además de un increíble patrimonio histórico artístico permite disfrutar de otros atractivos como la riqueza y variedad paisajística que va cambiando desde las orillas del Duero del municipio de la Vid, plena Denominación de Origen; pasando por los páramos y serranía castellana de Peñaranda de Duero, para llegar a Caleruega, última localidad ribereña y primera de la Sierra de la Demanda, donde se levantan encinares centenarios y robledales.
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La ruta presenta también una amplia oferta de alojamientos turísticos, restaurantes, hoteles, casas rurales, incluso los propios monasterios, en Caleruga y La Vid, albergan alojamiento de hospedería. Para poner la guinda, los más atrevidos podrán incluso ampliar el itinerario una vez en Caleruega y adentrarse en el patrimonio romano a escasos kilómetros gracias al yacimiento de Clunia Sulpicia en Peñalba de Castro y la villa de Santa Cruz en Baños de Valdearados.
La espectacularidad del Monasterio de Santa María de la Vid se vislumbra desde la carretera de acceso a este pequeño municipio de apenas un centenar de habitantes que queda engullido ante lo imponente de la construcción que ha sido protagonista en más de una ocasión en la gran pantalla, la última de ellas de la mano del director de cine José Luis Garci, en la película Canción de Cuña.
La historia cuenta que, en el siglo XII, el rey Alfonso VII, en el transcurso de una cacería, encontró una imagen de una virgen de la época de los Godos debajo de una parra o vid y de allí surgió el inició de la construcción y su nombre. Un monasterio premonstratense en su origen y que siglos después pasó a la orden Agustina que continua en la actualidad. Los edificios son obras de diversas épocas que se superponen en un perfecto ensamblaje exterior, mientras que la iglesia, el claustro viejo y claustro del pozo, el refectorio, la sacristía, el museo sacro y el de filatelia, el panteón y la escalera principal se convierten en visitas obligadas en el interior de este. Destaca, la riqueza y estética de su biblioteca donde se dan cita manuscritos, incunables y obras de diversos siglos, hasta un total de 85.000 volúmenes que convierten a la instalación en una de las más importantes de Castilla y León. En la actualidad, el monasterio ofrece una zona de hospedería.
La orden Agustina de La Vid deja paso a la Concepcionista de Peñaranda de Duero, un edificio con artesonado mudéjar y un patio renacentista que queda eclipsado por la belleza de un casco antiguo que retrotrae al visitante a la época medieval. A través de un arco se accede a la Plaza Mayor, donde se levanta la Ex Colegiata de Santa Ana, en la que llama la atención el contraste de su gran altura y los débiles elementos que la adornan, custodiada a escasos metros por un rollo jurisdiccional del siglo XV.
En frente, le hace sombra el Palacio Ducal de Avellaneda con portada plateresca, patio renacentista y artesonados góticos y mudéjares en su parte noble y un centro de congresos y hospedería habilitado por la Junta de Castilla y León en su zona moderna. En el paseo por Peñaranda de Duero acompañan algunas casas blasonadas y un bello conjunto de casas solariegas, además de la farmacia más antigua de España, del siglo XVIII que conserva la botica, rebotica, laboratorio, jardín de plantas medicinales y el ambiente de antaño. Y en lo alto, silencioso vigila el Castillo, una gran fortaleza que domina de forma clara el caserío. Aunque las primeras defensas de Peñaranda pudieron ser levantadas de forma simultánea a su repoblación, la mayoría de lo actualmente conservado debe atribuirse al primer conde de Miranda, entre mediados y finales del siglo XV
Caleruega presume de ser la cuna de Santo Domingo de Guzmán donde nació el patrón de la provincia de Burgos en el año 1170 y allí todavía, en la actualidad, está presente a través de los dos monasterios de la orden, el convento de los Padres Dominicos y el Monasterio de las Madres Dominicas. Ambos han marcado también la estética de un municipio donde se levantan exclusivamente fachadas de piedra.
El Real Monasterio de Santo Domingo tiene como impulsor a Alfonso X El Sabio que en el año 1266 levantó una iglesia gótica en el lugar de nacimiento del Santo. El Claustro se construyó en el románico tardío, mientras que el actual museo, instalado en una sala gótica, ofrece piezas interés artístico e histórico, entre ellas: tallas de piedra policromada de la Virgen y del Ángel Anunciador. Como anécdota, de ese monasterio es originaria la pila bautismal que se utiliza para el bautismo de los miembros de la Familia Real y cuya propiedad ha sido reivindicada varias veces por el Ayuntamiento.
Por su parte, el Convento de los Padres Dominicos se empezó a construir a mediados del siglo pasado, cuidando que el tipo de construcción no desentonara con la estructura y austeridad del Real Monasterio. Se construyó rodeando al Torreón de los Guzmanes que quedó presidiendo el patio del convento, una torre de 17 metros de altura que data del siglo X símbolo de defensa en la Reconquista. En el edificio también se conservan los restos de la Bodega de la Beata Juana de Aza, madre de Santo Domingo de Guzmán, donde, dice la historia, realizó el milagro de la multiplicación de la cuba de vino para distribuirla entre los más necesitados por lo cual fue canonizada.
El municipio además cuenta con el Centro de interpretación de la naturaleza «Las Loberas». Se trata de espacios circulares dentro de los corrales, con una sola entrada y respiradero, que los pastores utilizaban antaño para pernoctar y protegerse de los ataques de los lobos que han sido recuperadas. En ellas, gracias al trabajo de la Fundación Oxígeno, se ha creado un centro de interpretación de la naturaleza, junto al que se ha instalado una torre-mirador, desde donde se puede observar la flora y la fauna de la zona, especialmente las aves esteparias.
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