Mañueco rehúye confirmar a Vox como socio, Tudanca le veta e Igea plantea un pacto a lo Merkel

Alfonso Fernández Mañueco, un día después de que la madrileña Isabel Díaz Ayuso defendiera el pacto con el partido de «Ortega Lara» y rasgara la hoja de ruta marcada por la dirección del partido de que es posible el domingo aglutinar el voto de centro-derecha en Castilla y León, rehuyó por tierra, mar y aire admitir que se apoyará en la gente de Santiago Abascal para que el PP siga al frente de la Junta si las dos formaciones suman. El candidato del PP se parapetó en que busca un pacto «con los ciudadanos de Castilla y León», expresión que repitió una vez tras otra cada vez que escuchaba la palabra pacto. A ser posible, «sin egos», matizó el popular. Allí donde Mañueco esquivaba hablar de Abascal y su gente, Luis Tudanca remarcaba que «o gobierna el PP con Vox o el PSOE y hay cambio». ¿Cómo? «Si no hay mayoría, tendremos que negociar entre diferentes, no entre adversarios, pero nunca con Vox, nunca con los que quieren que retrocedamos décadas en derechos y libertades», argumentó el socialista. Tudanca insistió en que es un «secreto a voces» que las disputas internas entre Pablo Casado y Díaz Ayuso activaron estas elecciones en las que el PP «abre la puerta a Vox». «Aquí quien se la juega soy yo y no el señor Pablo Casado», replicó el candidato del PP, que pidió el voto para lograr una mayoría suficiente e impedir que gobiernen «los que solo quieren coger el último tren de su vida política».

El símil fue celebrado por Francisco Igea, que situó en ese convoy ferroviario a quien fuera su socio de gobierno antes de plantear a los otros oradores que asumieran el compromiso de no repetir elecciones en Castilla y León, de «evitar a los extremos» y, «si fuera necesario», alcanzar «un gran acuerdo» a lo Angela Merkel, para no caer en «el frentismo» que se ve a diario en el Congreso de los Diputados. Igea vio a PP y a PSOE «dispuestos a pactar con la peor versión de sí mismos». Con Vox y con Unidas Podemos, si no recurren a Cs y a esa idea de pacto de comunidad, centrado y moderado. Y Cs no veta al PP. Pero sí excluye a Fernández Mañueco. Porque lo contrario, según Igea, sería premiar «la deshonestidad» y la «mentira».

Pero ese debate que culminó con los pactos, empezó con la sanidad y con los servicios sociales. Con más propuestas por parte de todos los participantes que en el anterior. Con Alfonso Fernández Mañueco enarbolando la bandera de que los de Castilla y León son los mejores de España. Espejo en el que se miran otras comunidades y usando la expresión «mi gobierno» junto «al mayor presupuesto en Sanidad» de la historia de la comunidad que luego Francisco Igea rectificó por «el Gobierno de coalición». Porque el de Cs se empeñó durante toda la noche en dejar claro que él también ha sido gobierno estos dos últimos años.

Volvieron a surgir los consultorios rurales, la promesa de la radioterapia en las provincias sin acelerador lineal y la construcción de hospitales como el de Aranda de Duero. Y Luis Tudanca y Francisco Igea le recordaron que el Partido Popular ha tenido 35 años para hacerlo. «Ahora, ¿lo van a hacer ahora precisamente?», interpeló el socialista. «Estamos aquí prometiendo cosas que ya estaban en marcha, la pregunta es porque no lo hicimos. Se cumplen las promesa cuanto llega Cs», replicó Igea.

Tudanca se esforzó en mostrar su programa. Consultorios rurales abiertos, cita en 48 horas, ampliación de la salud bucodental para niños... Medidas para poner final al «régimen de 35 años del Partido Popular». «35 años de gobierno del PP, será por algo señor Tudanca, será que hay sintonía entre la gente de Castilla y León y el Partido Popular», contraatacó Mañueco, que abandonó el argumento del sanchismo hasta que llegó a la economía y a las infraestructuras. El popular optó por sacar el debate económico de Castilla yLeón y lo centró en la factura de la luz, el elevado preció de los carburantes y en la cesta de la compra. Todo culpa del Gobierno de Pedro Sánchez. Porque los datos en Castilla yLeón son buenos. «Rozamos el millón de ocupados», elogió el popular. «¿ Y si todo iba también por qué convocar elecciones?», preguntó Francisco Igea, que también apuntó la gestión autonómica de las ayudas a empresas y del descenso del paro a la cuenta de Ciudadanos.

Y Tudanca censuró al popular haber convocado elecciones en un momento «decisivo» como es la gestión de la llegada de los fondos europeos que parecen «pensados para Castilla y León». Mañueco reiteró lo de la factura de la luz, lo de la gasolina más cara de la historia, lo del IPC y apostó por «bajar impuestos» en un «proyecto para crecer y recuperar empleo y ayudar a crecer a España».

Los tres corredores pasaron por la meta volante de las infraestructuras sin sorpresas en sus argumentos. Mañueco atacó a Sánchez y avisó de que los peajes en las autopistas están al caer, Tudanca recordó que el PP lleva más de 20 años prometiendo la banda ancha y que esta va a llegar gracias al dinero asignado por el Gobierno de los fondos europeos, e Igea demandó a sus dos compañeros de debate que exijan a sus partidos que no premien a vascos y catalanes con infraestructuras que necesita el resto del país para garantizarse apoyos en La Moncloa.

A la hora de pedir el voto, Tudanca aseguró que no va a defraudar a la ciudadanía si logra gobernar una tierra que necesita un cambio, Mañueco prometió eficacia para «ser lo que somos, el mejor lugar para vivir», e Igea recordó que la única opción de un Gobierno honesto y moderado pasa por Ciudadanos.