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Hay personas y personajes curiosos, llenos de misterio y con un halo de misticismo que al ahondar en su biografía, se despierta la curiosidad porque el personaje es fascinante. Teresa de Catagena, a la que diferentes autores identifican como Teresa Gómez de Cartagena fue una mujer especial, diferente en una época única de esplendor, cuando nacía el imperio castellano.
Nació en Burgos en 1425, fue religiosa y los estudios sobre su vida especulan que puede que Teresa de Cartagena acabara por ingresar en el monasterio las Huelgas o en el convento de Santa Dorotea al ser comunidades relacionadas con su familia. O bien en Santa Clara primero, para pasar al Císter después. La fuerza de esta mujer forzó a su tío Alonso García a escribir al Papa Nicolás V para permitirle este cambio, que no era normal en la época.
Teresa de Cartagena es burgalesa por los cuatro costados. Vivió en el barrio de Entrabaspuentes, entre el Arlanzón y el Vena, en el palacio y torre del Canto, situado en la calle Cantarranas la Menor. Su padre, Pedro García de Cartagena, describió esta residencia en enero de 1446 como las «mis casas de canto que yo he e tengo en esta muy noble çibdat de Burgos que son en el varrio de entre amas puentes, que han por linderos de la una parte la calle de Cantarranas la Menor e de la otra parte el río e delante la calle corriente».
Estudió en la Universidad de Salamanca. Se la intentó casa con Alfonso Fernández de Castro,pero el casamiento no prosperó.
El universo judío tiene a Teresa de Cartagena como una de las personas más influyentes de los estudios judíos y de la Cábala; sin embargo la única relación que tiene esta burgalesa con el mundo hebreo es que era la nieta de Pablo de Santa María, antes Shalomo Halevi, que fue el rabino principal de la ciudad de Burgos en los inicios del siglo XV.
Y Pablo de Santa María se convirtió al cristianismo. Fue escritor, teólogo, diplomático, confidente de reyes cristianos, amigo personal de Benedicto XIII, obispo de Cartagena y Burgos y patriarca de un linaje fundamental en la historia de Castilla. De él fue Alonso García de Santa María (Alonso de Cartagena), tío de Teresa y Pedro García de Cartagena, padre de la mujer y alcalde de Burgos, casado con María de Saravia, su madre.
Toda esa es la vinculación de Teresa de Cartagena con el universo judío; y cristianos y judíos se disputan que sea considerada la primera feminista, para unos de una fe, para otros de otra.
Pero hay constancia de sus escritos que Teresa de Cartagena, tenía dos impulsos: uno unirse a Dios a través de la vida religiosa; otra promocionar a la mujer en la cultura, la sociedad y la política, terrenos vedados a las mujeres y cerrados a una elite de hombres. En sus escritos destacó que es obligatorio enseñar a las mujeres a leer y escribir, de la misma manera que se les enseña a los hombres.
En sus textos destaca algo que luego la ciencia ha probado con el empirismo y es que «las mujeres son más espirituales y tienen una fuerza interna superior a la de los hombres que se ocupan de luchar el uno con el otro». También negó la alegación popular en su momento, de que las mujeres son un género inferior y débil y explicó que esta alegación deriva solo de una fallida tradición. Sus ideas feministas impregnaron la aristocracia europea en los años posteriores a su muerte.
La obra de esta burgalesa universal se centra en su vivencia mística «de hallazgo del amor divino» explica Rivera; y escribió dos tratados de temática espiritual 'Arboleda de los enfermos' y 'Admiraçión operum Dei'. Unas obras que según los expertos estudiosos de los tratados de la época debieran ser incluidos en el estudio de la literatura castellana bajomedieval. Estas obras forman parte de un códice manuscrito a tres manos en el siglo XV y guardado en la Biblioteca de El Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial.
La doctora Miriam Majuelo, en su tesis firmada en la Facultad de Filología y de Geografía e Historia de la Universidad del País Vasco, indica que para confeccionar su obra, Teresa recurría a un género literario rescatado de la tradición clásica por el humanismo, «la epístola, que se presta de manera especial a las confidencias, expresadas en esta ocasión a través de una autobiografíavelada, no canónica, que sirve para ejemplificar su escrito».
El caso es que la mujer es una precursora de esa literatura llena de iluminación interior aunque en sus escritos no se habla explícitamente de la unión con Dios en términos esponsales ni se mencionan visiones, arrobos o raptos extáticos.
Es muy curiosa la relación entre Teresa de Cartagena y Santa Teresa de Jesús, empezando por la vivencia mística de Dios. Ambas son de ascendencia judeoconversa en una sociedad machista en la que la mujer estaba denostada y era sumisa al discurso jerárquico de la Iglesia. Ambas fueron mujeres intelectuales, pese a la fragilidad de su salud juvenil y alcanzan plenitud cuando se apartaron del mundo.
Las dos obras literarias de Teresa de Cartagena son 'La arboleda de los enfermos' y 'Admiraçión operum Dey', obras en las que la burgalesa anuncia la queja que la de Ávila exponeren la primera versión de Camino de perfección.
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Las dos mujeres, en sus escritos perciben que viven en una sociedad que les limita por ser mujeres y usan la humildad para engrandecer después su obra. Si Teresa de Jesús es valiente en la defensa de la condición femenina y es una reformadora con la creación de la orden de las carmelitas descalzas, como prueba de amor a los más pobre, Teresa de Cartagena, afirma sin dudas que Dios «no tiene preferencias por un género u otro y, por tanto, puede comunicar sus gracias o dones a cualquier criatura (enferma o sana, débil o fuerte, hembra o varón, de poco o gran entendimiento) para que realice obras, físicas o intelectuales, realmente valorables».
La Arboleda es una obra mística en la que Teresa expone la angustia vivida por tantos años de reclusión e incomunicación. La mujer sufría una discapacidad y en la época las taras físicas se consideraban signos demoníacos. Buscó desmontar tales falacias y se convirtió en el primer texto escrito por una mujer en la Península Ibérica en favor de los derechos de las mujeres.
Entre los investigadores se especula que Teresa fue una beguinas, cristianas que decidieron agruparse para vivir juntas su deseo de entrega a Dios y a los más necesitados, pero haciéndolo al margen de las estructuras de la Iglesia católica, a la que rechazaban por su corrupción y por no reconocer los derechos de las mujeres.
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