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Publicación de la revista Mundo Gráfico sobre el crimen de la Venus de Valencia. J.C.R.
Crimen en la calle Sombrerería de Burgos. La Venus de Valencia
Burgos misteriosa

Crimen en la calle Sombrerería de Burgos. La Venus de Valencia

La sociedad burgalesa de 1935 se vio sorprendida por un horrendo crimen, con dos víctimas mortales, Carmen Gimeno Presencia, de 19 años, con dos tiros en la espalda; y Esteban de la Fuente, de 39, éste unos días después de recibir varios disparos de bala. Un ambiente puritano y religioso como el de la ciudad de entonces que saltó por los aires por lo que hoy es violencia de género y que en aquellos años se decía crimen pasional. Fue la consecuencia de los celos enfermizos de Juan Arce que asesinó a la mujer que creía de su propiedad. El libro 'Crónica Negra de Burgos', de María Jesús Jabato, recoge este y otros 124 crímenes de la provincia

Viernes, 16 de diciembre 2022, 07:37

Dos disparos sordos impactaban en la espalda de Carmen Gimeno Presencia. La mujer cayó desplomada en el suelo del escenario del Kursaal Novedades de la calle Sombrerería. El hombre que disparó, Juan Arce Maestro, un burgalés de Villasandino, tratante de ganado, se quedó paralizado. El público que asistía a la actuación en el cabaret lo retuvo antes de que la Policía lo detuviera. El resto de la compañía huyó del lugar; todos muertos de miedo. Era un caluroso mes de junio de 1935.

La escritora burgalesa María Jesús Jabato da amplia cuenta de este suceso en un libro en el que recoge 125 crímenes ocurridos en Burgos. En el texto amplía con certeza, con datos de otras publicaciones, las informaciones que la revista Mundo Gráfico y el Diario de Burgos dedicaron a este doble asesinato. La crónica de lo sucedido permite al lector ser un testigo más de lo que pasó en el Kursaal Novedades.

Las fuentes consultadas relatan los hechos con frialdad y así lo recoge Jabato en su texto. Los disparos sobre Carmen Gimeno no fueron los únicos. Había otra víctima; en el suelo yacía otro cuerpo con tres impactos de bala. Era un hombre, Esteban de la Fuente, estaba malherido pero con vida, como aún lo estaba la mujer. Ambos fueron trasladados a la Casa de Socorro; el hombre sobrevivió unas horas, pero por la mujer los médicos no pudieron hacer nada más que certificar su muerte.

Este suceso ocurrido en Burgos el 24 de julio de 1935 fue conocido como el crimen de la Venus de Valencia. Carmen Gimeno era actriz de variedades y tenía 19 años. Como muchos actores y actrices de la época, se veía obligada a representar espectáculos semieróticos para ganarse la vida. La pobreza había arrastrado a Carmen a llevar una vida barata, muchas veces malviviendo frente a hombres, sobre todo, que satisfacían algunos de sus deseos en un cabaret de provincias.

Calle Sombrerería, entrada donde estuvo el Kursaal Novedades, hoy tapada por una terraza. J.C.R.

La mujer, según las crónicas de la época, era de una gran belleza, había llegado a la ciudad para ganarse unos duros y actuar en el Kursaal Novedades, una sala de fiestas de la calle Sombrerería ubicada donde ahora están las traseras del Banco Santander. Había triunfado en todos los escenarios y su gira por el norte no iba a ser menos.

La Venus de Valencia hizo parada y fonda en Burgos durante algo más de una semana, camino de Bilbao. Y la expectación levantada fue apoteósica. Decenas de hombres, y algunas mujeres, se agolpaban día a día en las taquillas del Kursaal para ver el espectáculo.

Durante esos días, a Carmen Gimeno se le había visto acompañada de Juan Arce en varias ocasiones, tanto que se podía decir que entre ambos había algo más que amistad. El mismo Arce confesó que estaba enamorado de la cupletista; pero en ella no anidaban los mismos sentimientos.

Aprovechando que la compañía hizo parada en Burgos, la mujer y el hombre, acompañados por la madre de Carmen Gimeno, realizaron un viaje con chófer para que Juan pudiera cobrarse una deuda en Villaldelmiro y luego ir a León. Pero hicieron parada en Palencia para conocer la ciudad vecina. La reserva realizada en un hotel palentino fue de una habitación para la madre de Carmen, otra para el conductor y una tercera, de matrimonio, para la pareja. Era momento de celebrar con champán y coñac el feliz acontecimiento.

Una fiesta que celebraron en la misma sala de fiestas, a la vuelta de Palencia. La joven se exhibía ante un público masculino enfervorizado que subía al escenario para acompañar los bailes de la valenciana. Los celos de Juan Arce le hicieron enloquecer al ver lo que ocurría sobre las tablas. Rodeada de clientes, el hombre no pudo acercarse a la artista ni un solo instante, relatan las crónica del la época y Jabato en su 'Crónica negra de Burgos'. Y se llenó de celos y de ira. Salió de la sala con intenciones de hacerse con un arma. Eran casi las 4.00 de la madrugada.

Arce preparó su estrategia en el retrete del establecimiento. Esperó al último baile, viendo que Carmen estaba con un cliente. Ese hombre era Esteban de la Fuente, un comercial muy conocido en Burgos. Sonaron los disparos y fin de la historia. O no… porque Juan Arce, viendo el atroz acto que había perpetrado, acercó la pistola a su cabeza para suicidarse. Parte del público lo evitó.

Los guardias de seguridad Domingo de la Cruz y Benedicto Campos, que habían escuchado los disparos y que se encontraban por la zona, acudieron al lugar de los hechos.

Según los informes y atestados policiales de la época, Arce empleó una pistola del calibre 6,35 e hizo seis disparos con ella; dos le alcanzaron a Carmen Gimeno y otros tres a Esteban de la Fuente. Una última bala se perdió sin que tocara cuerpo alguno, aquella con la que intentó suicidarse. Al agresor se le apreció una herida en la cabeza muy leve, en la zona parietal; un rasguño.

Hasta el último detalle

Carmen fallecía por los dos impactos de bala en los pulmones, sin orificio de salida. Los tres impactos sobre De la Fuente no impidieron que sobreviviera unas horas tras las atenciones del doctor Odorico Mata y del practicante Argaiz. Este hombre falleció, consecuencia de las heridas, el 27 de julio de 1935. El sepelio en la iglesia de San Cosme y San Damián fue multitudinario y su cadáver se llevó en procesión por diferentes calles de la ciudad.

Juan Arce fue juzgado en tres semanas y condenado a 17 años de cárcel, cuatro meses y un día por cada crimen, más tres de prisión menor por tenencia ilícita de armas. Todo ello edulcorado por la atenuante de embriaguez. Además debía de indemnizar a los herederos de los fallecidos con una cuantía de 10.000 pesetas.

La prueba pericial forense que aporta María Jesús Jabato en su relato 40 de 'Crónica Negra de Burgos' nos dice que «El procesado se ha desenvuelto siempre en ambientes de caprichos y rarezas, demostrando en todo momento una verdadera pasión sexual, que ha degenerado en un desequilibrio nervioso, agravado, considerablemente por su educación deficiente. Se trata de un sujeto tímido y medroso que obraba el carácter social y moral de sus actos un débil mental, no siendo precisamente un loco, pero si un impedido para discernir el alcance moral de sus actos».

A raíz del suceso, el Kursaal Novedades certificó también su final. El gobernador civil lo clausuró por un tiempo. Pero el templo de Julián del Solar, propietario del negocio de la calle Sombrerería, nunca más abrió sus puertas. El dueño del cabaret tenía intención de cerrarlo y abrir otro local de este tipo en otro lugar de la calle; el crimen sólo adelantó el final.

¿Quién era la Venus?

El 'Diccionari Biogràfic de Dones', de la Generalitat de Cataluña; el Consell de Mallorca y la Red Vives de Universidades, cuenta que Carmen Gimeno había nacido en Valencia, en la Huerta y debutó como actriz a los 18 años, en el Edén Concert de Valencia, y se pudo convertir en la mejor cupletista de la época por su arte y por su belleza. Cobraba 50 pesetas por cada actuación más la propina de lo que se llamaba 'descorche', las botellas de champán que se abrieran esa noche, previa presencia de la mujer en la mesa que la solicitara.

La tragedia perseguía a la familia valenciana porque la muerte de Carmen no fue la primera. Su hermana María Gimeno, que llegó a ser cupletista en el Moulin Rouge de Barcelona, había muerto a los 16 años sin que se conozca con certeza las causas del fallecimiento. Cuando murió Carmen, tenía otra hermana de poco más de un año y 10 hermanos más.

Foto del asesino de Burgos.

Una entrevista al asesino

Al día siguiente del suceso, un periodista del Diario de Burgos publicó una extensa crónica de su entrevista con el asesino. El plumilla da todos los detalles espacio temporales y posteriormente relata la prolija explicación de Juan Arce desde una cama del Hospital Provincial.

De entre toda la crónica, una frase resume el atentado contra Carmen Gimeno: «Mi intención era matarla, es cierto, y la maté porque sentía un cariño profundo, para después matarme yo». Palabras textuales de Arce en la edición del viernes 26 de julio de 1935 en la página 2 del Diario de Burgos que está disponible en cualquiera de las hemerotecas física o digital a disposición del público, y en el libro de María Jesús Jabato.

El relato de Juan Arce al periodista es estremecedor; elabora una historia salpicada de hechos y alguna anécdota, que hiela la sangre de quien lo lee. Describe con frialdad cada uno de sus pasos y culmina su relato sin piedad, con la muerte de los dos desdichados y su intento de suicidio; todo sin aparente atisbo de mala conciencia.

Hoy, la información de sucesos en los medios de comunicación convencionales, y también de los especializados, no tiene nada que ver con el tratamiento que se le daba en 1935. Ahora se omiten nombres, apellidos, domicilio y hasta el móvil del suceso. La información es demasiado aséptica, se queda en lo formal y carece, en ocasiones, de interés más allá del titular.

El redactor de sucesos de entonces informaba con pelos y señales de los detalles del crimen: quién era la víctima y qué ramificaciones familiares tenía; quién el presunto asesino, su edad y estado civil, dónde vivía… hasta el redactor, en el caso de Juan Arce, estuvo al pie de su cama entrevistándole y preguntándoles por las motivaciones de su atroz atentado.

Hoy el suceso se ha vuelto más televisivo. En el siglo XX, en sus primeros años, la prensa convencional tenía su apartado de crímenes como otra sección cualquiera. Revistas como Estampa, Mundo Gráfico, diarios de tirada provincial, vespertina o de la mañana, recreaban con detalle las más espeluznantes historias. Muchos curiosos preguntaban al vendedor de prensa o al marido o a la esposa: «¿Trae crimen hoy Pueblo?», como por ejemplo describe Jardiel Poncela en su 'Eloísa está debajo de un almendro'.

En nuestro caso, tanto en el Diario de Burgos del día siguiente al del crimen, como una semana después Mundo Gráfico, abordan con profundidad la información y la convierten en espléndida. El detalle, lejos de lo macabro, es un retrato exacto de la personalidad del individuo que comete el atroz acto. Los informes policiales estaban escrupulosamente redactados por los periodista y se corona la información con una entrevista que hoy sería imposible realizar.

Mundo Gráfico, por su parte, entrevistó fue al padre de la víctima, a José Gimeno en Valencia. Fue él quien confesó que otra de sus hijas, María, había sido artista de variedades y falleció a los 16 años. José Gimeno tuvo 11 hijos con la madre de Carmen. El reportaje fotográfico también es digno de una gran publicación de tirada nacional, con los retratos de todos los protagonistas.

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