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El mercado inmobiliario de Burgos continúa dando muestras de cierto agotamiento. Tras el impulso registrado tras el fin de la crisis sanitaria, que derivó en un crecimiento sostenido del número de operaciones de compraventa y constitución de hipotecas, el aumento de los tipos de interés ha provocado un frenazo que en los últimos meses ha impactado de lleno sobre el mercado hipotecario.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el primer trimestre del año se constituyeron en la provincia de Burgos un total de 637 hipotecas sobre viviendas, lo que supone un descenso del 18% respecto a los datos acumulados en el mismo periodo del año pasado.
El descenso es incluso más acusado si se diseccionan los datos y se tiene en cuenta únicamente el mes de marzo, último con datos consolidados. En este caso, el descenso es de más del 52% (146 respecto a 305).
El mercado hipotecario burgalés se sitúa así en los niveles registrados en el primer trimestre de 2021, cuando el sector inmobiliario mostraba un significativo dinamismo después de años de letargo tras la crisis inmobiliaria de 2008. De hecho, las cifras actuales están a años luz de las registradas durante el boom inmobiliario. Para muestra, un botón. En el primer trimestre de 2007 se constituyeron en Burgos 2.355 hipotecas sobre viviendas. Ese fue el máximo histórico y, a la vista de lo acontecido desde entonces, parece un registro muy difícil de batir en un futuro.
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Como es lógico, el descenso en el número total de operaciones hipotecarias se ha traducido en una reducción del valor total de los préstamos concedidos, que durante el primer trimestre del año ha caído un 9% respecto a los datos de un año antes hasta quedarse en los 76 millones de euros.
Sin embargo, llama la atención que ese descenso del volumen total venga de la mano de un aumento de la cuantía media del préstamo, que durante el primer trimestre de este año se ha elevado hasta los 119.370 euros, uno de los datos más elevados de la serie histórica. En este caso, el índice sí que se acerca mucho ya a los registros documentados durante el boom inmobiliario (130.000 euros en 2007).
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