Mikel Landa se lleva la Vuelta a Burgos

Landa, sin embargo, aguantó el ritmo y acabó recuperando con mucha solvencia la desventaja que mantenía en la clasificación general con el francés en una etapa que también encumbró al corredor británico del Nippo Hugh Carthy, ganador de la jornada con un ataque demoledor a falta de 500 metros.

Dice el tópico que las Lagunas de Neila son las encargadas de dictar sentencia. Y el tópico se cumplió palabra por palabra con una etapa espectacular para cualquier amante del ciclismo. Bardet arrancaba la jornada como máximo favorito, con 45 segundos de ventaja sobre Landa y tras demostrar que estaba en un nivel de forma óptimo. Sin embargo, estaba obligado a dar el do de pecho si no quería llevarse un disgusto.

Y es que, tras recuperarse de la tremenda caída del Giro, Landa se antojaba un rival temible, no sólo por la calidad de sus piernas, sino porque conoce el terreno a la perfección. Hace una década, el alavés firmaba en Neila su primer triunfo profesional. Y en 2017 se llevó el maillot morado a casa. Vamos, que cada vez que corre en Burgos, lo hace en casa.

También aparecían en las posibles quinielas hombres como David de la Cruz (Emirates), Fabio Aru (Qhubeka), Mark Padun (Bahrain), Pavel Sivakov (Ineos), Geoffrey Bouchard (AG2R)o Domenico Pozzovivo (Qhubeka), que a pesar de la caída de ayer, aún partía con algunas opciones.

Con esos ingredientes, se preveía una bonita lucha en las rampas de Neila. Pero antes, había que superar todas las trampas que tenía reservada la etapa por la comarca de Pinares. Costó consolidar la escapada de la jornada. El pelotón neutralizó las primeras intentonas y no fue hasta el kilómetro 30 cuando seis corredores consiguieron organizarse para abrir brecha. Se trataba de Álvaro Cuadros (Caja Rural), Lawson Craddock (Nippo), Gonzalo Serrano (Movistar), Mikel Bizkarra (Euskadi), Marcus Burghardt (Bora) y Sep Vanmarcke (Israel). Bizkarra y Burghardt ya se habían dejado ver en la carrera días atrás, mientras que Serrano llegó a vestir el maillot morado tras la segunda jornada, pero aún querían más protagonismo en la etapa reina de la ronda burgalesa.

El buen entendimiento entre los fugados les permitió ir ganando terreno poco a poco, incrementando su ventaja sobre el pelotón a medida que se superaban los principales hitos de la etapa. Al paso por el alto de Sancuerno (km.52), la diferencia se había disparado ya hasta los cinco minutos, que llegó a alcanzar los 5:30 al paso por el alto del Cerro (km.91).

Esa fue la máxima ventaja que llegó a alcanzar la fuga, ya que, a partir de entonces, el pelotón comenzó a acelerar por detrás para minimizar la diferencia de cara a los últimos kilómetros.

Aún así, el sexteto aguantó, y mucho. Tras pasar en cabeza por el alto de Vilviestre, los escapados llegaron a pie de puerto en Quintanar con poco más de dos minutos de ventaja, insuficiente como para llegar a las Lagunas. Y es que, todos eran conscientes de que el triunfo final se decidiría en las últimas rampas del mítico puerto burgalés, sin duda, las más exigentes.

El Bahrain decidió comenzar a hacer la selección nada más comenzar el ascenso y redujo el grupo principal a la mínima expresión, mientras recortaba metro a metro la diferencia con los fugados, que ya habían comenzado con sus hostilidades particulares. El endiablado ritmo del conjunto de Landa castigó a Bardet, que se quedó muy solo mediada la ascensión, mientras el pelotón neutralizaba definitivamente la fuga a falta de 3 kilómetros.

Ahí comenzó la batalla definitiva. Con la selección ya hecha, Landa se quedó en compañía de Padun y Buitrago, dos lugartenientes de máxima confianza. El propio Padun se lanzó desde lejos para terminar de reventar la etapa, consiguiendo dejar fuera de juego a Bardet, que a falta de dos kilómetros se hundió, desconectó del grupo de favoritos y tuvo que sobrevivir como pudo a las últimas rampas del puerto.

El escenario se había tornado en un abrir y cerrar de ojos en tremendamente favorable para los intereses del Bahrain. Había que ver, en todo caso, si el esfuerzo iba a ser suficiente como para recortar la diferencia con Bardet o si, incluso Padun podía dar la sorpresa. Las dos dudas quedaron prácticamente resueltas al paso por el Portón.

Y es que, a falta de un kilómetro, Padun levantó definitivamente el pie del pedal, mientras Carthy, Einer Rubio (Movistar), Simon Yates (Bikeexchange) y Buitrago (Bahrain) se lanzaban hacia la victoria de etapa con todo. Por detrás, a su ritmo, seguía Landa, que poco a poco consolidaba su liderato virtual. Un liderato que acabó certificando en línea de meta, tras finalizar la etapa en sexta posición y recuperar con creces todo el terreno perdido.

Por delante, no obstante, se vivió una segunda batalla, en este caso entre Carthy, Rubio y Yates que acabó llevándose el primero, parando el crono en 3:23:53, adjudicándose de paso su primera victoria de etapa en la ronda burgalesa y dejando muy buenas sensaciones de cara al inicio de la Vuelta a España. Una Vuelta que tendrá a Landa como uno de los grandes favoritos para la victoria final.