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Bardet voló en el descenso del Picón Blanco.

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Bardet voló en el descenso del Picón Blanco. Ricardo Ordóñez/ Vuelta a BURgos
Vuelta a Burgos

Bardet se exhibe en el Picón Blanco y presenta sus credenciales

El corredor francés se impone en la meta de Espinosa de los Monteros tras un descenso espectacular, en el que se comió a sus rivales a pesar de irse al suelo, y se enfunda el maillot morado de la ronda burgalesa

Jueves, 5 de agosto 2021, 17:04

La etapa prometía espectáculo, y vaya si lo ofreció. El corredor francés del DSM Romain Bardet dio hoy un puñetazo sobre la mesa con una auténtica exhibición en las rampas del Picón Blanco. Tras conseguir coronar el exigente puerto en primera posición por delante ... de Mikel Landa (Bahrain), Mikel Nieve (Bikeexchange) y Domenico Pozzovivo (Qhubeka), el veterano ciclista se lanzó en un espectacular descenso por La Sía en el que, lejos de verse amenazado por sus perseguidores, consiguió incrementar su ventaja. Y eso a pesar de irse al suelo en mitad de la bajada.

Al final, la exhibición de fuerza, técnica y tenacidad del hombre del DSM le permitió entrar en solitario en la meta de Espinosa de los Monteros con 38 segundos de diferencia sobre Landa, Nieve y Pozovivo y casi un minuto sobre el segundo grupo de los mejores, una circunstancia que le permite enfundarse el maillot morado de la ronda burgalesa y presentar sus credenciales para la victoria final, que se decidirá el sábado en las rampas de las Lagunas de Neila.

La etapa, de 173 kilómetros de longitud, partía desde Busto de Bureba y se erigía como la primera gran prueba de fuego de la Vuelta a Burgos de este año. Así, la jornada comenzó nerviosa, con varios infructuosos intentos de fuga en los primeros kilómetros. Hubo que esperar hasta las rampas del Alto de Barcina (km.30) para ver cómo se consolidaba la escapada de la jornada, formada por Oier Lazkano (Caja Rural), Óscar Cabedo (Burgos BH), Joan Bou (Euskaltel) y Guy Niv (Israel).

El descenso benefició los intereses de los cuatro escapados y poco a poco fueron incrementando su ventaja, que llegó a superar los 7 minutos en el Alto de Cerceda (kilómetro 71). Esa era la segunda dificultad montañosa de la jornada, pero no la última. Por delante todavía quedaban el Alto de Retuerta y, sobre todo, el Picón Blanco, de categoría especial. En las rampas del primero, el grupo de cabeza se rompía. Niv se quedaba clavado y Lazkano se marchaba en solitario en busca de la gloria, con Cabedo y Bou por detrás.

El corredor alavés conseguía consolidar la diferencia en el descenso de Retuerta y arrancaba el ascenso a Picón Blanco en cabeza, con un margen de tres minutos sobre el pelotón. Un margen que, a la vista de las exigentes rampas del puerto de Espinosa, se antojaba demasiado exigua. Y así quedó demostrado.

No en vano, los equipos de los favoritos no tardaron en romper la carrera en el pelotón. El Bora, el Bahrain, el DSM y el Ineos comenzaban a sacudir el árbol y endurecer la carrera para hacer la primera selección. A esa escabechina sobrevivieron apenas una docena de corredores, que ya oteaban en el horizonte a Lazkano. La aventura del alavés acababa a falta de varios kilómetros para coronar, consciente de que la pelea estaba ya perdida.

Ascensión competida

En ese momento ya empezaron las hostilidades serias en el grupo de los favoritos. Hombres como Simon Carr (Nippo), Fabio Aru (Qhubeka), Mikel Nieve (Bikeexchange) o Geoffrey Bouchard (AG2R) probaron fortuna uno tras otro, mientras hombres como Landa y Bardet se mantenían atentos. No así los corredores del Ineos, Sivakov y Bernal, que no consiguieron mantener el ritmo en cabeza y fueron perdiendo contacto. Parece que la caída sufrida en la primera etapa todavía pesa sobre el corredor colombiano.

En todo caso, fue Bardet el que consiguió imponer su golpe de pedal en los últimos metros del ascenso, mientras Landa aceleraba para contactar con Pozovivo, Bouchard y Nieve. El ciclista galo coronaba el Picón Blanco con siete segundos de ventaja sobre el cuarteto perseguidor y se lanzaba entonces a un descenso a cara o cruz.

Un descenso en el que Bardet acabó dando una lección magistral de ciclismo. Y es que, el francés voló, tanto en la zona de enlace como en La Sía, que ofrecían dos perfiles muy diferentes. El primero, mucho más abierto y rápido, con un firme prácticamente nuevo. El segundo, más técnico, exigente y, por momentos peligroso.

Así lo prueba el hecho de que tanto Bouchard como el mismo Bardet se fueran al suelo en apenas unos metros. La diferencia, sin embargo, fue radical. Lejos de perder el ritmo, Bardet tardó un suspiro en volver a montarse en la bici y lanzarse de nuevo como una bala en busca de la meta de Espinosa, incrementando a cada pedalada su ventaja sobre Landa, Pozovivo y Nieve.

Al final, el del DSM paró el crono en 4:14:13, con hasta 38 segundos de ventaja sobre los tres perseguidores y casi un minuto sobre el segundo grupo de los favoritos. Una ventaja que le permite, no sólo enfundarse el maillot morado de líder sino presentarse como firme candidato a la victoria final de la ronda burgalesa.

Será el sábado cuando se decida el vencedor en las rampas de las Lagunas de Neila. Antes de eso, el pelotón afrontará mañana una etapa entre Roa y Aranda de Duero planteada inicialmente para la lucha por el sprint.

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