Decían a orillas del Arlanzón que el fútbol le debía una al Burgos CF. En realidad, le debía unas cuantas. Tantas como se pueden acumular durante veinte años de sufrimiento. Dos décadas en las que el cuadro blanquinegro ha tenido que navegar en el pozo ... de la Segunda B y lidiar con un descenso administrativo, tres play offs infructuosos, dos caídas al infierno de la Tercera División y un play out agónico. Sí, sin duda, el fútbol le debía unas cuantas al Burgos CF. Pero hoy, el equipo burgalés se las cobró todas de golpe. Hoy, el Burgos CF regresó a Segunda División, el lugar del que quizá nunca debió caer.
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Burgos CF
Barovero; Álvaro Rodríguez, Córdoba, Zabaco, Navarro; Elgezabal; Juanma (Alarcón, min.91), Undabarrena, 'Mumo' (Lobato, min.88), Saúl Berjón (Javi Gómez, min.112); y Guillermo (Claudio, min.64).
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Bilbao Athletic
Iru; Núñez (Guruzeta, min.109), Paredes (Luengo, min.109), Jaso, Imanol; Prados (Bernaola, min.106), Diarrá (Baqué, min.109; Williams, Víctor (Williams, min.60), Cabo (Serrano, min.75); y Artola.
Goles: 1-0, min.106: Saúl Berjón.
Árbitro: Pérez Hernández (Comité madrileño). Expulsó a Antxón Jaso (min.120) por doble amonestación. También mostró tarjeta amarilla a Guillermo, Navarro y Barovero por el Burgos CF por el Bilbao Athletic.
Incidencias: Partido correspondiente a la final del play off de ascenso a Segunda División disputado en el estadio Francisco de la Hera de Almendralejo ante unas 3.000 personas. Alrededor de 2.000 aficionados se desplazaron desde Burgos.
Lo hizo a 550 kilómetros de El Plantío, en el Francisco de la Hera de Almendralejo, otro escenario de los sueños de un humilde del fútbol que desde hoy también forma parte de la historia blanquinegra. Y lo hizo como lo hacen los equipos grandes, dejando claro que su sitio no era ni la Segunda B ni la futura Primera División RFEF.
Lo cierto es que los hombres de Calero llegaban a Almendralejo con confianza. La temporada, marcada por la pandemia de la covid-19 y los problemas extradeportivos del club, había sido espectacular.
Ya en la primera fase de la competición, el Burgos se erigió como rival a batir, una condición que consolidó en la segunda fase, que cerró como primero de grupo con una amplia ventaja sobre el resto. Luego llegó la semifinal del play off, aquel disputado partido frente al Calahorra que también acabó en victoria. Pero faltaba la machada. Esa que tanto tiempo llevaba esperando la afición blanquinegra, desplazada en masa hasta Almendralejo para llevar en volandas a los suyos.
Una machada que se antojaba, en todo caso, complicada. Y es que, enfrente estaba el Bilbao Athletic, uno de los mejores filiales del fútbol español, que también llegaba a la final del play off como un tiro, exhibiendo desafiante juventud y talento.
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Pero nada iba a frenar a los blanquinegros. Ni el calor, ni el rival ni el horario. No cabían excusas. Este era el año. El equipo debía lograr el ascenso. Y con esa mentalidad saltaron al césped del Francisco de la Hera los hombres de Calero. Todos con una sola idea en la cabeza: ganar. Apunten sus nombres, porque este once inicial es ya historia viva del Burgos CF. Marcelo Barovero, Álvaro Rodríguez, Aitor Córdoba, Míchel Zabaco, Raúl Navarro, Unai Elgezabal, Eneko Undabarrena, Miki Muñoz 'Mumo', Saúl Berjón, Guilermo Fernández y Juanma García.
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Con esos mimbres, estaba meridianamente claro que el Burgos iba a salir a por el partido desde el primer minuto. Y lo hizo. Calero apostó por apuntalar de inicio el centro del campo, dando entrada a Elgezabal en el pivote. Con un 'Mumo' omnipresente y Juanma y Berjón bien abiertos por las bandas, el cuadro burgalés comenzó el choque muy bien plantado, dominando la pelota y marcando el ritmo.
La presión ejercida por los hombres de Calero maniató durante los primeros compases a un Bilbao Athletic totalmente superado, incapaz de encontrar a Beñat Prados e hilvanar más de dos pases seguidos. Sólo Williams, con su endiablada velocidad, puso en algunos apuros a la zaga blanquinegra. Nada que Navarro no pudiera anular.
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El partido había arrancado según el guion escrito por el Burgos, pero el dominio no fructificaba. Guillermo, algo desconectado por momentos de sus compañeros, no terminaba de cazar el pase bueno, mientras Juanma, Berjón y un voluntarioso Álvaro Rodríguez intentaban abrir la brecha desde las bandas. El propio Juanma, así como Undabarrena, probaron a sorprender a Iru con dos lanzamientos lejanos. También probó fortuna Navarro desde la frontal del área, así como Guillermo, con un lanzamiento cruzado que rebotó en Núñez.
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El Burgos proponía, controlaba el centro del campo y llegaba con cierta comodidad a tres cuartos, pero no terminaba de dar el golpe sobre la mesa. Así, a medida que avanzaban los minutos, el Bilbao Athletic fue desperezándose y encontrando de manera intermitente a Artola y Williams. Sin embargo, las dos principales referencias ofensivas de los 'cachorros', apenas inquietaron a un siempre solvente Barovero, más allá de un par de centros envenenaron.
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El partido transcurría con un Burgos más asentado, pero sin ocasiones claras para ninguno de los dos. De hecho, la mejor de la primera parte tardó 39 minutos en llegar. Lo hizo a través de las botas de Berjón, que tras romper a su par sobre la línea de fondo templó la pelota al punto de penalti, donde Juanma ganó la posición y consiguió conectar un cabezazo que se marchó desviado por poco.
Y así, casi sin querer, murió la primera mitad. Es curiosa la percepción del tiempo cuando hay tanto en juego. El Burgos no había sido capaz de sacar rédito a su superioridad y se abocaba una vez más al sufrimiento. Y es que, aunque el empate les valía para sellar el ascenso tras la prórroga, ese era el último escenario en el que querían bailar los hombres de Calero, que no variaron un ápice su propuesta tras el paso por vestuarios.
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Tampoco lo hizo el Bilbao Athletic, aunque los de Etxeberría sí que regresaron al verde un poco más metidos. Los 'cachorros' consiguieron encontrar con algo más de claridad a Prados y Williams, pero su juego seguía siendo intermitente ante la buena presión de un Burgos muy serio atrás.
Núñez ponía el susto en el cuerpo en el 50, quedándose a centímetros de enganchar un cabezazo en posición franca; y Undabarrena respondía apenas unos minutos después con un fantástico derechazo desde la frontal atajado a la perfección por Iru.
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Ni uno ni otro estaban consiguiendo imponer su autoridad en el área rival y el partido ganaba en tensión a medida que se quemaban los minutos. El Burgos intentaba mantener su dominio, pero las fuerzas comenzaban a flaquear poco a poco. La insultante juventud del Bilbao Athletic podía erigirse como factor clave en una ecuación en la que el cuadro burgalés aportaba la experiencia.
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Poco a poco, los 'cachorros' iban ganando metros, encontrando a Williams y acercándose con cierto peligro al área del Burgos. El propio Williams la tuvo por dos veces. La primera no encontró puerta; la segunda ni siquiera llegó a conectarla con la testa.
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El cronómetro seguía avanzando. Calero había movido el banquillo dando entrada a Claudio y Lobato, pero el marcador estaba lejos de moverse y la prórroga comenzaba a asomar poco a poco por el horizonte. Cierto es que uno y otros apretaron en los últimos compases, pero sin la convicción suficiente como para encontrar portería. Undabarrena podría haber dictado sentencia en el tiempo de añadido tras un buen saque de esquina de Berjón, pero su cabezazo se marchó desviado y el encuentro enfiló la inmisericorde prórroga. De nuevo, sufrimiento, como en Don Benito hace apenas un puñado de días.
Eso sí, como ya sucediera frente al Calahorra, el cuadro blanquinegro jugaba con la pequeña ventaja del posible empate. Un ventaja engañosa y peligrosa, sí, pero una ventaja al fin y al cabo. Era el Bilbao Athletic el que más tenía que arriesgar. Y unos y otros lo sabían, como también sabían que el Burgos llegaba más justo de físico a la recta final, aunque los de Calero se mantenían solventes y certeros, sobre todo en la contención.
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Una contención que fue clave durante la primera mitad de una prórroga muy disputada, en la que uno y otros tuvieron sus opciones. Undabarrena estuvo a punto de cazar el balón en boca de gol, mientras Diarrá peinaba en el área un buen balón ante el que Barovero respondía con experiencia. Con mucha experiencia.
El cronómetro no paraba y la prórroga se iba al descanso. Por delante, 15 minutos para, al menos, mantener el resultado. Sin embargo, eso podía ser demasiado arriesgado. Lo sabía Calero y lo sabían sus chicos, que, a pesar del evidente cansancio, siguieron buscando el gol. Y, tras 106 minutos de sufrimiento, lo encontraron. Lo hizo Saúl Berjón, sin duda uno de los jugadores con más calidad que han vestido la camiseta blanquinegra en los últimos años, quien culminaba un gran contragolpe dirigido por Álvaro Rodríguez por la diestra con un certero remate en el segundo palo.
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El gol, a esas alturas, resultó determinante. Sí, quedaban diez minutos, el árbitro se lesionó, el Bilbao Athletic vio cómo se quedaba con diez en el campo, pero el encuentro ya estaba decidido. El Burgos regresaba a Segunda División.
Al final, celebración en la grada y el césped, el himno a Burgos en la megafonía y Juanma hincando la rodilla para pedirle matrimonio a su pareja delante de compañeros y afición. Ella dijo sí.
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