Imagen de una de las piezas sobre las que se construirán las puertas. BC

Unesco se desvincula del informe de Icomos sobre las puertas de la Catedral de Burgos

La organización de Naciones Unidas afirma que no ha hecho suyo el informe del órgano asesor, simplemente ha cumplido con su obligación de remitirlo al Ministerio de Cultura

Martes, 23 de febrero 2021, 09:01

Unesco no se ha pronunciado sobre el proyecto de las nuevas puertas de la Catedral de Burgos. Es más, no tiene que emitir una valoración al respecto pues las decisiones sobre los sitios incluidos en la lista de Patrimonio de la Humanidad le corresponden ... al Comité de Patrimonio Mundial, que se reúne una vez al año. Así que Unesco ni ha recomendado que no se instalen las puertas de bronce de Antonio López ni ha planteado consecuencias como la pérdida de la protección mundical.

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La organización de Naciones Unidas se desvincula del informe elaborado por Icomos, desfavorable al proyecto impulsado por el Cabildo de Burgos. Fuentes de la misma han explicado a este periódico que la Unesco se ha limitado a cumplir con su obligación, que no es otra que remitir el informe de Icomos a España, en concreto al Ministerio de Cultural. «Unesco ni ha hecho suyo el informe ni ha dejado de hacerlo, ha cumplido con las directices de la Convención», insisten.

De este modo se aclara la información difundida por Icomos, en la que afirmaba que el Centro de Patrimonio Mundical de Unesco había remitido el informe de Icomos a España, pero matizaba que «hacía suya la recomendación». Es más, insistía en que «es el Centro del Patrimonio Mundial de UNESCO quien recomienda que la intervención planteada por el Cabildo de Burgos no se lleve a cabo«. Y desde la organización de Naciones Unidas lo niegan, pues no es ni tiene que ser así.

El procedimiento es claro y se ha seguido al pie de la letra. España, como miembro del Comité de Patrimonio Mundial, está obligada a informar a Unesco de cuanto proyecto o intervención que se plantee para un bien incluido en la lista. «Y así lo hizo», explican. Se remitió la información sobre el proyecto de las puertas de la Catedral de Burgos y, a su vez, Unesco se la remitió a Icomos, como órgano asesor, y cumpliendo igualmente con lo que marca la Convención.

Protección no es sinónimo de intacto

Cuando un bien se incluye en la lista de sitios Patrimonio de la Humanidad, sus propietarios o gestores se compromente a preservarlo y conservarlo. A protegerlo para que ese valor excepcional que le ha sido reconocido no se vea alterado. Sin embargo, ello no supone que el bien en sí mismo deba permanecer intacto.

«No se trata de que los sitios Patrimonio Mundial tengan que permanecer intactos sino que hay que conciliar su uso, en este caso el culto católico y también el turístico», apuntan desde Unesco, que recuerda también que los informes de Icomos no suelen ser un «no categórico» a los proyectos.

Tiene que abrirse un mecanismo de diálogo entre el órgano asesor y el propietario del bien, en este caso el Cabildo de Burgos. Un proceso en el que cabría la opción de invitar a una misión de observaciónd de Icomos para que valore el proyecto de las nuevas puertas , analice si respeta o no el valor universal y plantee alternativas.

La pelota estaría ahora en manos del Cabildo de Burgos, si bien el órgano religioso ya ha asegurado que siguen adelante con el proyecto, a la espera de que la Junta emita su dictamen. Suponiendo que no se autorizase la instalación de las puertas, estas serían reubicadas en un espacio interior de la Catedral , han afirmado.

Desde Icomos han insistido en recordarle al Cabildo que, «si la intervención llegar a efectuarse, debería asumir las consecuencias que podrían derivarse para el bien que custodia al falta a su compromiso (de protección)». No obstante, la advertencia no se puede poner en boca de Unesco, que se pronunciará cuando le toque, cuando se reúna el Comité, cuya decisión entonces sí que será vinculante.

Por su parte, Icomos elaboró ese informe desfavorable y, de nuevo cumpliendo con las directrices, insisten, Unesco se lo remitió al Ministerio de Cultura. Y nada más. «No es un informe de Unesco, es un informe de Icomos, que es un órgano asesor del Comité de Patrimonio Mundial de Unesco», insisten. Y ese informe de Icomos fue el que llegó al Ministerio de Cultura el 11 de marzo, como ellos mismos confirman, y lo remitieron un día más tarde a la Junta de Castilla y León y al Cabildo de Burgos.

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«Los interlocutores de Unesco son los Estados Parte», en este caso España, porque se trata de un organismo intergubernamental, reitera. Y, precisamente por ese motivo, no le compete pronunciarse sobre el proyecto de la Catedral de Burgos. «Unesco no puede tener una opinión propia hasta que no se pronuncie el Comité porque puede ser visto como un intento de influir en sus decisiones«.

Comité formado por representantes técnicos y políticos de los miembros de la convención y que se reúne una vez al año. El 2020, a causa de la pandemia, no hubo reunión pero, para este 2021, se baraja finales de junio o julio. Y es en esta reunión donde se toman decisiones sobre los bienes Patrimonio de la Humanidad. Desde Unesco recuerdan que, además, los países están obligados a enviar informes cada seis años sobre el estado de sus sitios Patrimonio Mundial para que se pueda hacer un seguimiento.

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No vinculante

Por otra parte, Unesco recuerda que el informe de Icomos no es vinculante, pues solo lo son las decisiones que tome el Comité de Patrimonio Mundial. Eso sí, como el mismo órgano asesor apuntaba, este tipo de valoraciones se emiten con el fin de contribuir a preservar los bienes y se apoyan en informes técnicos. La inclusión de la Catedral de Burgos en la lista mundial reconoce su valor excepcional, que debe preservarse sin que ello signifique que los bienes tengan que permanecer «intactos», asevera Unesco.

La clave está en conciliar la protección del bien Patrimonio de la Humanidad con su uso, en este caso religioso y católico, así que se debería de abrir un proceso de diálogo entre Icomos y el Cabildo de Burgos, como impulsor del proyecto. En materia de declaración de bien Patrimonio de la Humanidad, la última palabra la tiene siempre el Comité de la Unesco. Y, por lo que se refiere a la autorización de la instalación de las puertas, esa última palabra es de la Junta de Castilla y León.

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