Callejeando por Burgos

Pozo Seco, la calle de los cinco patrimonios

En ocasiones los nombre de las calles hacen referencia exacta y describen con certeza lo que es ese lugar ocurre o ha ocurrido en otros tiempos. La calle Pozo Seco es una de ellas, como cuenta el padre Carlos Conde en el libro 'Burgos, su memoria callejera', tiene ese nombre por la existencia de un pozo seco.

Es una antigua denominación de origen popular en la raíz más primitiva de la ciudad de Burgos, entre cinco patrimonios importantes: la Catedral, la iglesia de San Nicolás, la de San Esteban, el palacio de los Condes de Castilfalé y el Camino de Santiago. No hay calle que reúna más arte, patrimonio e historia en Burgos. Y con un nombre tan sencillo como Pozo Seco. Humilde.

Cuenta el padre Carlos Conde que en la calle residió el alcalde mayor Antonio Sarmiento, padre de Francisco Sarmiento, héroe de Castilnovo (actualmente Novi, en Montenogro) y abuelo de Luis Sarmiento que fue embajador de España en Portugal. Nos situamos en el siglo XVI.

En esta plaza se celebraban torneos y fiestas con asistencia de la gente más noble de la ciudad. De hecho, Fernando Ortega, en su libro 'Burgos, paseos literarios', habla de que era una de las más importantes plazas junto a la del Azogue, aparte de ser lugar de fiestas y torneos, era lugar de algaradas y luchas.

Ortega explica que esta plaza era un lugar de posadas en las que pernoctaron personajes históricos y sus mesones fueron famosos. Hace alusión a la obra del que fue párroco de San Esteban y San Nicolás y hombre dedicado a la comunicación, Jesús López Sobrino, al hablar de que esta plaza era frecuentada por gentes de armas y embajadas, donde Juan de Alburquerque, privado de Pedro I, el Cruel, maquinó el asesinato de Garcilaso de la Vega.

Como lugar de luchas, en 1374, el barrio alto fue escenario de la trágica muerte de don Sancho, hermano del rey Enrique II.

El subsuelo de la plaza es uno de esos secreto ocultos de este lugar. Ahí están las bodegas de fábrica del palacio de los Maluenda hoy de Castilfalé del siglo XVI. El padre Conde fue testigo de ello. Hoy, por razones varias no se enseña este lugar secreto.

Hoy Pozo Seco es una calle a la que se accede desde Fernán González, desde la escalinata de San Esteban y San Nicolás y desde Cabestreros. Y la forman la propia calle, y dos plazuelas, una al pie de la Catedral y otra en las traseras del Palacio de Castilfalé.

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