La comunidad ucraniana de Burgos desaloja la nave cedida para recoger ayuda humanitaria

Este colectivo fue el primero que se movilizó tras la invasión de Rusia para enviar material de primera necesidad hasta la zona de guerra. Comenzaron recepcionando las donaciones en la parroquia de Fuentecillas pero la respuesta de los burgaleses fue tal, que tuvieron que cambiar de ubicación para disponer de más espacio.

Ahora, un mes después de que se les facilitase la nave situada en el CEEI de Villafría, se mudan. «Nos dijeron que teníamos que irnos hace una semana, le pedimos otra más porque no teníamos donde meterlo porque la otra estaba llena de cajas ya», ha revelado uno de los miembros.

De igual manera, seguirán recogiendo ayuda humanitaria para enviársela a sus compatriotas y también para repartirla entre las familias de refugiados que se encuentran en Burgos y que vinieron «prácticamente con lo puesto», según señalan.

Desde que pusieron en marcha la iniciativa, han enviado toneladas de ropa, medicamentos, material de acampada y comida no perecedera en tráilers que lo han transportado hasta la frontera de Polonia y desde donde fue introducido y repartido dentro de Ucrania.

La ropa de abrigo fue lo que más donaron los burgaleses, después comida y, ,por último, tanto medicamentos como productos de curación básica (vendas, Betadine etc.) que farmacias e incluso veterinarios se organizaron para aportar.

La solidaridad de los burgaleses no cesa y, por este motivo, este colectivo formado por ucranianos residentes en Burgos y por burgaleses voluntarios continuará con su labor, porque la guerra, insisten, no ha terminado.