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Profesores y orientadora de Daniela, exalumna de aula CLAS (segunda por la izquierda). Sara Sendino
«Se nos llena la boca con la palabra inclusión, pero la mayoría no sabe lo que es»
Susana Vela, profesora de aula CLAS

«Se nos llena la boca con la palabra inclusión, pero la mayoría no sabe lo que es»

Las aulas CLAS se destinan a personas con TAU o discapacidad y enfocan la enseñanza en la comunicación, el lenguaje y la autonomía. En Burgos hay dos, otra en Miranda y Aranda estrenará el curso que viene una

Sábado, 22 de junio 2024, 09:03

Cuando unos padres reciben el diagnóstico de que su hijo tiene trastorno del espectro autista o discapacidad es normal que el pánico o el miedo se cierna sobre ellos. Saben que quizás su vida no vaya a ser convencional, pero no por ello ha de ser mala.

Es el caso de la joven burgalesa Daniela Hernández, que fue diagnosticada con discapacidad intelectual cuando tenía cuatro años. Su madre, Azucena, recuerda el momento como estar en «tierra de nadie» y asegura que, en varias ocasiones, no ha sabido por dónde tirar para darle a su hija la atención y educación que precisa.

Una de las incertidumbres que presentan los padres de hijos con autismo o discapacidad gira en torno a la enseñanza. Una vez pasada la Educación Primaria, en algunas ocasiones los estudios se vuelven «más difíciles», como señala Azucena, lo que puede plantear ciertos retos.

El desconocimiento en los propios centros educativos también puede significar una traba para estos padres cuando sus hijos terminan Primaria. Sin embargo, hay un tipo de aula pública que recoge a esos niños y niñas con necesidades especiales y les prepara para la vida adulta: las aulas CLAS.

Qué son las aulas CLAS

Las aulas CLAS tratan de que los alumnos desarrollen habilidades como Comunicación, Lenguaje, Autonomía y Socialización. En ellas se da una «enseñanza individualizada» con maestros especializados en pedagogía terapéutica, como señala una de sus maestras, Susana Vela.

Ella es profesora en el aula CLAS del instituto Diego Porcelos, una de las dos que hay en Burgos. Lleva 14 años funcionando gracias a una iniciativa de la Dirección Provincial de Educación, y Vela lleva once cursos impartidos en el aula CLAS. La otra está en el IES Camino de Santiago.

Durante este tiempo, por la clase de Vela han pasado decenas de alumnos, aunque la ratio no supera los cinco a la vez debido a esa enseñanza adaptada de cada alumno. Las aulas CLAS son «una manera de cursar la Educación Secundaria en un instituto pero adaptada a las necesidades de los alumnos», señala Carmen Cuesta, exorientadora del IES Diego Porcelos.

A estas clases llegan alumnos con diversas necesidades y, la mayoría, han repetido al menos un curso. «Lo normal es que lleguen con dos años de repetición: la extraordinaria de Infantil y la de Primaria», detalla Cuesta.

La importancia de las excursiones

En el aula CLAS las materias no se imparten como en la enseñanza regular. Los alumnos están casi siempre con el mismo profesor, con el que terminan desarrollando un vínculo estrecho. Este profesional imparte las asignaturas básicas, a pesar de que los alumnos tienen diferentes profesores para otras como música, educación física o inglés.

Sin embargo, no es lo único que aprenden los alumnos de las aulas CLAS. Como su nombre indica, también desarrollan otras habilidades sociales. «Que nos sepamos desenvolver en la vida diaria», detalla Vela, es una prioridad. Ella enseña a sus alumnos a viajar en autobús, hacer la compra, comportarse y socializar.

Por ello, estos estudiantes participan en muchas actividades al aire libre, talleres y proyectos con alumnos de otros centros o de otros cursos. «Casi todos los viernes del año estoy saliendo» con ellos, explica Susana, quien les ha llevado a realizar actividades para relacionarse y hacer nuevas amistades.

Miedo paterno

Sin embargo, en ocasiones los padres de estos niños y niñas no se sienten seguros de llevarlos a un aula CLAS. «Cuesta mucho dar este salto. Hay muchos papás que no están preparados», señala Susana Vela. Ella misma ha visto cómo este curso visitaban su clase los padres de cinco posibles alumnos pero sólo uno ha sido su estudiante. «Hay familias que necesitan su tiempo, su proceso», puntualiza.

Para Carmen, la orientadora, las familias que llevan a sus hijos a esta aulas son «valientes». «Te ves en la tesitura de que tú tienes que hacer un gran cambio y siempre tienes el miedo a equivocarte, pero tú intentas buscar lo mejor para ellos», aclara Azucena, madre de Daniela, una alumna del aula CLAS. «Hay padres que lo aceptan mejor, otros peor, otros que no quieren verlo...», pero, señala, al final todo repercute en los niños.

Pero, ¿cuál es la alternativa si no es el aula CLAS? «Meterle a un primero de la ESO ordinario, pero ahí sólo tienen apoyo en mates y lengua», explica Vela, que detalla que, en el resto de asignaturas, los alumnos tendrán que seguir el programa ordinario pero con adaptaciones curriculares. Asimismo, esta maestra explica que siempre es «fundamental la comunicación entre padres y profesionales».

Por otro lado, uno de los estigmas a los que se enfrentan tanto profesores como alumnos con TAU o discapacidad es el de dar visibilidad a su aula. «Se nos llena la boca con la palabra inclusión, pero la mayoría de gente no sabe lo que es», explica Susana. Ella trabaja cada día en que las personas conozcan su aula y a sus alumnos, para aprender a socializar y convivir con ellos.

«Hay que hacer una sensibilización en los centros, a los profesores...», señala. «Lo desconocido asusta», aclara Vela, pero si se explica, «se normaliza». Ahí sí se hablaría de inclusión. Respecto al trato de personas con autismo o discapacidad, Carmen Cuesta recomienda tratarles «como al resto», como le gustara que trataran a uno mismo.

El futuro incierto de estos alumnos

Cuando un alumno con necesidades educativas especiales pasa a la ESO, este puede acudir a alguna clase especial, como el aula CLAS. Sin embargo, ahora sólo se permite asistir a ella durante tres años, terminando a los 18 la escolaridad, algo que no convence a los profesionales.

«La escolaridad en los alumnos que tienen necesidades educativas especiales es hasta los 21 años, no hasta los 18. Nosotros lo que pedimos es que se alargue un poquito más la permanencia en el aula CLAS para que reenganchen en la formación profesional básica, en la que están dos años, y terminen con 21», explica Cuesta.

Respecto a esa formación profesional básica, actualmente estos alumnos tienen dos opciones en Burgos: un grado de jardinería que se imparte en el centro Puentesaúco u otro de auxiliar administrativo que se cursa en el instituto Juan de Colonia. Cuesta señala que esta oferta educativa es «limitada», y detalla que los alumnos están interesados en acceder a otros grados, como el de diseño gráfico o el de estética.

Sin embargo, y a pesar de cursar estos grados, los alumnos con discapacidad o TAU no consiguen un título oficial. «Salen de la FP y salen sin ninguna titulación» porque no llegan a los conocimientos básicos, explica Cuesta. «Los contenidos son los mismos, y como son los mismos y no los van a superar, no van a poder titular». «Ahí hay un vacío», aqueja Carmen.

Más aulas para acoger a más alumnos

«Lo que pedimos es que haya inclusión, que se hagan proyectos con los alumnos regulares», señala la profesora de las aulas CLAS, Susana. Sin embargo, para ello se debería trabajar antes en la sensibilización, que Vela ampliaría a todos los estudiantes y también al claustro de profesores.

Asimismo, tanto ella como Carmen Cuesta echan de menos que los alumnos del aula CLAS no «convivan con alumnos regulares». Por otro lado, piden aumentar el número de aulas CLAS para que la ratio siga en un máximo de cinco estudiantes por aula.

Esto se conseguiría ampliando las clases para separar a los alumnos por curso, pero quizás, en lugar de abrir aulas CLAS en todos los centros, especializar algunos y que cuenten con más de un curso. Por el momento, en la provincia de Burgos hay tres clases de este estilo: una en Miranda, otra en el IES Camino de Santiago y otra en el IES Diego Porcelos. Además, el IES Sandoval y Rojas de Aranda de Duero inaugurará la suya en el curso 2024/2025.

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